O tempus fugit como decían los romanos. Y tanto , digo yo , dándoles la razón . Nuestro tiempo de estancia en el planeta rojo va camino de su fin . Todos hemos sido atendidos y agasajados por los marcianos como Dios ( El Gran Hacedor para ellos y para mí ) manda pero el tiempo de nuestra estancia en él se acaba. Todos volveremos a la Tierra volando, satisfechos y encantados con la estancia , que breve nos ha parecido, Nos acompañarán en el viaje de vuelta , subidos en el ESCORPIÓN PICADOR porque está en reparación la CUCARACHA , Rosita y Colorín . La tripulación del ESCORPIÓN , será distinta a las que nos llevó a Marte . El piloto no será Bomarzo Martini , sino Colorado ( en el planeta rojo existen apellidos y nombres que son idénticos como en la Tierra ) Martoncity. Lo que indica la procedencia y orígenes geográficos del nuevo piloto : su martoncitysmo hipomartense . Se trata , Colorado Martoncity , de piloto tan experto como Bomarzo y sin afición alguna a la bebida. Por tanto , la posibilidad de que pille una pítima es inexistente. Muestra , el nuevo piloto , unos caracteres físicos que recuerdan más a los terrícolas , si bien sus manos tienen ocho dedos ; es decir , están más desarrolladas que las nuestras aunque ninguno de sus dedos fueron , tiempo ha , prensiles para balancearse en las ramas y copas de los árboles como hacían nuestros antiguos predecesores . Los viajeros de vuelta , todos , mostramos una mezcla de añoranza de nuestro planeta con nuestro deseo de quedarnos en el planeta rojo y vivir siempre en él ya que la justicia , en Marte , es igual para todos y no hay privilegios para nadie. Asunto desconocido en la Tierra o , al menos , que no se lleva a efecto en algunas naciones como , por ejemplo España , lugar de procedencia de buena parte de los viajeros. Sin embargo , aunque esto sea vox populi , se debieran guardar las formas sobre todo cuando se forma parte del Congreso de los Diputados por muchas falacias que en él se digan. Bueno, trataré de evitar más alusiones políticas en cuanto que respetaré mi promesa a no ser que el agua llegue al río.
EL ESCORPIÓN PICANTE , nos devolverá a la Tierra en un santiamén : en las tres horas programadas cuando despegamos de ella rumbo a Marte . Esto así será en el supuesto de no producirse incidentes tales hubo en el viaje de ida. Al sobrepasar y sobrevolar la Luna , volveremos a ver a los selenitas deambulando de aquí para allá como hormigas y volveremos a ser conscientes de que son unos satélites nuestros así como el astro en que viven. El vuelo se desarrolló a pedir de boca menos una pasada de Arturo Pérez en la bebida ya que no pudo reprimirse en descorchar las botellas de vino marciano que le habían regalado por conocer , los habitantes del planeta rojo , sus aficiones , si bien ahora más morigeradas, a beber todo lo bebible. A pesar de ello , ingirió vino suficiente , de escasa graduación y buen sabor en cuanto que yo lo caté , para pillar una cogorza en toda regla . Tan en regla que intentó meterle mano a Melania , al no poder hacerlo con Katiuska , y ella lo amenazó con decírselo a Trump quien , aprovechando la estancia de ella en Marte , había vuelto a hacer demostración de su poder bélico lanzando la madre de todas las bombas con la intención de asustar al gordo de Corea del Norte, el mostrenco y monstruoso Kim Jong-Un que tanto biruji da hasta dejarnos helados . Tan helados de miedo como el marido de Melania. La madre de todas las bombas , teóricamente , iba dirigida contra los miembros de Isis y los Talibanes que habitaban en el el este de Afganistán . Realmente , para asustar al presidente norcoreano y decir aquí estoy yo dispuesto a lo que sea. Esperemos que lo que sea no sea lo peor. Pero dejo de hablar de esta cuestión de matiz político y vuelvo a mi obligación , como cronista oficioso del viaje , a continuar con la narración de éste. El aterrizaje , efectuado en la misma explanada de salida junto al río Guadalquivir , se produjo con naturalidad y de noche , como estaba programado , tratando de evitar las aglomeraciones y carreras de la madrugada del Viernes Santo , último , en Sevilla , y muchedumbres receptoras de nuestro viaje. Como yo , una vez que tomamos tierra , volvía a obtener la máxima responsabilidad sobre los viajeros , me puse en contacto , previa compra del absoluto silencio sobre el asunto , con un conductor de una conocida empresa de autobuses sevillana que nos trasladó , sin que nadie se diese cuenta excepto un perro vagabundo que creo era el mismo que avisté por aquellos pagos , al mismo hotel del que habíamos partido. Después , cada uno pensaría lo que quisiese sobre nuestra silenciosa salida y llegada del planeta Marte y marcharía , utilizando tren , avión , barco o coche particular , a su respectivo olivo . Melania y Katiuska a los Estados Unidos . Dudo que la primera lo hiciese de muy buen grado. Me da igual que la Nasa considere cierto o ficticio nuestro viaje al planeta rojo . Por ahora el escribidor da por finalizadas sus entradas sobre esta etiqueta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario