Cual Rodrigo de Triana a lo moderno , Alvah gritó : Marte , ya rojo , a la vista . A la vista de todos cuando miramos por las ventanillas . En señal de gracias a Dios , Sabina y Alvah , por orden de fama y cronológico , cantaron MONA , primero , y DIECINUEVE DÍAS Y QUINIENTAS NOCHES , después ; mientras Melania , hierática , y Katiuska bailaron un vals luciendo sus palmitos y Manzanares pegaba tres naturales toreando de salón ( lo que me trae a la memoria la obra de don Camilo José de Cela titulada : TOREO DE SALÓN , hace tiempo leída por el escribidor. Mucho tiempo .
Las mujeres católicas de la expedición : Frasquita de Haro , Adela del Campo , Glaukopis , Clorinda la Linda , Celestina Amores , Dominga , Justina Justiniano , Justita de la Justicia , Amadora etc... rezaron el Santo Rosario , mientras Claudia , la hermana de Arturo , trataba de ligar con Sabina , Manzanares y Suituno sin lograrlo con alguno a pesar de ser lo atractiva y desvergonzada como era la francesa.
En la cabina de mando , mientras todos nos regocijábamos por la noticia que Alvah nos había dado , Bomarzo Martini , con la inestimable ayuda ofrecida por parte de Arturo , dirigía LA GAVIOTA VOLANTE volando , pero a menor velocidad , hacia el planeta rojo que parecía al alcance de la mano , sin estarlo . Hallándonos en momento tan inolvidable , de súbito Colorín se puso más colorado de lo normal y empezó a expulsar un líquido viscoso y rojizo por sus descomunales orejas . Rosita se le acercó rauda y lo tomó entre sus tres brazos , mirándole el fondo de ojos mientras se ponía en contacto con su médico de cabecera que se encontraba , como es natural, en Marte. Dijo el doctor que no se asustase ni nos asustásemos porque los síntomas que presentaba carecían de gravedad. Que se debían a la reacción propia , pero no corriente , que tuvo al acercarse a su planeta natal. Recetó unas píldoras que Rosita , de manera casual , llevaba en su impedimenta , y dijo que se le suministrara una cada hora : Deduje yo , el escribidor y cronista oficioso de la expedición que, teniendo en cuenta el horario prescrito por el médico., aún tardaríamos dos horas en alcanzar la superficie del planeta rojo y tomar Marte. Dos horas de un trayecto que se había hecho más largo de lo previsto por los imprevistos acaecidos , que se habían ido solventando gracias a unos y a otros.
El cronista oficioso narrará la llegada y estancia de una semana en el lugar de destino . En el supuesto de que surgiera o surgiese algo inesperado o noticioso , tenga el carácter que tenga , el escribidor , si sobrevive , lo contará con pelos y señales . Tal como se desarrollen los imprevistos en el caso de que sobrevengan. Ojalá no vuelva a ocurrir nada reseñable . Sería lo ideal .
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