Era , con arreglo al color de sus vestes , el perfecto candidato aunque no se pasease con la blanca toga sino con pantalón , camisa y , a veces , chaqueta y corbata de este color. A pesar de ello , no aspiraba a cargo , puesto o prebenda alguna . Lo hacía solo por cuestión estética y , según sus palabras , porque así su blancura de alma exterior se traslucía. Hablaba , en sus largos paseos por la playa , con poca gente. Cuando por los arenales de ella , por sus orillas , caminaba , la blancura de sus también zapatos blancos era impoluta . Milagroso era tanto que sus zapatos permaneciesen siempre blancos como el resto de sus albas vestimentas. Caminaba por la arena mojada , sin chaqueta y sin corbata , sorteando con agilidad desconocida las pequeñas olas rompientes . Portaba chaqueta y corbata solo cuando las situaciones y el clima lo aconsejaban ; en caso contrario , como ahora , tan solo llevaba encima los pantalones , la camisa , los calcetines y los zapatos blancos . No es necesario comentar que si se le preguntaba algo relacionado con el color de todas sus vestimentas , respondía , con sumo agrado , lo siguiente : SOY EL ETERNO CANDIDATO . Buen número de personas carentes de conocimiento de la lengua latina no entendían el significado de sus respuestas y lo tomaban por medio loco . A pesar de su extravagancia en el vestir , de orate nada tenía el veraneante que , de manera fiel , se acercaba , anualmente , durante los meses de verano a las playas de la ciudad . Se trataba de hombre entrado en años , los setenta ya los había cumplido , y solitario. Tal vez viudo sin hijos o con ellos pero que de él nada querían saber según me dijo , hacía tiempo , un día que hacía una buena y fresca mañana más propia de otoño que de verano. Como su fidelidad veraniega duraba ya más de treinta años , llegué a intercambiar con él algunas palabras que traslucían , en efecto , la blancura de su corazón y de su alma.
Mediante éstas , conocí su dedicación cuando estaba en ejercicio de su profesión . Había sido profesor en una escuela de conductores . Su color preferido había sido siempre el blanco , con el que se vestía , ya que durante toda su vida se consideró candidato y había que vestir a tono con sus aspiraciones. Está de más decir que el color de los coches con los que sus alumnos practicaban era el blanco.
Sin embargo dos dudas me seguía asaltando de forma continua : a qué candidatura se presentaría el candidato y cuándo se celebrarían las elecciones. De manera lacónica y con la lentitud que caracterizaban sus respuestas , cuando le expuse mis dos dudas , respondió con naturalidad : soy candidato , como todo bicho viviente , a morirme y no sé cuando ésta habrá de producirse . Sin embargo , un día y a una hora me llegará la parca Átropos . Soy , por tanto , candidato a ella. Tanto como usted y todo el mundo aunque los demás solo se vistan de blanco en algunas fiestas ibicencas y , con asiduidad , no vayan vestidos así. ¿ Qué de malo tienen mis ropas blancas ?. No comprendo el porqué la gente me mira tanto y me habla tan poco excepto usted que , a veces , viste de blanco por estética y por lo que todos sabemos . Cosas mucho peores y criticables hacen los hombres y casi nadie se asusta.
No conocía su nombre ni me importaba desconocerlo , Conocía , y esto era suficiente , el porqué de su candidatura. El verano pasado lo eché de menos .Quizá Átropos hubiese aceptado su candidatura.
Mediante éstas , conocí su dedicación cuando estaba en ejercicio de su profesión . Había sido profesor en una escuela de conductores . Su color preferido había sido siempre el blanco , con el que se vestía , ya que durante toda su vida se consideró candidato y había que vestir a tono con sus aspiraciones. Está de más decir que el color de los coches con los que sus alumnos practicaban era el blanco.
Sin embargo dos dudas me seguía asaltando de forma continua : a qué candidatura se presentaría el candidato y cuándo se celebrarían las elecciones. De manera lacónica y con la lentitud que caracterizaban sus respuestas , cuando le expuse mis dos dudas , respondió con naturalidad : soy candidato , como todo bicho viviente , a morirme y no sé cuando ésta habrá de producirse . Sin embargo , un día y a una hora me llegará la parca Átropos . Soy , por tanto , candidato a ella. Tanto como usted y todo el mundo aunque los demás solo se vistan de blanco en algunas fiestas ibicencas y , con asiduidad , no vayan vestidos así. ¿ Qué de malo tienen mis ropas blancas ?. No comprendo el porqué la gente me mira tanto y me habla tan poco excepto usted que , a veces , viste de blanco por estética y por lo que todos sabemos . Cosas mucho peores y criticables hacen los hombres y casi nadie se asusta.
No conocía su nombre ni me importaba desconocerlo , Conocía , y esto era suficiente , el porqué de su candidatura. El verano pasado lo eché de menos .Quizá Átropos hubiese aceptado su candidatura.
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