Hizo el escribidor ,contando cinco años a una prima hermana . Esta historieta de la jugarreta ( así me ha salido y así lo dejo en cuanto que las palabras riman ) debiera ser editada por Wilhelmus sobre la etiqueta de recuerdos infantiles pero al no existir lo hago sobre la denominada RECUERDOS ESTUDIANTILES ; al fin y al cabo al primer colegio iba y algo estudiaría. El escribidor , cuando a sí mismo haga referencia en esta entrada , se dirá Wilhelmulus. La personas que sepan latín sabrán el porqué . El suceso ocurrió el año 1952 o 1953.
Consistió la jugarreta en esconder una maletita , adornada con etiquetas que llevaban los nombres de hoteles conocidos y de compañías aéreas , en un lugar de la casa en la que nací . No recuerdo el sitio pero buen escondite fue.
Debo decir que la maletita era , para un niño de cinco años , muy atractiva. La prima de Wilhelmulus viajaba con frecuencia en avión y se disponía a hacerlo una vez más acompañada por sus padres . Antes de salir para el aeropuerto , la niña , a la que se la había pedido con insistencia y se había negado a dármela , dijo que dónde estaba su maletita. Todos la buscamos ,como se busca el arca perdida , y ninguno la encontró . Mi madre , sabedora de lo que a mí me gustaba , que se la había pedido y que no me la quiso dar , sospechó de mí . A las preguntas maternas respondí varias veces que yo no sabía donde estaba ni la había visto.
La niña , mi prima , cogió un perrute de los que solía coger por cualquier cosa ante el que Wilhelmulus permaneció impávido . Repitió que él no había escondido la deseada maletita y la niña , llora que llora entre berridos. También sospechaba de mí y ante las sospechas yo seguía negando la autoría de los hechos, repitiendo una vez y otra que desconocía el sitio al que habría ido a parar el maletín.
Debo decir en mi descargo que la maletita se vendía en el aeropuerto y sus padres le comprarían otra antes de embarcar y emprender el vuelo.
Mi prima abandonó la casa ( el piso ) llorando y al rato de haberse ido saqué la maletita del lugar en el que la escondí diciendo : mira , mira la maletita . La escondí yo porque no me la quería dar.
Recibí de mi madre una fortísima regañina en la que me dijo, además de embustero , que si no me había dado lástima de la niña . No , le respondí ;ya tendrá otra igual porque me dijo que las vendían en los aeropuertos . A pesar de esto , pequeña jugarreta fue en cuanto que la recuerdo.
No me dio remordimiento de conciencia y seguí pensando que la culpa era de mi prima por haberse negado a dármela . Ya sus padres , mis tíos , le habrían comprado otra con las mismas etiquetas o con otras.
Cosas de niños y de viejos ...
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