Así se llama el restaurante de don Justo De la Justicia y Grande , mi nuevo benefactor y jefe , que es hombre de leyes. Tanto que es Magistrado presidente de sala en una Audiencia andaluza. Omito , con deliberación y sin alevosía , el nombre de la capital andaluza en la que don Justo ejerce sus magistratura con decoro y decencia. Don Justo De la Justicia fundó con sus ahorros y una pequeña herencia familiar procedente de la venta de unos olivares que pertenecían a sus pasados desde hacia cuatro o cinco siglos , mucho tiempo el olivar en manos de la familia De la Justicia , un restaurante al que puso , definitivamente , el nombre , atractivo sin duda , de : EL RECLAMO DEL GOURMET. Digo definitivamente porque dudó llamarlo así o de las maneras siguientes : La Gaviota a la Plancha ; El Cordero Socarrón ; La Abuela del Cordero ; La Gallina Ligona ; El Pato al Limón o El Cenáculo de la Justicia. Tras consultar con su mujer e hijos sobre convenientes e inconvenientes de unos nombres u otros para bautizar su nuevo negocio , la familia , reunida al efecto , decidió , por mayoría absoluta y sin voto en blanco , que se llamase : EL RECLAMO DEL GOURMET por parecerle el más adecuado a las características de lo que a la clientela se ofrecería y el más serio de los siete posibles.
En dicho restaurante ejerceré yo de relaciones públicas. Según don Justo , mi ida y vuelta del planeta rojo es atractivo suficiente , a más de la calidad de los yantares que ofrece el más que coqueto lugar , para ser perdigón de reclamo de una clientela a la que , aunque selecta , la crisis-Cosa azota en bolsillos y faltriqueras. Casi no es necesario decir que Arturo Pérez trabajará en EL RECLAMO DEL GOURMET , como jefe de comedor ( maitre , con acento circunflejo sobre la i como todo el mundo sabe ) debido a su dominio de varias lenguas europeas , a su adecuado carácter y a su pericia en todo tipo de vinos. El mío , hago refrencia al carácter , tampoco ha desentonado nunca atendiendo a las personas como merecen ; oséase , unas merecen un trato y otras otro. Todo de acuerdo y a juego de las distintas educaciones de la clientela que , como más arriba dije , suele ser distinguida y selecta por sus buenas costumbres , finos paladares y naturalidad nunca reñida con elegancia. Por su saber estar.
Arturo está como loco con la carta de vinos y con su trabajo que le permitirá , si todo se desarrolla sobre las ruedas que pienso , desahogar una posición económica que ya llegaba a serle insoportable. Tanto o más que la que le provocan los apéndices que luce en la frente sobre los que don Justo le ha recomendado , por la buena marcha del negocio , que se los recorte , adecente y ordene. Lo hará. No tengo la menor duda.
A medida que nuestros trabajos vayan desarrollándose y las intuiciones que albergamos sobre don Justo vayan cumpliéndose , iremos contando nuestras cuitas , desventuradas o venturosas. Creemos los dos , Arturo y Wilhelmus , que venturosas. Que así sea. De momento , Arturo ha catado los vinos almacenados en la bodega y los dos nos hemos acordado de nuestro compañero de viaje al planeta rojo, mi primo José Joaquín Pineda, y de Rosita Rojo. Hemos brindado por ellos y por su bienestar junto a don Justo.
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