Estos me han impedido , hasta hace poco , escribir. Ya parece que se han solucionado . La escritura , aunque salga de la pluma y cabeza del simple escribidor, me supone un desahogo y , por tanto , un bien. No voy a teclear deseando prosperidad a todos en el año nuevo , lo cual así es , sino haciéndolo sobre el que ayer se fue ; sobre el ido año 2017.
A lo largo de él mucho tecleé en mi viejo teclado y es probable que escribiese sandeces sin cuento. No obstante , en lo escrito en el blog durante él y durante los anteriores , algo interesante habrá. El asunto o tema estrella lo es en cuanto aporta . En tantas entradas creo que de todo hay. Ahora , hoy , tal vez escriba la primera sandez , o no, del nuevo año. Cierto y verdad es que con este escrito abro el año 2018 aunque del pasado 2017 trate.
Solucionados los problemas de acceso , problemas técnicos , paso a hacerlo diciendo , algo tiene que ver con la llegada del nuevo año , que poco , en el hombre , es nuevo. Nada nuevo hay bajo el Sol, como en la Bíblia se dijo, aunque creamos lo contrario. Todo es continuidad de lo anterior , si bien no idéntico sino cambiando , mutando. Nada es , todo cambia como Heráclito el obscuro vino a decir. Que el cambio sea hacia mejor y todo fluya como la corriente del río en el que uno no se puede bañar dos veces. Que la vida siga hacia adelante y no se estanque en el pasado año que para el escribidor poco de bueno tuvo.
Pienso que con lo que más arriba digo el pensamiento obscuro de Heráclito se aclara , acopla y concierta con el bíblico. El todo fluye y ensambla lo viejo , que continúa siendo , con lo nuevo. En caso de duda puede consultarse con don Miguel de Unamuno o con don Joan Manuel Serrat entre otros pensadores y creadores que mejor lo han dicho que el escribidor.
Anoche despedí , sin decirle nada al respecto , el año que se iba y del que el nuevo es continuidad. Lo hice hablando con normalidad y a gusto , explicándonos los porqués de algunos comportamientos, actitudes y pensamientos, mientras fumábamos de forma distendida y placentera. Sin alharacas ni excesivas alegrías porque aún está por ver la forma con la que se desarrolla , fluye y cambia ,para todos y para mí , el recién nacido año que no es más que continuidad en la marcha del tiempo. Efímero e inaprensible como el humo.
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