Me lo temía y así ha sucedido. He recibido una carta de don Felipe Delgado , poco delicada , en la que se me notifica el despido. La patada en el trasero que el periódico el Día de Mañana me da por irreverente e irrespetuoso con el Santo Padre de Roma , Biendicho , Bendito , Benedictus o Benedicto XVI, me ha dolido y escocido. A Arturo le ha sucedido lo mismo y por idéntico motivo. Mi primo , más comedido y morigerado en su comportamiento durante la entrevista con el Sumo Pontífice y más dialogante con la Guardia Suiza, no ha recibido carta alguna en cuanto que no forma parte de la plantilla del periódico. Para que no lo denunciemos por incumplimiento de contrato, don Felipe escribe que nos respetará lo prometido en él en cuanto que no hay duda sobre la realización del viaje y sobre nuestros comportamientos durante el mismo , incluída la temporada de permanencia en Marte. Son , pués , motivos religiosos los causantes de nuestros despidos , algo improcedentes.
Sospeché siempre que don Felipe era algo meapilas y beatón , pero nunca hasta estos extremos. Su catolicismo integral lo ha llevado a cometer un error de bulto , ya que ha sobrepuesto nuestra leve crítica a la Cabeza de la iglesia , cabeza dirigente con formas poco democráticas para los tiempos convulsos que corren , a nuestros incuestionables méritos aeronáuticos y reporteriles. Sabemos que el alto mando de la base del Arenosillo, coliderado por el señor Arenas de los Arenales , don Movedizo , junto al señor Vigilante de la Noche , don Perpetuo , más democrático que la dictadura romana por su bicefalia , ha removido cielos y tierras para apartarlo de tan injustas expulsiones. Incluso , el propio Papa llegó a interceder por nosotros dando , en este punto , una muestra de amor al prójimo ; pero don Felipe ha resultado ser más papista que el Papa con lo peligroso que ésto es.
Pesarosos y apesadumbrados por nuestraa expulsiones, Arturo y yo nos dedicaremos a dar conferencias por las principales ciudades europeas , asiáticas , africanas , americanas y oceánicas , como el señor del bigote que presidió unos años el gobierno de España , el señor Aznar, a quien siempre acompaña en sus rentables viajes, como Arturo hace , su inseparable y amadísima Botella.
Debido a nuestros despidos , naturalmente ya no podré escribir crónicas como miembro de la plantilla del Diario de Mañana. Mi independencia de pensamiento me ha costado cara. De esta manera , Wilhelmus Alvarinus Toletanus pone fin a las crónicas intituladas como el Viaje a Marte, que tan desconsiderado final han tenido.
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