Así puede calificarse la enfermedad que ha hecho mella en el cuerpo y en el espíritu de Bomarzo Martini. Más en lo anímico que en lo físico . Hasta tal punto se ha deteriorado la salud del piloto que se ha visto obligado a aminorar la velocidad endiablada de LA CUCARACHA . Estamos , pues , casi parados en medio del Firmamento . Y no solo esto , con el peligro que implica para los expedicionarios a Marte , sino que el propio Arturo Pérez se ha visto obligado , por su experiencia en vuelos astrales o siderales , a entrar en la cabina de la nave y hacerse con el control de ella a su buen saber y entender . Ha conseguido detenerla del todo y yo , entonces y a la vista del estado anímico y psicológico de Bomarzo , he pensado en la posibilidad de haberle pegado mi depresión.
Lo cierto y verdad es que nos hallamos frenados y refrenados a mitad de camino hasta el planeta rojo con los peligros de todo tipo que ello comporta. Los platillos volantes que habíamos visto han vuelto a hacer acto de presencia esquivando los meteoritos que cerca nos pasan. He de decir que me siento culpable del mal que aqueja al piloto , mientras Glaukopis , Alvah y Rosita me dicen que no . Que no soy culpable ni responsable de la enfermedad súbita de Bomarzo. Empero , sea así o no , ahora , gracias a la pericia de Arturo , hemos vuelto a arrancar y a poner dirección a Marte , donde llegaremos dentro de dos horas si Arturo recuerda algo más sus conocimientos adquiridos en nuestro primer y más lento , sin comparación , viaje al planeta rojo. Bomarzo yace en una catre que se ha desplegado de forma automática , con plena lucidez mental pero con la presión arterial por las nubes y bastante más allá . El tensiómetro ha llegado a indicar veinte de mínima y cincuenta de máxima lo que , aunque los martenses tienen la presión arterial más alta que nosotros , no deja de ser preocupante por los elevados niveles alcanzados. . Desde el catre puede ver los indicadores del cuadro de mando y va dando instrucciones a Arturo , quien las pone en práctica divinamente gracias a su conocimiento del asunto . Bomarzo apenas habla y Colorín le frota la frente con agua helada porque también la temperatura le ha subido . Síntomas estos que yo nunca he presentado , lo que me hace pensar , en efecto , que no he sido responsable , por contagio involuntario , del extraño suceso acaecido a Bomarzo Martini. .
Todo se aclaró cuando Arturo , en medio de la marcha , descubrió dos botellas de vermút Martini , reserva rojo que , según confesión propia , se había bebido Bomarzo al ver los platillos volantes tan cerca y husmeando. A pesar del susto que nos ha dado , hemos descubierto que , escondidos en el fondo de un armario de la cabina , había una caja de la misma bebida. Bomarzo tiene , por lo visto , la misma afición que Arturo . Esperamos y deseamos que la aficiones mutuas nos permitan alcanzar , sin más incidentes , el objetivo de nuestro viaje : Marte.
De la cuestión tratada solo hemos sido testigos Rosita , Colorín , mi mujer, mi hijo y yo , en cuanto que el resto de viajeros charlaban de lo habido y por haber : de lo que se encontrarían en el planeta rojo sin considerar las indicaciones que el escribidor les haba comentado , estando aún en el planeta azul , ni los prospectos informativos y orientativos sobre las cosas que más les iban a llamar la atención. La bimba , con sus correspondientes consecuencias , de Bomarzo el piloto de la nave interplanetaria había sido de campeonato . Por ello titulé la entrada como : UN SUCESO INESPERADO .Inesperado en especial para Rosita y Colorín quienes , de haber sido conscientes de la afición de Bomarzo , no hubieran permitido , por nuestra seguridad , que nos hubiese traído a Marte de forma alguna. Ya sabemos , al menos , que en el viaje de vuelta nos llevará otro piloto interplanetario en cuanto que , entre ellos , los hay que no beben ni gota de alcohol.
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