Empiezo a teclear mientras en casa todos duermen. Emilú lo hace en el regazo de su madre adoptiva. Yo acabo de despertarme , con miedo a todo como ahora tengo , de mi pequeña siesta. No creo que haya durado más de un cuarto de hora aunque durante más tiempo haya permanecido en la cama con corbata ya que hace fresco y me abriga la garganta. Costumbre mía que no ha podido llevarse la depresión. Esta tarde , por ahora , no me duele el estómago por cuestiones nerviosas propias del mal que me aqueja . Oigo los vientos de Cádiz silbar al tiempo que intento apartar de mi cabeza los pensamientos negros que se están convirtiendo en acompañantes indeseables . Se comprenderá , por lo que acabo de decir , porqué aparece lo de que no es buena señal en el epígrafe de la entrada. Ojalá que los vientos de Cádiz arrastraran los fantasmas , si en verdad los son , que me acosan impidiendo ser como soy y he sido durante muchos años. Las depresiones , si son recidivas , alejan a uno de todo y de todos. Apartan , a quien la padece , de la capacidad de disfrute que el escribidor mantuvo durante gran parte de su vida. Obedezco los consejos que recibo redactando estas letras inanes las cuales ,momentáneamente , me liberan de padecimientos y sufrimientos mayores. Después llegará el tío Paco con la rebaja y , al no poder seguir tecleando por carencia actual de más ideas , volverá el bajón anímico y los monstruos que me acechan reaparecerán diciendo aquí estamos de nuevo : te queremos mucho y por esto no podemos abandonarte . No obstante , mientras el escribidor pulsa las letras , parecen alejarse aunque sea un alejamiento temporal y corto. Algo es algo . Tal vez por ello se me insista en lo que estoy haciendo y yo me haya convertido en un ser insistente e iterativo ; cansino hasta la náusea .
Con frecuencia me pregunto a qué lugar habrá ido mi sentido del humor anterior . Con frecuencia me pregunto multitud de cosas sin encontrar respuestas El Gran Hacedor bien que me pudiera echar una mano . Hasta ahora no lo ha hecho y parece no estar por la labor . El psiquiatra que me atiende me cortó la medicación . Solo me dejó el ansiolítico- hipnótico que me permite dormir bien por las noches. Los amaneceres me resultan aterradores. Temo que tenga que volver al psiquiatra-psicólogo con anterioridad a la fecha para la que me citó. Temo a todo, pero aquí sigo luchando . Espero que , en el momento más inoportuno , las fuerzas no flaqueen como a veces flaquean. No he podido evitar escribir otra vez sobre la depresión . Perdón por la reiteración . Me siento obligado a pulsar las letras del teclado del ordenador y apenas encuentro otros asuntos sobre los que escribir o cuestiones a tratar . Los hay , y en abundancia , pero...
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