Estoy oyendo, en vivo, al señor Rajoy haciendo uso de la palabra en la cámara baja, bajísima, española. El orador habla bien, con desparpajo . Es fácil hacerlo sobre los errores transcendentes del señor Rodríguez Zapatero, el presidente del gobierno de España. Soy independiente, tanto como se puede pensar por lo que a continuación escribo. Independencia que siempre he defendido con paciencia y ciencia . Jamás estuve ni estoy afiliado a partido político ni asociación. Me he guiado por mi mismo, sin que nadie me haya hecho ver las cosas con ojos ajenos. Las he mirado siempre con los míos. Las habré visto así o asado, pero la mirada era mía, sin que nadie me la mediatizara, sin que alguien me la distorsionara. Tan es así, que, divulgo, pongo sobre esta mesa pública, mi ejecutoria como ciudadano español votante.
Hace muchos años, voté, con esperanzas, a don Felipe González, " homo políticus" que bien hizo algunas cosas. Otras mal. Tanto que mi voto, desde hace tiempo, fue blanco como el alma de un niño. No votaba a diestra ni siniestra. Tras el último gobierno de Aznar, y a la vista de los grandes errores cometidos por el bigotudo, sobre todo en el último periodo de su gobierno, voté al partido socialista.Recuerdo su intervención en la guerra de Irak apoyando a Bush el yanqui, tal vez uno de los primeros genocidas del siglo XXI cuyos errores políticos continúa padeciendo la humanidad, por no decir el primero, y su retrato junto a él en el que aparecía tan poco favorecido como el señor Aznar es. Aznar me llevó, como a tantos españoles que rehuimos de las falsedades, a votar al partido socialista español, al contradictorio señor Zapatero que no sabemos adónde nos lleva porque ni él mismo sabe hacia qué sitio dirigir el barco español
No pensaba, al votar, que su trayectoria, plagada de errores y de barbaridades, me llevaría a la desilusión absoluta. En los próximos comicios, sean cuando sean, pienso votar a Rajoy. A pesar de la redicha doña Soraya Sáenz de Santamaría, la de apellido bonito y palabras incontroladas, a pesar del señor Arenas, tan mal ángel, y a pesar de los pesares tal vez vote al señor Rajoy. Le sigue un equipo que no es como para echar las campanas al vuelo , pero del mal , el menos.
Tal vez vuelva a mi tradicional voto en blanco, como el Rey Don Juan Carlos. Quizá vote a Rajoy que buen hombre me parece. Indeciso estoy entre voto blanco y voto a Rajoy. Puedo votarlo con tranquilidad de ánimo. Con el mismo ánimo tranquilo con el que vería que la ministra Bibiana, tan banal como vana, volviera a su bello pueblo de Alcalá de los Gazules. Aquí podría ser buena alcaldesa y a las mujeres defendería con largueza. El ministerio le viene largo y ancho. No obstante, " perdonémosla ". No sabe lo que hace ni dice. Creo que hay involuntariedad, en ella, al mal hacer y decir. Simple desconocimiento.
Hace muchos años, voté, con esperanzas, a don Felipe González, " homo políticus" que bien hizo algunas cosas. Otras mal. Tanto que mi voto, desde hace tiempo, fue blanco como el alma de un niño. No votaba a diestra ni siniestra. Tras el último gobierno de Aznar, y a la vista de los grandes errores cometidos por el bigotudo, sobre todo en el último periodo de su gobierno, voté al partido socialista.Recuerdo su intervención en la guerra de Irak apoyando a Bush el yanqui, tal vez uno de los primeros genocidas del siglo XXI cuyos errores políticos continúa padeciendo la humanidad, por no decir el primero, y su retrato junto a él en el que aparecía tan poco favorecido como el señor Aznar es. Aznar me llevó, como a tantos españoles que rehuimos de las falsedades, a votar al partido socialista español, al contradictorio señor Zapatero que no sabemos adónde nos lleva porque ni él mismo sabe hacia qué sitio dirigir el barco español
No pensaba, al votar, que su trayectoria, plagada de errores y de barbaridades, me llevaría a la desilusión absoluta. En los próximos comicios, sean cuando sean, pienso votar a Rajoy. A pesar de la redicha doña Soraya Sáenz de Santamaría, la de apellido bonito y palabras incontroladas, a pesar del señor Arenas, tan mal ángel, y a pesar de los pesares tal vez vote al señor Rajoy. Le sigue un equipo que no es como para echar las campanas al vuelo , pero del mal , el menos.
Tal vez vuelva a mi tradicional voto en blanco, como el Rey Don Juan Carlos. Quizá vote a Rajoy que buen hombre me parece. Indeciso estoy entre voto blanco y voto a Rajoy. Puedo votarlo con tranquilidad de ánimo. Con el mismo ánimo tranquilo con el que vería que la ministra Bibiana, tan banal como vana, volviera a su bello pueblo de Alcalá de los Gazules. Aquí podría ser buena alcaldesa y a las mujeres defendería con largueza. El ministerio le viene largo y ancho. No obstante, " perdonémosla ". No sabe lo que hace ni dice. Creo que hay involuntariedad, en ella, al mal hacer y decir. Simple desconocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario