¿ Qué de bueno puedo decir sobre mi yo actual ? . Me respondo que poco . Muy poco. Antes , cuando tirando del pensamiento de Gramsci mi voluntad optimista se sobreponía al pesimismo de la inteligencia, era una persona muy distinta a la actual. Hoy por hoy , no sé si mañana volveré a ser como era , no valgo un duro. Apenas valgo para ir a tirar la basura por las noches . Noto y palpo mi nulidad en todo momento. En las relaciones con mi familia próxima y no tan próxima ; con mis hijos y con los amigos. Glaukopis harto tiene con aguantar mis muestras continuas de inutilidad . Su capacidad y abnegación son admirables.
Cuando salgo a la calle las escasas veces que la piso lo hago aturdido y alelado . Me encuentro como si estuviese fuera de escena y no formase parte del elenco que representa el Gran Teatro del Mundo. Salgo empujado por las optimistas voluntades , sobrepuestas al pesimismo de la inteligencia, de mi familia más próxima. Los variados problemas que realmente son y tengo los magnifico como si no hubiese otros más generales y extendidos . Como si los hombres no tuviesen los propios. Todo gira sobre mi padecimiento de una forma enfermiza . Sobre mi nuevo y desconocido yo al que me ha vuelto a llevar la depresión. Sobra decir que de un ser abierto , con sentido del humor , optimista hasta donde se puede ser , y alegre ; me he convertido en un hombre huraño , taciturno , carente de ilusiones , pesimista , pusilánime y con miedo a vivir. En un hombre diferente al que fui . No me reconozco y pienso en tantas cosas...
Palpo mi desazón y mi intranquilidad de ánimo. Vivo sin vivir en mí no en el sentido esperanzado y con fe con el que lo escribió Santa Teresa de Jesús , sino en otro muy distinto . Un vivir que es un no vivir al carecer de ilusión y de ilusiones. Al Gran Hacedor me encomiendo , a san Guillermo de Aquitania y a todos los santos que no sean desconchados . Grito , ahora que estoy solo en casa , y clamo al cielo para que me permita salir de este infierno al que parezco abocado hasta la muerte. !Voto a Dios qué me espanta este padecimiento !, digo con frecuencia imitando el soneto escrito por don Miguel de Cervantes dedicado al túmulo del Rey Felipe II en la catedral de Sevilla y a la misma catedral de la ciudad en que nací.
De noche duermo inducido por la medicación . Mi último pensamiento diario consiste en el deseo de emprender el viaje hacia lo desconocido al que todos estamos destinados o curarme y superar la depresión de una vez por todas . Quizá mi depresión no pase. Llego a pensar , temeroso de que así sea ,que me acompañará hasta la muerte.
A pensar que mi muy alegre carácter jamás volverá como las golondrinas sus nidos no volverán a colgar en mi balcón...
Al menos algo de mi anterior manera de ser continúa existiendo. Sin embargo llego a preguntarme en sueños y en vigilia si mi verdadera forma de ser , mi carácter , será el anterior a mis depresiones o será el del ser anonadado y apocado que ahora soy . Lo dudo porque de todo dudo. Una cosa es la realidad y otra el deseo, siguiendo con expresiones de poetas sevillanos. Símiles de escasa calidad literaria jugando con pensamientos poéticos de escritores que la tienen . Con el corazón en la mano no creo que mi verdadera forma de ser sea la desesperanzada que ahora muestro y llevo mostrando desde hace tiempo. Lucho por no perder la esperanza , aunque las cosas se tuerzan aún más , y volver a ser como fui.
Titín y mis buenos amigos de ficción y de carne y hueso me aconsejaron que no volviese a teclear sobre mi depresión pero ésta me ha podido hoy más. Espero que se me perdone la desobediencia.
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