A una representación de ellos en los que había mujeres y hombres de todas las edades y procedencias geográficas más o menos lejanas a " nuestra " Andalucía " ; con lo que intento decir que las y los había de todos los colores y de todas las razas del planeta Tierra . En buen número se trataba de mujeres de buen ver y mejor tocar y besar , ellas , y de varones de buenas estaturas y guapetones pero a los que hubiese preferido no ver ni desde lejos y , por supuesto , no tocarle o , como máximo , las narices en el sentido figurado. Se trataba de gente prepotente y riquísima que se notaba a leguas que eran los dirigentes del cotarro mundial . A algunos conocía de referencia , no de trato ni de conversación gracias a mi Dios , como miembros del grupo Bilderberg : casi nada . Se dirigieron al director de la empresa MESAS REDONDAS con un talante chulesco y , a causa del valor que les daban a sus valores materiales de los que indiscutiblemente gozaban y pensaban seguir gozando siempre creyendo que con sus riquezas podrían saltarse a la torera el tránsito definitivo o llevárselas con ellos a sus sepulturas faraónicas con prepotencia e intolerancia para y hacia cualquier persona en la que su nobleza de alma o de cualquier otra cosa predominara.
Don José los agasajó en el salón de reuniones de la empresa y yo tuve que guardar las formas , que ellos no mostraban , por mi educación . Al igual que los miembros del gabinete de decoración y de ebanistería que fueron testigos de aquellas actitudes tan insoportables como faltas de un mínimo respeto hacia los miembros de la empresa MESAS REDONDAS . El grupo lo formarían unas treinta personas dispuestas al pronto pago , presumiendo de honradas sin tener honra ni por asomo , y comiendo y bebiendo como los antiguos repartidos : como descosidos pero con correcto uso de la cubertería que para eso el dinero permite el rápido acceso al dominio de las buenas formas provenga el dinero de donde provenga y tenga mayor o menor antigüedad y solera . Una reala como para no verla ni conocerla pero cuyos dinerales le permitieron firmar el contrato para la construcción del Palacio en la Luna cuando las condiciones del planeta azul se hagan imposibles para sobrevivir en él. A pesar de saber con qué bueyes arábamos , el contrato se firmó porque siempre don Dinero será poderoso aunque no caballero ni señora en condiciones.
Mientras tecleo esta entrada en el ordenador , Emilú duerme su siesta mañanera a mi lado y , de vez en cuando , abre sus ojos verdes y me mira no como a una mariposa ni como a un asesino , sino como a un buen amigo. ¿ sabrán los potentísimos potentados lo que es un amigo fuera de los intereses malsanos por los que se mueven y aspiran a moverse más ? Pienso que no , pero el encargo solicitado está en marcha a pesar de todo.
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