A don Máximo de la Serena y la publicó en su PERIÓDICUS . No es gran cosa pero algo de prosa poética tiene. Es absolutamente cierto lo que digo sobre ella en el post.
Don Máximo me lo ha comunicado por correo internáutico . Don Máximo es lo más alejado a un trol que pueda uno imaginarse excepto en su grandeza corporal . Conmigo , al menos , nunca lo ha sido .
Cada día que pasa entiendo algo más del mundo internáutico en el que estoy a pesar de que tan pocas cosas buenas le veo.
Para mí , trol tenía una acepción distinta , aunque tuviese los mismos orígenes , que el significado actual. Los troles eran unos monstruos malignos de la mitología escandinava que ahora han sido adoptados , como palabras , por las técnicas de la informática.
Los trolls clásicos , o troles , son descritos por Tolkien en su Hobbit como seres gigantescos y poco inteligentes.
Don Máximo es grande , como su nombre indica , pero muy inteligente como su nombre no indica . Solo indica su corpulencia aunque con el paso de los años ha menguado su imponente físico de antes. Por lo demás , don Máximo no aparenta la edad que tiene , muy avanzada , ni desde lejos . Sus andares , acostumbrado a sus paseos por el campo , son propios de persona joven aunque ya haya sobrepasado los ochenta abriles y sus males coronarios no lo abandonen . De su inteligencia no me cabe la menor duda . De su perspicacia tampoco y no lo digo por lo que tanto me ha ayudado en etapas de mi vida . Lo digo , lo afirmo y lo confirmo porque así es.
Aún conservo el recuerdo de Benquerencia de la Serena , el ayuntamiento emeritense en el que pasa largas temporadas y casa tiene ; y de su castillo roquero y dominador , como todos los castillos , del pueblo que vigila y defiende .
De igual forma recuerdo a doña Adelfa Castuera , su mujer y prima segunda por Monterrubio de la Serena, y los dulces que me dio a probar durante mi estancia en la comarca.
Adelfa Castuera es grandona como su marido y por ello ante doña Adelfa yo me sentía aún más bajito de lo que soy . El paso de los años me ha hecho perder algunos centímetros y cada día que transcurre me noto más pequeño. Cosas de la edad que no perdona . Los dos hijos , periodistas y bien colocados en rotativo de la capital , tienen a quienes salir e igualmente ante ellos me siento bajito. Son más jóvenes que yo.
Nada de lo referente a mi estatura ha tenido nunca en cuenta don Máximo como demuestra , entre otras cosas que comentar no quiero , el haber ordenado publicar mi entrada en la revista EL PERIÓDICUS.
Dinerito , así , que me embolso y del que no estoy sobrado digan los que quieran decir los que opinan lo contrario . Aquí me detengo en cuanto que no es elegante hablar de cuartos ni de quintos , de sextos ni de sestercios. De estos , por la mucha antigüedad de su circulación , algo más elegante es.
Gracias , don Máximo .
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