Transcribo el texto siguiente que le escribí a mi mujer, entonces novia, el día 23 de Enero de 1986.
No tengo ni puñetera idea de cómo funciona este armatoste. Se atranca cuando menos lo espero y se encabrita dando desacompasados y estúpidos brincos. No es cierto ese refrán que dice : Caballo grande, ande o no ande( yegua en este caso). De todas formas intentaré domarla como a jaca rebelde, con paciencia y amor, no a golpe de fusta.
Cuando venga Carmen, me ayudará. Creo que la máquina de escribir de su padre es parecida. Carmen es la mujer que yo quiero como a nadie he querido. Es la ilusión de toda mi vida. Algo que encontré en la orilla del mar del sur de España. La mujer que en veintidos años ha captado la profunda sabiduría y sutileza acumuladas en las arenas de Cádiz durante tres mil años. Qué más se puede pedir. Tan sólo ser agradecido a los dioses que me la pusieron por delante. Hacer ofrendas a Melkart y a Astarté. A Atenea y a Zeus , a Apolo y a Juno. A Venus, a la Virgen María. A Jesucristo, el nuestro. En unas palabras : Al buen Dios de todos los tiempos que, como buen gaditano, se disfraza de fenicio o de griego. De romano o de judío, de moro o de chino... según la gente o las tierras por Él creadas a las que les hable. En otra palabra : AL AMOR.
No tengo ni puñetera idea de cómo funciona este armatoste. Se atranca cuando menos lo espero y se encabrita dando desacompasados y estúpidos brincos. No es cierto ese refrán que dice : Caballo grande, ande o no ande( yegua en este caso). De todas formas intentaré domarla como a jaca rebelde, con paciencia y amor, no a golpe de fusta.
Cuando venga Carmen, me ayudará. Creo que la máquina de escribir de su padre es parecida. Carmen es la mujer que yo quiero como a nadie he querido. Es la ilusión de toda mi vida. Algo que encontré en la orilla del mar del sur de España. La mujer que en veintidos años ha captado la profunda sabiduría y sutileza acumuladas en las arenas de Cádiz durante tres mil años. Qué más se puede pedir. Tan sólo ser agradecido a los dioses que me la pusieron por delante. Hacer ofrendas a Melkart y a Astarté. A Atenea y a Zeus , a Apolo y a Juno. A Venus, a la Virgen María. A Jesucristo, el nuestro. En unas palabras : Al buen Dios de todos los tiempos que, como buen gaditano, se disfraza de fenicio o de griego. De romano o de judío, de moro o de chino... según la gente o las tierras por Él creadas a las que les hable. En otra palabra : AL AMOR.
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