A unas generaciones suceden otras y así se va haciendo el camino . En plena antigüedad y tiempos anteriores a los actuales , creo que hasta la revolución tecnológica , esta sucesión se llevaba a efecto y los cambios en el pensamiento intergeneracional , aunque se pueden apreciar tal demuestra la Historia de las Mentalidades, no eran abismales como los son a día de hoy y pienso que más lo serán el día de mañana. . No es mi pretensión , sino todo lo contrario , argumentar en contra de lo defendido por Febvre , Duby o Le Goff . En mi interior y en mi exterior advierto cambios substanciales , que normales son , respecto a las generaciones que me suceden . Entre ellos , los cambios físicos que comportan el paso de los años ; es decir , los síntomas de la senectud.. La juventud sigue siendo divino tesoro. No hago referencia a enfermedades somáticas o psíquicas , aunque a las segundas pudiese aludir ya que es mi padecimiento ; sino al deterioro normal indicado por la paulatina pérdida de memoria , de elasticidad corporal , de resistencia física . etc... y al acelerado aumento de las diferencias con las generaciones posteriores a la mía. La Historia de las Mentalidades recoge estas diferencias .
Si a lo dicho se le añaden medicaciones , con sus efectos secundarios , las diferencias aumentan.
Que las hubo entre la generación anterior a la mía y la mía misma , es tan cierto como susceptible de constatación. Se ha tendido siempre a la superación de tabúes por y para el bien del progreso de la humanidad .
A pesar de ello , la rápida eclosión y avance de las técnicas a partir de determinado momento de la Historia , tomo como fecha inicial los años cincuenta del siglo anterior , el siglo XX , va socavando el abismo que separa mi generación con la que la sigue o con las que la continuarán.
Marginando los avances rapidísimos en las técnicas de comunicación , los usos y costumbres de las actuales generaciónes han evolucionado a ritmo muy acelerado. Tanto que es difícil , a veces , constatar que entre una generación y otra solo han transcurrido unos treinta años. Las diferencias en las escalas de valores se han acentuado hasta llegar casi a convertir lo que antes era considerado como bueno , en malo. Lo que se veía y se consideraba positivo como negativo. Ya dos más dos no me atrevo a decir que sean cuatro si soy consciente de lo que afirma la ciencia cuántica inventada por Max Planck en 1900.
Recuerdo hábitos de vida que eran tenidos como malos para la salud y que ahora son considerados buenos. A la mente me viene el pescado azul o la cuestión sexual. Precisamente en este campo las costumbres y los usos han evolucionado hacia lo natural rompiendo cortapisas impuestas por algunas religiones. La generación joven de hoy día , problemas laborales y coyunturales aparte , muta , en buena parte , su escala de valores a una velocidad desconocida por generaciones anteriores a ella.
Recuerdo a un profesor de Historia , en bachillerato , que afirmaba , con razón , que más se pudiera asemejar la escala de valores , y por tanto las mentalidades , de la Edad Media con la de la Edad Antigua o la Moderna , que la generación nuestra , tengo 70 septiembres , con la de nuestros hijos.
De aquí que , si no se es transigente con los cambios , puedan aparecer roces que , en más de una ocasión , lleguen a arañar. Hago todo lo posible para evitar que se produzcan . Los cambios de mentalidades de los jóvenes con respecto a las mentalidades pasadas avanzan , como las técnicas , a gran velocidad. A una velocidad que nos puede atropellar como mal menor. Luchar contra las tendencias de la sociedad es inútil . Tratar de ir a contracorriente del avance técnico y científico , aunque se pueda pensar que no es ése el camino , lo mismo. Por tanto , estoy perdido en la jungla
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