Carmen Álvarez de Toledo Castro, mi única hija en cuanto que Guillermo es varón, varón de ley, acaba de terminar, con facilidad, su segundo curso, son cuatro la carrera, de su doble diplomatura : Maestra de Lengua inglesa y de educación infantil. En muy anterior entrada escribía, su padre el escribidor, sobre ella. Vuelvo a hacerlo hoy, cuando dentro de un rato la recogeremos, a ella y a la señora que cuida como voluntaria de Cruz Roja, doña Encarna Abad.
Mi mujer y yo iremos a su casa para llevarlas al Baluarte de la Candelaria, de Cádiz, donde Cruz Roja ofrece una fiesta-merienda-cena a las personas mayores y a sus cuidadores. Carmen está invitada. Saca tiempo para todo. Estudia, da clases particulares al hijo de una buena amiga nuestra, coopera con Cruz Roja, ayuda a su madre en cuestiones domésticas... No para de hacer cosas útiles.
Su filantropía la lleva a ello; su actividad, heredada de su madre y abuelas, también. La tenacidad y constancia en el esfuerzo es más por parte materna que paterna. Soy más contemplativo como en otros escritos he dicho. Cada uno tiene sus características.
Carmen, responsable, nos cuenta historietas y dichos de Encarna, su tercera abuela, su abuela de adopción, que nos hacen gracia porque Encarna la tiene en sus dichos y Carmen en sus dichos y hechos. En lo independiente e individualismo, sí sale amí. Y a la madre.
Siempre está dispuesta a echar una mano, aunque sus horas de estudio son intocables como sus desordenados papeles. En el desorden también sale a mí.
Hoy por hoy, una vez que yo me he mejorado, sus ilusiones están puestas en que Carmen madre mejore de su transitoria bajada de ánimo, algo natural tras cuatro años de convivencia con mi depresión;con las canciones de su hermano, con su abuela de adopción y sus cosas y con su ida a Bath, Aquae Sulis, en el enero venidero como alumna Erasmus. Está empeñada en que vayamos a verla. Habrá que ir, si Dios quiere. También parece contenta con su novio, algo importante.
Aunque persona con buen carácter y sonriente, tiene carácter, de lo que me alegro. Me alegro de que sea mi hija.
Sé que pasará un buen rato con Encarna en el Baluarte. Ya nos contará.Enhorabuena, Carmen, a nivel mundial, por tu buen curso y tus buenas notas. Siga así, señorita.
Mi mujer y yo iremos a su casa para llevarlas al Baluarte de la Candelaria, de Cádiz, donde Cruz Roja ofrece una fiesta-merienda-cena a las personas mayores y a sus cuidadores. Carmen está invitada. Saca tiempo para todo. Estudia, da clases particulares al hijo de una buena amiga nuestra, coopera con Cruz Roja, ayuda a su madre en cuestiones domésticas... No para de hacer cosas útiles.
Su filantropía la lleva a ello; su actividad, heredada de su madre y abuelas, también. La tenacidad y constancia en el esfuerzo es más por parte materna que paterna. Soy más contemplativo como en otros escritos he dicho. Cada uno tiene sus características.
Carmen, responsable, nos cuenta historietas y dichos de Encarna, su tercera abuela, su abuela de adopción, que nos hacen gracia porque Encarna la tiene en sus dichos y Carmen en sus dichos y hechos. En lo independiente e individualismo, sí sale amí. Y a la madre.
Siempre está dispuesta a echar una mano, aunque sus horas de estudio son intocables como sus desordenados papeles. En el desorden también sale a mí.
Hoy por hoy, una vez que yo me he mejorado, sus ilusiones están puestas en que Carmen madre mejore de su transitoria bajada de ánimo, algo natural tras cuatro años de convivencia con mi depresión;con las canciones de su hermano, con su abuela de adopción y sus cosas y con su ida a Bath, Aquae Sulis, en el enero venidero como alumna Erasmus. Está empeñada en que vayamos a verla. Habrá que ir, si Dios quiere. También parece contenta con su novio, algo importante.
Aunque persona con buen carácter y sonriente, tiene carácter, de lo que me alegro. Me alegro de que sea mi hija.
Sé que pasará un buen rato con Encarna en el Baluarte. Ya nos contará.Enhorabuena, Carmen, a nivel mundial, por tu buen curso y tus buenas notas. Siga así, señorita.
2 comentarios:
Hola Guillermo, soy Mª José Sanromán, estoy en Pontevedra desde el ordenador de mi sobrino, me he conectado un rato para ver tus nuevos escritos, que como sabes he estado siguiendo diariamente. No tengo el placer de conoceer a tu hija, pero desde luego según hablas de ella en tu escrito debe ser una persona encantadora, generosa y divina, cosa que, por otro lado no me sorprende lo más mínimo teniendo en cuenta los padres que tiene. Espero que siga así y sobretodo que Carmen mejore y podamos vernos en agosto.
Besos.
Estamos deseando que aparezcais por aquí. Gracias por tus lecturas y comentarios. Espero que lo de Carmen sea transitorio. El lunes que viene vamos al médico.
Abrazos y besos.
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