La entrevista en televisión ha durado menos de lo esperado y ha servido para que en el planeta rojo , tanto en su parte hipomartense como hipermartense, mis palabras hayan sido acogidas con beneplácito y aquiescencia que es casi lo mismo ; es decir , de buen grado. y con aprobación. De la periodista a la que he respondido , bajo el punto de vista físico , mejor no describilla y mucho mejor enmendalla.Una vez terminada la entrevista , reseño mi charla-conferencia-coloquio
Comencé mis palabras aludiendo al DE SENECTUTE DE CICERÓN , obra conocida pués muy cultos aunque poco cleros son los martenses y , tras breve glosa de tan clásico estudio sobre la vejez , di rienda suelta a mis propias ideas sobre las edades provectas a las que me acerco no sé sin querer pero queriendo a mis años como al prójimo y como a mi mismo. Más vale vejete achacoso que viejo que se las da de mozo dije , para , a renglón seguido , advertir que , si los achaques no nos dejan vivir ni dejamos vivir al prójimo , más vale muerto que secillamente vivo. Lo otro sería un martirio , pedí perdón , para propios y próximos o prójimos. Una primera ovatio u ovación interrumpió mis claras palabras a las que siguieron otras acerca de la sabiduría que los años otorgan al añejo ciudadano o campesino de la Tierra o de Marte que es dueño de cacumen receptivo. Quien no tiene entendederas suficientes para entender lo natural que es el paso de los años y la acumulación de ellos con lo que implica de bueno y de malo , mal vejete será. y estulto habrá sido con anterioridad al paso de sus años. Además , piensen ustedes que la vida material no es , según creencias queridas y admitidas tanto en el planeta azul como en el granate , el fin de nada ; sino el principio de todo : de la vida eterna. Segunda ovación en cuanto que el agnosticismo o ateismo militante es inexistente en Marte.. En cuanto a la demencia mental senil , para la que los martenses tienen fármacos curativos muy eficaces , aventajándonos en ésto como en tantas otras cosas a los terrícolas iracundos , pasé por alto sobre ella ; sin más. Sus prótesis y envidiable desarrollo de la ortopedia sustituye de forma nada traumática huesos , músculos y órganos , haciendo que , en comparación con los veinte años , la persona martense vaya cambiando paulatinamente de aspecto a medida que va cumpliendo años , que aquí son de menor duración que en la Tierra por motivos obvios de dimensión planetaria. Por ello que , todo tiene sus pros y sus contras , a algunos ancianos del planeta rojo no los reconozca ni la madre que los parió ( si vive , pués aquí la vida es larga y sus habitantes sobrepasan , con creces , los dos o tres siglos de existencias ) , lo que causa problemas a veces insolubles. Otra parte negativa de la longevidad entre ellos es la multiplicidad de familias políticas que van acumulando a lo largo del discurrir de meses y años , motivada por la existencia y práctica del divorcio más o menos civilizado , y que , de igual manera , tantos problemas causa.
Tras entonar , yo , un gaudeamus igitur a la senectud , por la cercanía a la meta de la vida eterna , di por terminada tan interesante charla seguida por las preguntas de los asistentes al acto. Entre ellas destaco las que siguen, a las que respondí como Dios me dio a entender .
¿ Se considera viejo , Wilhelmus ? , inquirió un martense en los huesos y de aspecto cadavérico-terrestre , de vetusta imagen.
En comparación con las edades que ustedes alcanzan , no puedo considerarme como tal , muy señor mío, respondí , mas para los años terrestres me considero un vejete incipiente aunque no inconsciente.
¿ Qué ventajas ve que tiene la vejez en comparación con la juventud ?. preguntó una martensa semejante en color , bigotes y cuerpo grasiento a nuestras focas.
Si es inteligente , bueno y cree en la vida eterna , muchas.Entre ellas , mayor capacidad para comprender la generalizada estupidez de los hombres , me refiero a la Tierra , puntualicé, y , sin duda mayor clarividencia. En mi planeta distingo , en lo que a su pregunta respecta , tres clases o tipos de personas : unas son las que nacen sabiendo , caso de martenses y martensas ; otras , las más , las que no aprenden nunca y la tercera las que aprenden a lo largo de los años. Una sonora ovación que pareció trueno tormentoso del monte Olimpo , puso punto final a la charla coloquio y , satisfecho , retiróme entre la aclamación sonora . Todo un éxito para el problable establecimiento de relaciones interplanetarias. De Marte al cielo pasando por Sevilla.
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