Tras un largo viaje , hecho después de la ruptura con Titina , por los cinco continentes , Titín ha vuelto a casa .
Me va a contar , poco a poco porque muchas fueron , las vicisitudes por las que tuvo que pasar. Ayer , estando los dos solos en casa , tomó la palabra y empezó a contarme lo que le sucedió en la lejana Mongolia .
Exactamente en la capital de la República , en Ulán Bator , cuando , al llamar a un médico , le descubrió que , como portador de la mancha mongólica , tenía ancestros en Mongolia. Era oriundo de esta alejada zona de su España natal.
El médico advirtió la mancha al ponerle una inyección en la nalga derecha y observar el color azulado de ella en una dependencia del aeropuerto Gengis Can en la que Titín permaneció en cuarentena y muy vigilado y analizado no fuese a ser su febrícula síntoma de alguna enfermedad de mayor gravedad e infecciosa y contagiosa.
Por las reacciones supe que aquellos mongoles eran gesticulantes y no estaban acostumbrados a ver españoles en Mongolia ; lo que me pareció lo más normal del mundo , porque ¿qué se le ha perdido en aquellas lejanas regiones del globo a un español que no sea él ? . Nada .
Para qué queremos más , pronunció Titín por lo bajini y en castellano bien hablado porque en Andalucía , cuando se es culto y se quiere , se habla un muy buen castellano con acento andaluz.
El médico mongol hablaba inglés , pero no había quién lo entendiera por la extraña modulación y pronunciación y se hubo de acudir a un intérprete ya que los conocimientos de Titín de la lengua de Shakespeare son mínimos,
Negra se vio la policía de la ciudad para encontrar a alguien que hablase español en lugar tan alejado. Tan negra que , tras más de tres horas de búsqueda, encontraron a un negro cubano que lo hablaba .
Titín supo , por el negro, que iba a ser trasladado a un hospital estatal en donde estaría más cómodo y mejor atendido . La ambulancia , tras medio hora o algo más , se detuvo delante del Hospital Intermed y allí lo acondicionaron.
Con celeridad los médicos , de rasgos achinados ya que China está cercana y gran influencia ha tenido en Mongolia a lo largo de la Historia , emitieron un detallado informe descriptivo de la destemplanza en el que se descartaba cualquier enfermedad infecciosa o contagiosa y se hacía constar que la febrícula se había debido a la reacción del cuerpo del enfermo , yo , a algo que había tocado con las manos. En varias y significativas palabras : que todo había sido debido a una reacción alérgica. A una alergia de contacto .
La mancha no se debía a alergia alguna. Delataba los orígenes mongoles de alguien de la familia materna.; pero vaya usted a saber de quién . De la paterna , desde luego que no. Por el Congo no venía la piel rosada ni la azulada. Solo las orejas soplillosas y la cabeza negroide venían por Momodo .
La realidad es que se me sometió a un estudio , otro , nada más llegar a Úlan Bator , que me llevó a otras ciudades mongolas cuyo nombre hasta ese momento desconocía : Bulgan y Erdenet , en un intento científico por encontrar a mis ancestros mongoles. Finalmente se encontraron y se dataron sobre el año mil de la era cristiana cuando un mongol viajó a occidente no se sabe con qué intención ni porqué .
Tras mi estancia en Mongolia , me trasladé en avión a la polinesia , lo cual es como no decirte nada. De ahí que te diga que visité la isla de Opolu tras aterrizar en el aeropuerto de Faleolo , paso previo y necesario para visitar la ciudad de Apia , en la que me recibió una representación de las islas , del archipiélago , encabezada por una linda samoana a la que no había quién entendiera ni falta que hacía porque no había que entenderla. Wilhelmus , mi abuelo , no me preguntó nada y , en justa correspondencia a su delicadeza , tampoco lo conté yo . ..
Fui testigo en aquella isla , prácticamente en las antípodas de nuestra España , de lo que es una verdadera democracia . Allí todos los habitantes son iguales ante la ley ; pero de verdad y no como por aquí. No existen los aforamientos ni nada por el mal estilo . Tampoco los privilegios . Se trata de una sociedad justa parecida a la que , lo sé por ti , existe en el planeta Marte .
Abuelo Wilhelmus , me dijo Titín , creo que te estoy cansando con mi relato . A la creencia de Titín respondí que estaba en lo cierto y que mejor sería dejar para otro día las vicisitudes de su prolongado viaje a través del mundo...
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