Fuimos los tres aeronáutas e internáutas con nuestras mejores galas a la cena . Con el terno oficial del departamento de vuelos galácticos del ministerio español de aires y horizontes lejanos. Traje gris marengo , camisa celeste y corbata roja y gualda como la bandera española que ondeará , Dios mediante , movida por las brisas marcianas , en la superficie de nuestro planeta hermano. Marte y Tierra , o Tierra y Marte, son hermanos en el sistema solar en cuanto que ambos planetas giran alrededor del Sol desde mucho antes que Copérnico lo dijese y casi ningún cura lo creyese. Con lo crédulos que son los curas para algunas cosas y el trabajo que les costó creer lo que Nicolás decía en lo referente al heliocentrismo. Sostenella y no enmendalla , como se suele decir. Howard , el coronel yanqui , se presentó como lo que es , como un tío sin la mínima clase, con unos pantalones tejanos y una camisa blanca y medio desabrochada que dejaba ver los vellos de su torso. Una lección más que la decadente España dio a la no menos decadente , pero sí mucho más snob , nación Estadounidense.
La cena estuvo bien servida , la verdad por encima de todo, abundante y bien aderezada. De entrada , tras una tapitas de buen jamón y buen queso , un gazpacho andaluz , sin el indigesto pepino , con sabrosa guarnición de todo lo habido y por haber. Después unos huevos a la flamenca para hacer juego con el lugar de la celebración ; y de postre, frutas , sorbetes y helados variadiadísimos. Mientras buena cuenta dábamos de todo , Howard no habló del viaje , lo haría en la sobremesa con larga copa ; sino de toros . Todo un detalle a agradecer.. El único de delicadeza que tuvo a lo largo de la cena.
Su discreción de palabra , no de atuendo , finalizó al levantarnos . Sentados en una terraza a la luz de la luna , menospreciando a nuestra España querida , nos largó la siguiente perorata :
Españolitos , nos dijo , tal vez comparando su estatura cercana a los dos metros con el uno sesenta de Arturo y el uno sesenta y cinco mío ( José Joaquín Pineda es diez centímetros más alto que yo ) , sois unos irresponsables al intentar llegar al planeta rojo antes que nosotros y que los rusos rojos. Antes que los cochinos chinos y que los anglosajones bribones : Antes que los germanos y los italianos vuestros hermanos. No os corresponde la organización del viaje , pero ya que don Felipe Delgado a Marte os ha enviado , allá vosotros . La responsabilidad corre de vuestra cuenta. El asunto es como don Felipe , delicado. Muy delicado. Los yanquis queremos que le presenteis a las autoridades políticas y religiosas del propincuo Marte , nuestro mensaje de paz como salvoconducto ; pues buena está la situación económica en la Tierra como para tener ahora un conflicto interplanetario. Tened presente que vuestra misión es , exclusivamente , de paz. Haced la paz y no la guerra y , en caso de ser las marcianas monas , el amor sin tregua , en caso de que ellas estuviesen por la labor. No forzad nada que ya lo haremos nosotros ;que patente de corso tenemos para hacer todo tipo de fechorías. Pero nosotros y no vosotros , navegantes interplanetarios de pacotilla y de Sevilla.
Arturo lo interrumpió diciendo que él no era de Sevilla , pero , como si no lo hubiese oído ni visto , considerándole como un ser de baja estatura y estofa , continuó, desbordado en su gramática parda :
Usted ,Pineda, continuó tras dar un largo trago a su tónica con mucha ginebra , tiene pinta de americano . Es rubio como la cerveza de la Piquer y el más alto de los tres. No sé cómo se atreve a hacer el viaje acompañado de estos dos pequeños españolitos que de poco le pueden defender en caso de hostilidad marciana.
¿ No dice que iremos en misión de paz , Howard ? . respondió mi primo.Usted y don Felipe Delgado.
Sí , pero nunca se sabe.
Qué bruto es este tío , mascullé por lo bajinis , y , subiendo el tono de voz, le espeté al comandante norteamericano : ¿ Pero usted quién se cree que es , yanqui nuevo rico ?. Nuestra misión es privada española y no pública. Viajamos bajo el patrocinio del periódico EL DÍA DE MAÑANA y usted no pinta nada en ella.
Apenas había yo dicho lo anterior , cuando dos armarios , uno blanco y otro mulato , los que habían servido la cena , me pusieron sus manazas encima de forma amenazante. Sin amedrentarme y alzando mi buena voz les dije a Arturo Pérez y a José Joaquín que se despidiesen de coronel tan bruto. Le dimos las gracias por le cena y le dije a Howard : a don felipe Delgado y a nosotros tres nos importan tres cominos sus palabras . Haremos el viaje con absoluta libertad y con total olvido de las sandeces que usted ha dicho como representante de la nación estadounidense tan poderosa hasta ahora. Arríba España y a vencer , que los Estados Unidos comienzan a decaer. Y dejamos al coronel Howard y a los dos armarios atónitos ante nuestro descaro . No están acostumbrados a que nadie se les rebrinque.
Los trajes ya nos los hemos probado y nos quedan como a medida , tal encargados fueron. El jamón , el queso y las maletas ya están dentro de la cápsula en la que llevamos descapsuladores , como dijo aquél , para las botellas de tintos , rosados , blancos y manzanilllas de Sanlúcar. Mi amigo Manolo Moreno Puppo me ha preguntado que si podíamos traerle alguna roca de regalo y le he dicho que , naturalmente , sí. Mi tío Gonzalo Álvarez de Toledo Marvizón me ha encargado algunas hierbas para su herboristería. Como los nombres son raros , los he escrito en una libretita ad hoc con todos los recuerdos que traigamos. Mi primo Jesús Yanguas , autoridad en el estudio del Firmamento o Cosmos, me ha dado algunas lecciones propedéuticas sobre la estratosfera y otras esferas . Todo está preparado , incluso la pancarta que desplegaremos nada más tomar marte. Creo que sólo habrá una crónica más antes del despegue que hará historia , pero sobre todo historia de España.
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