Miedo sentimos cuando Colorín dijo que vendría a casa para hablar del asunto de la ruptura de relaciones con Rosita. Pensábamos , Glaukopis y yo, que de alguna manera intentaría inmiscuirnos en dicho asunto a pesar de saber Colorín Colorado que en las cosas de pareja , como en las de familia , nadie , ni los amigos , debe opinar. Teniendo en cuenta lo que acabo de escribir , Colorín , más colorado que nunca , vino desde Marte en un santiamén e intentó convertirnos en intermediarios. No lo logró a pesar de su insistencia aunque bien cenó bajo la luz de La Luna. Entre bocado exquisito y bocado exquisito y entre trago y trago , también exquisitos , expuso sus argumentos para tratar de reiniciar la relación con su novia. Le volvimos a recordar las palabras de Rosita al respecto y terminó admitiendo que , en efecto , él no había nacido en Marte sino en un planeta de otra galaxia llamado Uranión cuyo nombre sonaba a nuestro Urano una barbaridad. Tras un largo viaje de dos días desde su Uranión natal había marterizado en misión especial semejante a nuestros espías pero perteneciendo al Servicio de Inteligencia de Uranión , en un rojo jardín propiedad de Rosita , la cual , nada más verlo , se dirigió a la nave en la que había viajado tratando de auxiliarlo. Del auxilio se pasó al agradecimiento ; de éste a la amistad y de la amistad al amor como una flecha lanzada por nuestro Cupido . Jamás preguntó Rosita que de dónde venía porque sus rasgos , lengua , formas de moverse y de comportarse lo hacían marciano de pura cepa aunque no lo fuera.
Fue en este momento de la narración cuando más miedo sentimos hasta el punto de que alcanzamos el temor , el pavor y el horror advirtiéndolo Colorín por nuestra manera de temblar. Sin embargo continuó su monólogo como si no se hubiese dado cuenta y nosotros seguimos oyéndolo tratando de contener nuestro tembleque lo más posible. Estábamos , según sus palabras , ante un espía intergaláctico y , por consiguiente , nuestros temblores estaban justificados.
Durante los dos años de relación que llevaba con Rosita , comenzada el mismo día de su llegada a Marte y terminada hace poco , había silenciado su origen y el porqué de su llegada a Marte por llevar en la masa de su sangre su condición de espía y , derivado de ella , llevar en la masa de su sangre que siempre su profesión sería mantenida en el más estricto secreto le marchasen las cosas como le marchasen. Hasta hacía muy poco le habían ido las cosas viento en popa pero ahora el viento había rolado y no soplaba a su favor como controlador aéreo ni como nada. Nos pidió encarecidamente que mantuviésemos su secreto ya que lo que estaba contándonos era la excepción que confirma la regla y , además , éramos terrícolas y no marcianos en cuyo planeta se desarrollaba su misión secreta. Nos volvió a pedir , también encarecidamente , que de su origen Uranionense y de su misión secreta y pacífica en Marte , nada comentásemos a Rosita porque aún la descorazonaría más .
Oídas palabras tan extravagantes como las que habíamos escuchado de Colorín Colorado , el asunto parecía resuelto . Sin embargo , continuando con las extravagancias , también nos dijo con absoluto secretismo que ni su nombre era Colorín ni su apellido Colorado , pero que por tener que pasar por marciano rancio eran los que él eligió al comienzo del desempeño de su arriesgado oficio de espía , aunque en teoría fuese controlador aéreo en el planeta rojo. Su nombre y apellidos reales eran los de Verde Verdejo. No nos habló de su misión en Marte , cuestión que no es de nuestra incumbencia , pero al volver a tomar el taxi-ovni en el que había venido al planeta azul estábamos convencidos de no volverlo a ver más y de que nuestra bonísima amistad con Rosita Rojo continuaría siendo como lo era y sería siempre. Lo único que dedujimos del planeta Uranión fue su color : verde .
No hay comentarios:
Publicar un comentario