EL PAYASO QUE HAY EN EL VESTÍBULO DE MI CASA

En el vestíbulo , recibidor o hall , que cada uno lo llame como quiera . Se trata de un cuadro de Antonio Adelardo , cuya firma aparece en la parte izquierda superior  del lienzo , representando un payaso con la cara verde , los labios y orejas naranja , el pelo amarillo , una gola blanca y rizada sobre vestido morado y fondo azul marino  con  mirada enigmática y sonriente. Es un cuadro de  casi  setenta centímetros  de largo y unos setenta de ancho ( estoy solo en casa y no he encontrado un metro para ofrecer las medidas exactas) cuyo marco , con una pequeña moldura del mismo tono ,  son de color oro viejo  . Es lo primero que se ve al abrir la puerta de casa ya que está enfrente de ella. Lleva aquí colgado más  de veinticinco  años y , a pesar de su mirada y colores impactantes , nadie ha comentado durante este tiempo nada sobre el citado payaso  , lo cual es asunto que me sorprende porque el payaso es sorprendente y merecedor de comentario . No obstante , nadie lo ha hecho  tal vez por su condición de sorprendente . Sea por lo que sea , incluso puede  ser que el impacto visual impida cualquier tipo de comentario , hasta ahora nadie ha dicho ni mu  sobre él.  Una  de dos , o la gente que lo ha visto no se atreve a decir algo sobre el payaso  ,  o no se  impresiona por nada . Verlo lo ha visto , sin duda, porque es lo primero que se ve al abrir la puerta de la casa como más arriba digo.  A mi mujer y a mí nos parece muy raro  que nadie haya dicho nada sobre el payaso y sí  haya comentado otras cosas sobre las características y decorado del piso , incluidos otros cuadros menos impactantes  y más clásicos . En casi el mismo caso estamos ante un reloj de pared antiguo , calculo que será de fines del siglo XIX , de no sé qué madera , pintado por el mismo autor del payaso  con los mismos estridentes colores  y péndulo que representa una cara femenina.  El reloj daba las horas hasta que mi padre y mi tío Eutimio , con el afán de que no adelantase un poco y metidos a relojeros  , se cargaron la música que marcaba todas las horas del día y de la noche.y la cuerda  del mismo. Buena intención que le hizo perder parte del encanto que tiene y que tampoco es apreciado por casi nadie a pesar de ser , para los habitantes de la casa , tan impactante y original como el payaso del recibidor. Puede ser que ni cuadro ni reloj sean del gusto de algunos por los colores tan personales y especiales  que utilizaba su autor ; pero es algo  que no comprendemos y poco dice de la sensibilidad artística de las personas que vienen a casa por un motivo u otro . Es indiscutible que hay gustos para todo ; en especial  para los colores que salían de la paleta del pintor. Cuando Carmen Glaukopis llega y lee el post  , me dice que  el payaso llamó la atención e hicieron comentarios    dos personas   : una mi amigo Paco Redondo , otra su sobrina Ana : dos excepciones. Algo es algo .