Varios días , cuatro o cinco , que me llamó un miembro de la familia. Descolgué el teléfono y oí una buena voz que inconfundible es . Se trataba , en efecto , de mi primo segundo Fernando Álvarez de Toledo Franco-Romero. Había perdido la poca visión que le quedaba. Se había quedado ciego , me dijo como quien dice bendita sea tu alma . Me impresionó lo oído .
No obstante , oyendo su voz , advertí que su ánimo era bueno. Al haber ido perdiendo la vista de forma paulatina puede que se haya ido haciendo a la ceguera que algún día le llegaría . Gran mérito de Fernando que la acepta con resignación cristiana . A todo se debe hacer uno cuando las cosas vienen mal dadas. Aceptaba el hecho consumado con la misma naturalidad con la que su madre , tía Fernanda Franco-Romero Álvarez de Toledo , aceptó las contrariedades que tuvo a lo largo de su vida. No hay error sino mutación en el orden de los apellidos ya que Fernanda era tía de su marido , Guillermo Álvarez de Toledo Tovar , tío Guillermo .
Fernando y sus hermanos , algunos de los cuales ( Guillermo , Felipe y Julio ) ya han fallecido , y hermanas son los más Toledo de la familia en cuanto que fácil es averiguar cuál es su tercer apellido. Los he tratado , sobre todo a Fernando y a Miguel Ángel de quien hay una entrada con su nombre en el blog , con frecuencia . Eran y son nietos de Guillermo Álvarez de Toledo y Alba , tío abuelo mío. Los parentescos se pueden constatar en el portal de los Álvarez de Toledo Golfín.
Mas no es asunto de parentescos sobre lo que escribo . Se trata de asunto de capacidades ejemplares, y en este caso de la ejemplar y enorme capacidad que tiene Fernando .
Con él , unos dos años mayor que yo , no coincido en cuestiones de política ni de fútbol . El es de derechas y yo librepensador. El del Betis y yo del Sevilla .. A pesar de ello , hablamos y nos entendemos . Tal vez sea por ser de la familia . Creo que no en cuanto que hay parentescos próximos con los que nunca he logrado entenderme.
Fernando me dio una lección en cuanto a la formas con las que se deben aceptar las enfermedades , el su ceguera y yo mi depresión , hablándome de que se estaba preparando , con tiempo , una nueva reunión familiar de los Toledo Golfín en Cazalla de la Sierra. De ello y de cómo , con su bastón de ciego , andaba por las calles de Sevilla.
Yo , que no tengo tanta capacidad en este sentido , sobrellevo la depresión. A veces siento que, en un momento u otro , puedo llegar a perder los papeles. Me esfuerzo en no perderlos y los guardo. El undécimo mandamiento es no molestar . Intento cumplirlo.
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