El pichi de cuadritos rojos y blancos se lo puse y abroché yo por sugerencia de de su abuela Carmen-carminis , quien siempre dice que yo sirvo para más cosas de las que , como dones , me adjudica mi nonagenaria madre . Ésta dice que solo he servido y sirvo , en la vida , para dos cosas : conducir y dar clases . Es evidente que para ella soy un ser que sirve para muy poco. A pasión de madre se debe , tal vez , admitir mis dos grandes servicios a la comunidad y a la humanidad . Servicios en fase de regresión , ya que hace unos años que me jubilé y , por tanto , ya no explico ni imparto clases de Historia en las aulas universitarias ; asunto que , poniéndolo en la cazuela de la verdad , no echo de menos por estar la universidad española como está de mal.
Tampoco conduzco los coches como lo hacía , sino peor , por motivos comprensibles si se consideran las pérdidas de algunas facultades a medida que , desde que nací , las hojas del calendario ya forman un montón que destaca por su grosor. Según la citada opinión y apreciación materna , con la que , repito , mi mujer no coincide ni comparte , soy , ya , un hombre inservible aunque no sé qué sería de ella sin mí y sin mis ayudas y atenciones para con ella. Para con ella , para con mi mujer , que tanto me ayuda y atiende a mí ( estamos a la recíproca ) y para con toda mi familia y amigos.
En consonancia con el comportamiento de mi mujer hacia mí , accedí de buen grado a ponerle el pichi de verano al joven señor Kambumba , recién venidos del viaje a Gibraltar en otras entradas narrado . Titín se reía y se carcajeaba cuando , una vez abrochado su pichi de cuadritos rojos y blancos , intenté , para hacerlo bien , calzarle sus tenis correspondientes . Debí hacerle cosquillas en las plantas de sus pies porque no había forma de que se quedase quieto . Se los hubo de poner Carmen-carminis , atándole los cordones rojos a juego con el pichi y con las suelas impolutas de sus zapatos , ya que Titín es personaje más sedentario que andariego y pocos pasos mal dados da. Ni mal dados ni bien dados . Anda poco y piensa mucho. Pertrechado con su terno veraniego , piensa pasarse todo el largo y cálido verano sentado en su sillón de mimbre de la terraza junto al mar ( salvo algún bañito que otro ) y ser oidor y oyente , testigo , de todo lo que en ella y cercanías ocurra y transcurra durante el estío gaditano . Algunas ocurrencias me comentará con su original y sincera forma de ver el mundo y a los hombres que por estas latitudes viven y pasan los rigores térmicos del verano andaluz.
La fotografía de Titín con su atuendo estival y sentado en su sillón de mimbre la adjuntaré cuando mi hija Carmen , su madre , que tanto lo quiere pueda hacérsela . Yo también lo quiero mucho pero mi torpeza consabida en este medio me impide hacerla y adjuntarla .
Puedo volver a prometer y prometo que en torno a las enjundiosas conversaciones que se mantuvieron en Gibraltar , en casa de nuestros amigos alemanes , el escribidor y relaciones públicas más orientador público de EL RECLAMO DEL GOURMET que firma , Wilhelmus Alvarinus Toletanus , ofrecerá amplia y detallada información a los lectores de este blog .
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