Cuando sonó el timbre de la puerta de entrada a la casa , pensé que era Guillermete . No era él , al que esperábamos , sino Aurora y Antonio Salvador , marido y mujer . Aurora fue compañera del escribidor en la Universidad de Cádiz , y amiga. Antonio no fue compañero pero amigos nos consideramos. Dijeron que debieran haber avisado su venida , pero al llevar tiempo echándonos de menos en nuestros encuentros por las cercanías , decidieron , al pasar por la puerta de casa , llamar y preguntar. Lo del aviso previo de venida es indicio de sus educaciones exquisitas. Ambos tenían conocimiento de mi estado y , con delicadeza , me preguntaron por él. Carmen Glaukopis habló más con Aurora , en cuanto que se sentaron una frente a otra , mientras yo lo hacía con Antonio . Volvían muy satisfechos de su ida y estancia en la Argentina y nos enseñaron fotos de Buenos Aires y de las cataratas de el Iguazú . Hablamos , como siempre lo hacemos con ellos , gustosos y de múltiples asuntos ; coincidiendo en nuestras opiniones . El escribidor hizo un breve resumen de las causas de su depresión y la buena voluntad de ellos hacia mí volvió a ponerse de manifiesto. Venida a casa digna de agradecimiento y llena de cultura porque personas cultivadas son tanto ella como él , que se llevan los mismos años que yo le llevo a Carmen aunque nosotros no seamos primos y ellos sí. A mi mujer les encantan y a mí también . Les ofrecimos una cerveza y Aurora la aceptó . Mientras ambas Glaukopis charlaban yo , como antes dije , hablaba más con Antonio. Conversación amena tuvimos y agradecimiento por parte de Carmen y del escribidor por haber venido a vernos les demostramos
Me alegré de volver a verlos , ya hacía tiempo entre unas cosas y otras que no nos cruzábamos en el paseo marítimo , y de volver a intercambiar visiones de cuestiones entre las que no estuvieron presentes los asuntos políticos ni futbolísticos como debiera ser casi siempre. Aurora Salvador y Antonio Salvador no han de avisar para venir a casa . Siempre serán bien recibidos esté yo mejor o peor. Desde aquí , de nuevo gracias a los dos de parte de los dos.
1 comentario:
Hola Guillermo. Recibir a unos buenos amigos es de lo más grato que nos puda pasar. De haber conservado el apartemento que teníamos en la Avenida de Almícar Barca, con entrada por la calle Brasil, (Edificio Brasil, 3º), nos hubiéramos conocido y visitado, seguro. Desde la terraza veía la playa...la guardo en mi corazón y en las pupilas.
Veo que has incrementado la actividad del blog, me das una alegría y añado, intuyo que has debido mejorar, no sé en qué grado, pero te aporta positivos...
Sigues así.
Aunque por motivos familiares no puedo ir por Cádiz, la llevo tan dentro de mí que no olvido ni un día de mi vida que pasé en ella. Ya sabes que le tengo dedicada una etiqueta.
Un abrazo, pareja.
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