No hemos dormido muy allá aunque sí a cubierto. Cuando el sol declinaba , un aguacero de gotas rojizas nos obligó a guarecernos , sin haber visto más animal que el pequeño reptil extraño y el matojo de hojas rojas polilobuladas y algo espinosas de los que hablé, en una cueva que vimos. Entramos en ella con precaución , con miedo diría , y calados hasta los huesos. Dentro y más o menos acondicionados en ella, nos despojamos de los trajes que pesan como armaduras medievales y que más achaparrado de lo que es van a dejar a Arturo e intentamos ponernos en contacto con nuestra base del Arenosillo No fue posible a pesar de los intentos repetidos que hicimos y , más solos que la una, nos dispusimos a pasar la noche tras habernos tomado nuestras copitas con mesura. Roncaba Arturo , paseaba José Joaquín por el interior de la cueva haciendo una descubierta para hallar su fondo y , dormitaba yo , cuando un ronquido que nos pareció no provenir de Arturo , un ronquido como los que debieron hacer los monstruos de jurásico , hizo temblar las paredes de la oquedad y nuestras piernas más blancas que la leche de vaca. De estampida salimos de la cueva desafiando la lluvia rojiza a pechos descubiertos y , ahora sí muy amedrentados pues parecía que el rugido era cavernario , nos dispusimos, rifles de precisión en manos , a hacer frente a lo que nos figurábamos peligro inminente. De la boca de la cueva no salió animal alguno , sino una polvareda granate que nos cegó momentáneamente. Se había tratado , sin duda, de un desprendimiento interno. Relativamente calmos en cuanto que de ningún ser vivo o muerto procedía el extraño sonido , sino de las entrañas del planeta rojo , volvimos a entrar en el antro cuales miembros de la Odisea homérica. Valientes , con buen talante y preparados para todo. El sonido no volvió a repetirse y, mal que bien , descansamos para afrontar lo desconocido que nos esperaba y que tánto es. Sólamente puedo adelantar que la gruta, cueva , caverna , antro o covacha donde hemos pernoctado parece que es un pozo sin fondo. ¿ A dónde conducirá ?. Al fondo , según mi primo , parece que se vislumbraba luz y se oían aguas cantarinas , con posibilidad de provenir de filtraciones de la superficie del planeta rojo y negro , porque negruras hay en la sima y en las cimas del monte Olimpo de unos trece mil metros de altura. Un monte de una vez. Como ninguno de nuestra Tierra.
EL BLOG DE GUILLERMO ÁLVAREZ DE TOLEDO PINEDA. Blog independiente y de temas multicolores. Entre ellos , el tema estrella : Historia de los Álvarez de Toledo Golfín. Etiquetas temáticas en la parte inferior y lateral con las gracias por entrar y leerme.Unas gotitas de humor no van mal en la cazuela de la VERDAD y mucho pueden decir.
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