Mediante nuevas peticiones de personas desconocidas , al menos para el escribidor , poco a poco. Desde ayer se han recibido peticiones nuevas , unas a través del teléfono fijo y otras mediante solicitudes escritas , que formulan las siguientes señoras y señores que desean acompañarnos .
Se tratan , las peticiones , algunas de las cuales se pueden adjetivar como súplicas , de los personas cuyos nombres voy a dar a continuación porque permiso me han dado para ello.
Doña Adelfa del Campo , doña Clorinda la Linda , doña Celestina Amores y doña Dominga Pechugona . Las cuatro señoras hacen honor a sus apellidos como me han dicho una a una. Doña Adelfa del Campo vive en una casa rural que arrienda a personas pudientes , doña Clorinda la Linda y la Linde , que es la única que me ha especificado sus dos apellidos , me ha dicho que es más que linda sin saber yo qué me ha querido decir con ello. Doña Celestina Amores posee una casa de lenocinio que le va muy bien en lo económico y en lo amoroso lo que le permite disponer de capital de sobra para sufragarse el viaje . Por último , en lo referente a señoras o señoritas que no superan los cuarenta años siendo , por tanto jóvenes , solo decir que doña Dominga Pechugona me ha comunicado que tiene las domingas como cántaros para que en ellos beban los que sed tengan a lo largo del viaje. Me hago cargo y a ésta la comprendo aunque no las haya conocido , aún , ni visto todavía. Cuatro mujeres liberales que visitarán Marte y disfrutarán del planeta rojo como si fuera verde .
Los señores son : don Columbano Palomo y Volador , el cual también ha tenido la deferencia hacia mí de hacerme saber sus dos apellidos , don Custodio de la Custodia , capillita de Sevilla , y don Donaciano Donoso , de Cádiz , hombre muy dadivoso según sus palabras . Entre los cuatro sus edades no alcanzan el siglo , lo que los hace , de edad media,
no sobrepasar los veinticinco años . Hombres jóvenes y aguerridos que , es lo más probable , queden citados con ellas tras las conversaciones y besos compartidos gustosamente con las señoras o señoritas a las que yo no conozco, durante las tres horas , como tiempo medio y calculado , que durará nuestro desplazamiento a través del Infinito Cosmos . Es lo más probable que en el planeta rojo comiencen sus verdes relaciones que serán mantenidas y continuadas cuando volvamos a la Tierra Es todo lo que puedo afirmar , por ahora , de los ocho pasajeros a los que les he dicho que , por mi parte , no hay inconveniente en que nos acompañen. Con los ocho , el número de viajeros se acerca , sobrepasándola , a la veintena con lo que se completa la mitad del aforo de la consabida nave. Quedan , por consiguiente , otros tantos ; no obstante , en el caso de no alcanzar el peso y número calculados para que se produzca la elevación vertical y humeante de la nave, volaremos raudos hacia el planeta Marte cualquier día de estos. Mientras antes despeguemos mejor porque será señal de que mi mejoría prosigue a pesar de las circunstancias poco favorables. Glaukopis no se sentirá celosa de las guapas e interesantes señoras que nos acompañen , de la misma forma en la que tampoco se sentirá celosa de mi íntima amistad don Rosita por motivos que son evidentes . Además yo ya no tengo edad para escarceos amorosos .
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