En las relaciones hombre-mujer , vayan mal o vayan bien , y si hay hijos de la pareja esté oficializada la unión o no , ella , la madre es , por lo general , la que mayor influencia tiene sobre la descendencia. Es por naturaleza , en cuanto que ella los ha gestado en su cuerpo , lo correspondiente.
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Su escala de valores , unas dan preferencia a los buenos y otras a los menos buenos o acertados , será la que , cuando los hijos sean mayores , prevalecerá. De aquí que la figura del padre sea infravalorada , por valores que tenga , y la materna suela ser encumbrada ; llevada a los altares y , en algunas ocasiones, con razón y de forma merecida .
La descendencia , sea el número de hermanos mayor o menor y , en cuanto menor más se apreciará , tenderá a medir a las personas por rasero semejante al materno. De aquí que , por mucho que intente el hombre imponer el suyo siempre quedará en ello : en intento.
Por tanto lo más acertado , para el mantenimiento de la paz , es no poner objeciones a los valores que ella , la madre , inculca a la prole. Si son óptimos , suerte se habrá tenido . Si no lo son, o no lo son tanto , menos suerte habrá tocado .
La supuesta batalla está perdida de antemano por el hombre y , sobre todo , si la madre es buena . El padre , sea o no bueno , es lo de menos. Así lo veo y lo entiendo .
Por consiguiente , lo mejor es tirar la toalla y que salga el Sol por Antequera. El hombre siempre se hallará solo y su visión de las cosas no prevalecerá entre sus hijos durante un tiempo. Más tarde , con posterioridad a la muerte del padre , quizá... En caso de separación o divorcio, la cuestión planteada queda aún más de manifiesto.
Viene esto a cuento de las relaciones establecidas por los hijos. En ellas , las teorías y escala de valores defendidas por la madre serán las llevadas a la práctica por los descendientes de la pareja hombre-mujer . Las relaciones que entablen los hijos irán, casi siempre , encaminadas a establecerse con arreglo a los criterios de la mujer ; de la madre. En nada se tendrán en cuenta, o en poco , los criterios paternos. La pertenencia , por parte de padre , a una supuesta clase social superior y , debido a ello , poseer una escala de valores distinta , sobre todo a la hora de elegir pareja , en nada será respetada por los hijos . Se inclinarán por los de ella . Si los orígenes sociales de la madre son superiores a los del padre ; la cuestión será del color que ella la vea y las relaciones de los hijos se establecerán con gente de su clase; de la materna.
Siempre , desde que el hombre es hombre y la mujer mujer , ha sido así . Las mujeres son las que desde siempre han gobernado y detentado los poderes , dentro y fuera de las relaciones de pareja , se hayan establecido las relaciones entre iguales o entre desiguales en cuanto a orígenes sociales . Así que lo más indicado es tener suerte en las relaciones que se establezcan , o mucha suerte , y no discutir por esto , por lo otro o por lo de más allá . No discutir nunca nada porque nuestras cañas pueden volverse lanzas y quedarnos todavía más solos.
Lo que escribo es la tónica general en las relaciones hombre-mujer o mujer-hombre. Hay excepciones.
Sé que esta entrada me puede dar quebraderos de cabeza ... A pesar de ello aquí está expuesta porque pienso que, en general , es lo cierto y acertado estoy en mi opinión.. En vocabulario de mi padre, él solía hacer uso del término minguno cuyo origen ignoro , debo ser un minguno o un mingunito al pensar de la forma expuesta ¿ Quién no lo es ? . Las excepciones .
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