Tiangong-1 , para quien no lo sepa , es una estación espacial china que caerá sobre nuestro planeta Tierra en días próximos. Probablemente entre el sábado , 31 de marzo , y el lunes , día 2 de abril, como sabe cualquiera que mire un almanaque o que tenga un móvil . Es decir , como sabe casi todo el mundo.
Aunque los expertos dicen que el riesgo de que alguien resulte dañado en sus bienes y propiedades o resulte herido es mínimo ; yo no me fío ni un pelo y con casco pienso caminar mientras exista el peligro. No obstante quien evita la ocasión evita el peligro y por lo mismo piense salir de casa poco. Solo para coger el catamarán e ir a ver a mi hijo que lesionado se halla. . No creo que vaya a tener la mala suerte que atravesando la Bahía de Cádiz se precipite sobre mí o sobre alguien querido. Los entendidos en la materia han establecido unas zonas del planeta azul en las que existe más probabilidad de que caigan algunos restos de la Tiangong-1 , y entre ellas está la franja norte de nuestra península ibérica. Eso , al menos , es lo que prevén los chinos. Por su parte , la Agencia Espacial Europea dice que la probabilidad de que un fragmento o trozo de ella , en caso de no desintegrarse por completo la citada estación al entrar en contacto con la atmósfera , nos dé en la cabeza ( nos alcance ) es mínima : diez millones de veces menor a que nos alcance algún rayo producido por alguna tormenta; lo cual también es mala suerte.
Eso de lanzar estaciones al espacio y que cuando terminen sus misiones caigan sin control es una jugarreta propia de chinos. A Dalai le he comentado el asunto y me ha dado la razón.
Los chinos deberían ser más responsables y desintegrar la Tiangong-1 antes de que caiga en la Tierra sin control . Muchos controles remotos y muchos avances de la técnica para que después pueda darnos en el coco algo caído del cielo. Algo de la basura que nos rodea. Sé, hasta ahí llego , que las tres cuartas partes de nuestro planeta son agua. Hay , pues , más tierras sumergidas que emergidas y otras no están habitadas ; pero a pesar de ello yo me he comprado un casco con el que pasearé por las calles de la ciudad en la que vivo.
Si alguien me pregunta que adónde voy con esa pinta , le diré la verdad sin más. No tengo por qué ocultársela.
El casco es azul , mi color preferido , y con él pasearé si el tiempo no lo impide . El paseo es obligación impuesta por el médico , quien me ha aconsejado caminar a diario media hora.
Tanto luchar en esta vida para que restos de un objeto lanzado por los chinos nos lleven al otro mundo. La amplísima geografía de China está fuera de los territorios en los que existe mayor probabilidad de que caiga , lo cual no es coincidencia sino muestra fehaciente de lo mucho que saben los chinos. Tanto que están comprando las tiendas más representativas de las ciudades para convertirlas en lugares de venta de mamarrachos de baja calidad. Invasión pacífica que España , como otros países , padece sin yo saber si será para bien o para mal. A lo mejor la invasión pacífica sirve para solucionar el asunto de las pensiones . No creo porque los chinos son muy suyos , pero ojalá así fuese.
Ahora bien , el casco me protege la cabeza pero no el resto de mi cuerpo , ni mi casa ni otros bienes si los hubiere. Tampoco a las personas que no lleven cascos , casi todas, ni a sus bienes muebles o inmuebles si los hubiere.
Daños de consideración causarían los fragmentos de Tiangong -1 en caso de precipitarse sin control en alguna zona habitada del planeta azul. El nombre de la estación espacial china suena a gong que es una barbaridad . A lo mejor si viene lanzado el fragmento hacia mí suene alguna agradable musiquilla tibetana de gong que me endulce el golpe y éste no sea mortal o , en caso de serlo , que sea para bien y no para mal .
Tania y Gualterio me piden que les envíe mi escrito sobre TIANGONG-1 a toda velocidad por el medio que más fácil me sea , que es éste. Éste que se puede leer tanto aquí como en el periódico de Tania y de Gualterio , dos periodistas como las copas de dos pinos. Dos periodistas de raza , de rompe y rasga tal Wilhelmus no es. Si lo fuese no escribiría esto ni otros artículos que la bondad y el cariño que me profesan Tania y Gualterio me piden para publicarlos en su periódico...
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