Ya solo faltan por llegar Sabina y Manzanares. Glaukopis , Guillermo Alvah y yo lo hicimos en un taxi . Creo que los demás llegaron al aeropuerto de San Pablo y desde aquí fletaron un autobús mediano para que los trasladasen al hotel cuyo nombre omito de forma deliberada . En este mismo autobús iremos a la explanada cuando a ésta llegue la nave interplanetaria y Rosita nos avise. Lo hará de manera silenciosa y de noche para que nadie se dé cuenta de la llegada y aterrizaje de LA GAVIOTA VOLANTE . En la cafetería del hotel hemos coincidido Glaukopis y yo con Dominga Pechugona , quien hace honor a su apellido y a su nombre . Nos comentó , mientras mi mujer y yo estábamos sorprendidos por el tamaño de las que se pueden imaginar , que iba a Misa a diario hiciese el tiempo que hiciese . Si llovía por la mañana iba por la tarde y en caso de seguir lloviendo cogía un paraguas y su gabardina gris y , desafiando a los elementos si caían chuzos de punta , en primera fila se sentaba , se levantaba cuando el cura lo decía o se arrodillaba . Cuando la Misa finalizaba se iba a su casa . A pesar de lo que se pueden imaginar o podéis pensar era ágil y rápida de movimientos y nadie , a no ser que lo supiese como yo , podía imaginarse que ya no cumpliría los setenta años. Contaba con cerca de ochenta pero muy bien llevados. Nos contó que era viuda y sin hijos y muchas cosas más de escaso interés para nosotros y para todos. Estando hablando con ella en la barra , a nuestro lado y sin interrumpir la conversación , se acodaron don Todobebo y doña Frasquita , quienes , tras saludarme a mí , porque eran al único que conocían ,pidieron al camarero dos copas ; una de Marqués de Riscal , reserva del 2000 , y otra de Protos , reserva del mismo año. Mientras se las servían les presenté a doña Dominga y a Glaukopis . Habiéndonos sentados mi mujer y yo en una mesa , llegaron a la barra Pepe Ícaro con don Bonifacio Bueno y Bueno ( los cuales ya habrían hecho cierto amistad ) y otros viajeros a Marte que no cito porque , de hacerlo , me pondría muy pesado ; algo de lo que siempre intento huir como de don Celedonio del Demonio que , aunque malo no sea , es pesadísimo.
Solo , tal dije en los comienzos de la entrada , faltaban por llegar Sabina y Manzanares , cito por orden de edad al no saber cuál de los dos llegará antes al hotel o si lo harán juntos porque ambos se conocen . Está , por consiguiente , todo preparado y a la espera de que Rosita y Colorín salgan del planeta rojo y me lo comuniquen mediante una vía u otra . Cuando de produzca el aterrizaje , embarquemos , y volemos raudos ; una vez que dejemos atrás la exosfera , cuestión de segundos , tomarán el mando del viaje Rosita y Colorín y yo pasaré a ser un pasajero más ; con la única ventaja , al igual que Arturo , de haber hecho el viaje con anteioridad . Supongo que Arturo hablará con Bomarzo Martini . por sus condiciones de pilotos , Igualmente supongo que Joaquín Sabina y José Mari Manzanares , tan artistas los dos si bien cada uno en lo suyo , llegarán al hotel antes que LA CUCARACHA VOLANTE. Rosita y Arturo no transigen con retrasos porque los consideran faltas de educación y , además , la maniobra de embarque y despegue debe realizarse lo más rápido posible para evitar que , excepto el conductor del mediano autobús que trajo a varios viajeros desde el aeropuerto de Sevilla , y al que yo haré una donación en dinero contante y sonante cuya cuantía silencio pero espléndida será , no diga nada a nadie ni haga algún comentario sobre el vuelo de salida. Es , como se supone , una forma como otra cualquiera de comprar el silencio del chauffeur. Será ésta una de las últimas cosas que decida el escribidor y cronista del viaje . Ya es sabido que , pasada la exosfera , tomarán el mando de LA GAVIOTA VOLANTE , Rosita , Colorín e incluso Bomarzo Martini si falta hiciese. Y mientras , Guillermo Alvah cantando en su habitación y tocando su guitarra .
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