Hace memoria de su vida , como periodista , anterior a su ejercicio como relaciones y orientador público en EL RECLAMO. La hace en la cama en la que un catarro de vías altas lo tiene postrado y abrigado hasta las cejas. Piensa que el frío que pasó ayer paseando por el paseo puede haber sido la causa de tan común mal.
En su memoria relucen con luz propia dos hechos , a los que él llama hazañas , de un valor incalculable y sin valorar por la opinión pública. Son estos hechos o hazañas la entrevista que logró hacerle al occiso Bin Láden , el señor de la miel amarga ; y el , aquí narrado con detalle , viaje de ida y vuelta al planeta rojo acompañado por su actual compañero de trabajo , Arturo Pérez , hoy pareja de Ninette , piloto de naves espaciales y aeroespaciales y empinador exagerado de codo ; y su primo José Joaquín Pineda , de la misma edad que él y que sigue siendo fiel a su mujer como Wlhelmus a la suya , raras aves hodiernus et olim para que se vea , diría Wlhelmus , que , en sus años de estudiante , entre bachillerato y licenciatura , estudió , durante ocho años por lo corto , la lingua latina que tantos conocimientos y cultura da. Más que la bárbara inglesa que ahora tratan de imponer en todos los centros de enseñanzas y en todos lo trabajos en España como si la propia española lo fuese de catetos , malhablentes y malandrines¿ Adónde se llegará ?. Wilhelmus dice que él solo sabe que llegó a Marte , y volvió , y que logró ver y hablar con Láden en la única entrevista que concedió a periodista español , volviendo vivo de tan arriesgada misión. Es consciente Wilhelmus de que , con reiteración , le vienen a la memoria estos heróicos , de aquí que los llame hazañas , hechos ; pero los méritos de uno son de uno y nadie debiera apropiárselos o ponerlos en duda como con frecuencia se ha hecho con los suyos. A Dios lo que es de Dios , al César lo que es de el César y a Wilhelmus lo suyo aunque sea un Alvarinus Toletanus al que su economía no le permite tirar largo ni vestir de tiros largos , sino , simplemente , ir tirando mientras se pueda. Hubo una vez , recuerda Wilhelmus en medio de los recuerdos citados que le asaltan , yaciente , en el sopor de la fiebre , que otro Toletanus , pobre hombre aunque fuese más o menos rico , le comentó , en lo relativo a su ancestral nobleza e hidalguía que , cuando se pierden las pistolas para poder dar tiros largos , ya no se es nadie. No especificó , el pobre hombre apellidado Toletanus como él , qué queria decir con nadie. Wilhelmus , aunque sin tirar largo , puede vivir , todavía y si los recortes del recortador que todos sabemos se lo permiten , con dignidad y con más educación y valores no materiales que aquél Toletus exreligiosus de cuyo nombre no quiere acordarse porque no sabía lo que decía ni de qué hablaba aunque hablase inglés. De clase , aunque profesor era , poca. De errores de valoración y apreciación muchos. Que le haya ido lo mejor posible con sus carencias personales. A Wilhelmus , con su honestidad y educación , no se le han cerrado puertas ni sociológicamente ni laboralmente. La de ahora es puerta de lujo tal a restaurante de lujo corresponde. Los periódicos en los que colaboró puedan dar fe. Los periódicos y sus compañeros , directores y directoras como en algún caso hubo. Y Wilhelmus , sonriéndose con sus recuerdos , estornudó y volvió a estornudar como los peces beben en el río y vuelven a beber tal dice el villancico navideño. Achís , achís , chís... Dentro de dos o tres días piensa que estará como nuevo y podrá incorporarse , un mirlo blanco o un favor de los que la Providencia otorga de vez en cuando , a sus labores de relaciones públicas y orientaciones asimismo públicas y privadas como ha sido el caso de don Justo De la Justicia aconsejándole unos días de estancia en Cazalla de la Sierra , lugar de nacimiento de su padre , abuelos , tíos abuelos y familia paterna en general.
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