Soñaba que mi hijo Guillermo Alvah triunfaba con sus Predicadores y emprendían un viaje inolvidable a lo largo y ancho de toda la geografía peninsular , incluida la problemática Cataluña que , en parte, quiere separarse del resto de España y la ya separada Portugal cuyo origen como Estado ( Reino ) independiente se remonta hasta la alta Edad Media , justamente al antiguo condado portucalensis que era gobernado con autonomía dentro del Reino de León. . Y no voy a entrar en más detalles sobre la separación del Reino de León con la figura de Alfoso Henriques en 1139 , porque es asunto que no soñé. Sí lo hice sobre mi hijo Guillerno quien volvía vencedor y campeador como Rodrigo Diáz de Vivar o como Julio César tras pasar el Rubicón y huír Pompeyo de Roma con la correspondiente ovatio para Julio César ,lo cual tampoco soñé. Ni con Julio César ni con la ovatio que recibió por parte de muchos romanos . La ovatio u ovación fue para Guillermo Alvah quien , a partir de su pleno éxito , junto a su grupo , regresaba a Sevilla y a Cádiz convertido en un cantante o trovador de fama en España y fuera de ella. . El sueño continuó con la gira del citado grupo por Europa y Sudamérica , igualmente triunfal , en la que cantaron de forma exclusiva , y excluyente de otras lenguas , en la lengua castellana , nacida en las Glosas Emilianenses y Silenses ; cuestión que tampoco soñé.
También soñé , sin que el sueño fuese interrumpido pero sí acompañado por las olas del mar rompiendo al lado de casa , que Guillermete , tal yo le sigo llamando , establecía su domicilio en la cercana población de Rota , poseyendo otra casa en Sevilla y viniendo a vernos , en su propio coche o en la furgoneta que había comprado con el dinero procedente de tan rentable y venerable gira artística , a Cádiz. Yo entonces , en el sueño , era más joven , unos diez o doce años menos , y me encontraba con fuerzas y dinero suficientes para acompañarlo , junto a Glaukopis , a los nuevos conciertos , uno detrás de otro , con los que volvería a cantar y a tocar en ciudades distintas a las que habían triunfado. Ya no actuaban como teloneros sino como figuras consagradas dentro de su estilo musical : el rock españolizado con tintes de country y de otras músicas . Tanto los Predicadores como el propio Guillermo Alvah podían ya vivir de forma holgada de su arte y valerse por sí solos. Un sueño muy bonito del que me desperté cuando las gaviotas empezaban a graznar anunciando el amanecer del nuevo día .
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