Se llamaba Eutiquio , como el monofisita bizantino del siglo V , y no era hombre tachado a la antigua ni nada por el estilo. Era persona moderna que rehuía del uso de términos que pudiesen ser tildados de políticamente correctos , en boga , o de moda. Vivía en las afueras de la ciudad , en casa particular sin tener adosada otra alguna a sus medianeras. Habitaba así para no contagiarse de la estupidez ambiental ( según opinión que comparto ) ni de su lenguaje al uso y abuso. Para no oír a las personas con las que se cruzaba y contagiarse de su manoseado vocabulario y expresiones , llevaba siempre tapones en sus orejas y si alguien le preguntaba si padecía de otitis respondía , tras quitarse uno de los tapones , el de la oreja derecha con preferencia , que no : que era tan solo por precaución . No es necesario escribir ahora , ni nunca , el significado que para Eutiquio tenía el término precaución. Un número enormes de hombres , según él , opinaba sin conocimiento de causa y valoraba hechos y dichos que en nada eran compartidos ( en sus valores ) por Eutiquio.
Eutiquio había sido superado por las novísimas tecnologías que tan buena aceptación gozan entre el común de los mortales y él , aunque mortal , era consciente de que se estaba quedando rezagado y anticuado. Parecía no dar importancia a esta cuestión que , por el número de defensores y adictos sí la tenía , aunque para el citado Eutiquio , no. Basaba su creencia en que al mundo no le quedaba mucha cuerda y dentro de poco la vida desaparecería de la superficie del planeta Tierra y de las zonas más abisales del mar . Entonces será el llorar y el crujir de dientes para los que conservasen lágrimas y dentaduras propias o postizas. Sin duda Eutiquio era persona original con la que merecía la pena intercambiar opiniones . No se trataba de hombre al uso de los que nada nuevo ni original nos dicen ni aportan .
Supe de su existencia mediante la muchacha de servicio que iba tres días a la semana a realizar labores domésticas de comida y limpieza ; la misma que en los otros tres días semanales venía a casa para lo mismo . A través de ella conocí sus costumbres , que me llamaron la atención por su extrañeza . Una de ellas era la de no hacer uso de palabras manidas y manoseadas que tanto se utilizan en la actualidad y de otras múltiples que lo distinguían del resto de los ciudadanos con los que compartía paseos y calles porque no le quedaba otra. La muchacha que a ambos servía me trajo en una ocasión parte de sus escritos y dichos y pude observar , con facilidad , que Eutiquio no solo compartía servicios conmigo , amigo de Wilhelmus el escribidor , sino varias planteamientos y creencias más de las que en otra ocasión hablaré. Vaya por delante que respetaré lo que acabo de escribir y ofreceré ejemplos de su especial forma de hablar y de escribir . O bien yo o bien Wilhelmus el escribidor al que íntima amistad me une.
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