La llegada a Marte , tras los varios imprevistos y peligros superados a medida que avanzábamos por el Espacio , muy ansiada por los expedicionarios , resultó muy bien acogida y recibida por los de dentro y por los de fuera. Las autoridades del planeta rojo , todos colorados como Rosita y Colorín , asistieron acompañados por los músicos de Martiria , en cuyo término municipal se produjo el marterizaje . A medida que íbamos desembarcando bajo las órdenes de Rosita y Colorín , que tan protocolarios y ordenados son en todas las facetas de sus vidas , oíamos nuestros respectivos nombres y apellidos perfectamente pronunciados en castellano , al ser españoles la mayor parte de los expedicionarios o entender nuestra lengua a la perfección como Godofrito Malagamba ; y en inglés y ruso en honor de Melania y Katiuska que se habían vestido con ropas muy provocativas e insinuantes de sus encantos para deleite y goce de los habitantes masculinos del planeta rojo que nos recibieron en el aeropuerto de la ciudad a los sones de la música interpretada por óptimos músicos profesionales . Recién desembarcados de LA CUCARACHA , pudimos observar los desperfectos que la nave interplanetaria presentaba en su exterior como consecuencia de los rayos ígneos lanzados por las venusianas y por los venusianos que nos habían atacado y prohibido , de forma tajante , la organización de más expediciones Tierra-Marte. Solo se nos había dado el visado para la vuelta una semana después. Los desperfectos de LA CUCARACHA VOLANTE , obligaron a Rosita ya Colorín , sobre la marcha , a contratar otro vehículo interplanetario para cuando llegase el momento de vuelta al planeta Tierra , el nuestro . El nombre del nuevo vehículo que haría el trayecto de vuelta era el de EL ESCORPIÓN PICADOR , el cual , dotado con pinzas ponzoñosas , rechazaría los ataques hipotéticos provenientes de Júpiter , de Urano , de Saturno o de cualquier otro planeta del sistema solar. De inmediato , los martenses o marcianos , de formas variadas y desconocidas en la Tierra , extrañaron a todos los expedicionarios aunque ya conocían los físicos de Rosita y de Colorín ,en cuanto que su aspectos y apéndices , si bien raros , eran distintos a pesar de que todos presentasen rasgos comunes a los marcianos ya conocidos : Rosita y Colorín .
Igualmente de inmediato nos llevaron a un distinguido restaurante en el que nos ofrecieron los más exquisitos manjares de las regiones hipermartensas e hipomartensas , que Arturo y yo conocíamos de nuestras anteriores visitas y se procedió , tal estaba prometido , a dar a José Joaquín Prieto el homenaje debido por haber solucionado la avería interna y haber platicado con absoluto éxito y poder de convicción con el ejército de Venus. Nos tenían reservadas nuestras habitaciones , muy buenas y dotadas de todos los servicios existentes en nuestro planeta más los propios del planeta Marte , en uno de los mejores , por no decir el mejor , de los hoteles de Martiria que yo ya conocía. La responsabilidad sobre los viajeros , nosotros , caía ahora en manos del gobierno de Marte , bastante más honrado , incorrupto e incorruptible que los existentes en cualquier lugar de la Tierra excepto para los católicos , en el Vaticano. Cesaban , por tanto , en sus mandos Rosita y Colorín y la responsabilidad sobre nosotros caía , de forma absoluta y directa , sobre los primeros ministros y jefe del gobierno del planeta rojo , que de forma y manera tan ejemplar y limpia de polvo y paja , lo ejercía por votación popular abierta . Un gobierno muy superior en todo a los terrícolas de igual forma que ellos estaban a muchos años-luz de distancia de nuestra moral o ética y de nuestras técnicas a las que , sabemos por Rosita y por Colorín , consideraban obsoletas y muy superadas. Para ellos , casi no hay que repetirlo , éramos unos paletos sin más. No obstante el trato que recibiríamos sería ejemplar como por otras crónicas posteriores iré narrando en cuanto que cronista oficioso es el escribidor. He de decir , pues estoy obligado a hacerlo por mi condición de cronista , que , como consecuencia del retraso con el que se produjo la llegada , tanto Rosita como Colorín , los primeros ministros y el presidente supremo hicieron una rebaja en el coste del vuelo . Rebaja que fue muy bien acogida por los expedicionarios sin excepción y por unanimidad .
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