No lo es porque poco tiene de bueno. . Tan poco que puede arrastrarnos hasta la depresión. Sin embrago , las personas que tendemos a pensar sobre el futuro nos es muy difícil evitar hacerlo . Cuánto me gustaría vivir solo el momento y disfrutar de él si es posible , mas el Carpe Diem de Horacio no lo puedo ahora conseguir . Pese a ello , en mis etapas de ausencia de enfermedad , que han ocupado la mayor parte de mis años , nunca dejaba de mirar , aunque fuese de soslayo , el futuro . Algo de existencialista , de alguna forma , debo ser. Ahora , con años a mis espaldas , tal vez piense en él demasiado y sea una de los motivos de mi mal .
No pretendo con estas letras defender el ser un viva la virgen , pero dejarnos llevar por un pensamiento que casi todo lo reduce al futuro , poco o nada como acabo de decir , tiene de bueno.
Sabemos que somos finitos y que el futuro no se muestra muy halagüeño en general. Soy consciente de ello , mas intentar controlar , en el mejor sentido del término , cómo será la vida de mis seres más queridos cuando yo muera ; es imposible . Es probable que ellos no vivan como lo hicieron durante mi vida , con cierto desahogo , porque las condiciones del mundo cambian a gran velocidad y , a no ser que se disponga de un gran capital , tenderán a empeorar . Sin embargo , ¿ quién me dice que no faltaré yo antes que ellos? . ¿ Quién me puede asegurar algo ? Diría que nadie , pero éste es uno de los fantasmas que me rodean y me atacan con las armas más sofisticadas . Solo el Gran Hacedor puede conocer el desarrollo futuro de las distintas generaciones que nos sucedan ; en las que unas subirán escalones sociales , otras los bajarán y todas desaparecerán . Una de las cosas que más sentiría , se me puede tachar de materialista , sería un descenso en la escala social aún mayor que el sufrido por mí hasta ahora. A esto le temo y al papeleo que todo fallecimiento conlleva de igual forma. No tengo miedo a mi desaparición física ( mi conciencia está tranquila al respecto ) , sino a la situación en la que puedan quedar mis seres más queridos y al latazo que les pueda dar yo post mortem . Se dice que Rodrigo Díaz de Vivar ganó batallas tras morir , ahora pueden perderse y el descenso en la escala social producirse o aparecer alguna enfermedad grave inesperada . Aunque el futuro , tal dicen psicólogos y otros entendidos es imprevisible , es probable que sea de una forma o de otra. A que sea peor le temo como a vara verde del árbol que sea.
Hay , gracias a Dios , numerosísimas personas a las que lo dicho y escrito no les preocupa como a mí. Afortunadas ellas por tener más fe en lo venidero y en todo que yo . Al escribidor , el asunto no lo deja vivir ni disfrutar de los buenos momentos que hay en casi todas las vidas. Una pena grande , pero que así es y , a día de hoy , padezco. Siento que este pensamiento filosófico vuelva a girar sobre mí y sobre mi estado. Que hay casos y situaciones peores que la nuestra y la mía lo sé . Soy consciente de ello pero una fuerza interna me impulsaba a escribir estas tristes letras que a nada conducen ni a alguna conclusión llevan más que a demostrar , una vez más , mi grado depresivo.
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