Me atraen más las húmedas que las secas.Me gustan más los bosques que los secarrales . Me atrae más el agua fluyente que los paisajes áridos en los que las ramblas se cargan de aguas de tarde en tarde. Cuestión de gustos sobre los que tanto se ha escrito aunque se diga y escriba sobre ellos que nada se escribe . Que sobre gustos no hay nada escrito .
Hay que ver las cosas que se ven y se dicen pero inclino mis preferencias por las tierras húmeda más que por las secas .
Aunque no creo en el zodiaco , sé que mi signo , virgo , es de tierra . De tierra húmeda recorrida por corrientes fluviales y bien regada desde arriba . Con régimen de lluvias elevado en el que el agua caída no se escapa por las rocas kársticas hacia el interior de la tierra sino que permanece y fluye sobre ella.
Sé que las cuevas abundan más en los terrenos formados por rocas kársticas pero , sin embargo , también son las oquedades de mi gusto conserven o no huellas del pasado humano próximo o remoto. Actual , prehistórico o de ambos tiempos . Me gustan y me atraen . Son subterráneas y el escribidor está escribiendo solo en torno a tierras emergidas en la superficie del planeta. Por tanto , el asunto de las cuevas es cuestión aparte. Sobre ellas teclearé otro día.
En mi retina guardo los helechos que forman los bosques de galería y otros muchos , algunos más selváticos que propiamente boscosos . Apenas conservo en ella los secarrales del levante español . Me gusta , se desprende de lo dicho , , más el norte de la península ibérica que el sur aunque el escribidor sea natural de Sevilla . Más el oeste que el este de España. Y la causa no es que conozca mejor una que otra . Otros varios elementos rastreo como motivos.
Si me escapo a otras tierras , me pasa lo mismo . Las latitudes no importan , pero las rocas que forman los terrenos, sí. Los regímenes de lluvias y las altitudes también.
Prefiero , por lo que acabo de decir , los paisajes de montaña , a ser posible sin que abunde el karst o las rocas calizas y en los que en teoría llueve más , a los de llanuras por bellas que puedan ser.
Para mí el desierto de el Sahara , o cualquier otro desierto del ancho mundo , aunque los defensores de sus estéticas abunden , poco me atrae bajo el punto de vista paisajístico.
Recuerdo cuando en un viaje a Galicia , hace ya bastante tiempo , atravesé la sierra de Ancares y me impresionaron sus paisajes. Sus paisajes y las vacas que , a golpes de cencerros y guiadas por el boyero , caminaban por el centro del asfalto de aquellas intrincadas carreteras . Años más adelante mis gustos por los paisajes húmedos y con buenos pastos para las vacas me seguirían atrayendo cada vez más hasta el punto de añorarlos. Ahora , al ver arder y quemarse tantos árboles y pastos de la cornisa cantábrica , me apeno y me duele .
De aquel primer viaje a Galicia guardo en mi mochila recuerdos como el de un chuletón de ternera gallega , hoy tan extendida , que me zampé en un restaurante del camino. Eran otros tiempos y otros sabores .
Si el Gran Hacedor lo permite pronto pasearé por el bosque de Turingia ,en buena compañía , que tan frondoso y de color verde debe ser por lo que de él he visto . El verdor , como color , me gusta y me atrae . Los secanos , menos . Llueve en Cádiz , que no es normal , y sopla con fuerza el viento , que sí lo es. Es probable que por caer la lluvia y silbar los vientos haya empezado y terminado esta entrada. El tiempo incita a teclear y es lo que acabo de hacer .
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