Me llama desde Barcelona , la capital de Cataluña , y me tiene un buen rato con el auricular pegado a la oreja . La conversación no versa sobre la situación en la que está inmersa la ciudad por culpa de los señores Puigdemont , Junqueras y los separatistas en su intento de establecer la república , más lo que en ella se masca ; sino sobre el desconocimiento de nuestro pionero viaje a Marte y la marginación a la que nos somete la sociedad en general. Bueno está lo bueno , apostilla .
Sobre ésta , la sociedad , me comenta , exaltado y enfadado , que no hay derecho a que ignoren la hazaña y nos ignoren e infravaloren a los tres. Que él se hace portavoz de los deseos nuestros de que sea reconocido nuestro viaje a Marte por la NASA y otras agencias aeronáuticas espaciales.
Con seguridad , prosigue , que el antedicho desconocimiento se debe a que fue exclusivamente realizado , en su totalidad , por españoles y con capital español sin intervención alguna de cualquier potencia extranjera .La envidia es muy mala , dice a continuación , antes de decirme la forma en la que va a exponer sus quejas a la NASA y a las autoridades competentes de las principales naciones de nuestro planeta Tierra. Hasta aquí ha llegado mi silencio . Es la hora de que ponga el grito en el cielo
Además , continúa , él se siente dolido , como piloto de aviación civil que es , por ser ignorado y menospreciado de esta manera . Así que , por unos motivos u otros , nadie creyó ni se enteró de nuestra hazaña. Los que a las conferencias que dimos en distintas ciudades asistieron , nos debieron tomar por locos u orates por lo que nos convertiríamos en hazmerreires de multitud de personas ya que a algunas de las charlas sobre el viaje , charlas mejor que conferencias , grande en número fue el auditorio. O lo que es lo mismo pero escrito con mayor naturalidad : muchos fueron.
Puesto Arturo Pérez manos a la obra , envió a la NASA una carta en la que ponía verde a sus ingenieros y astrofísicos por no tener ni idea del viaje y ser tan incompetentes , carta de protesta máxima que a su vez envió a las embajadas de los países que en Madrid tenían representación diplomática . Justamente a los agregados culturales de las distintas embajadas.
En la carta , me dijo , hacía constar el número de tripulantes que hicimos el viaje interplanetario , sus nombres y apellidos , y lo que creímos que había significado para la aeronáutica este primer contacto con Marte , que tanto significó para nosotros .
Me dijo que había mandado al quinto pino a los mayores y mejores estudiosos del Universo así como a los presidentes de repúblicas o responsables máximos de las más importantes naciones del planeta Tierra; es decir , que había mandado a la porra a los dirigentes y políticos de medio mundo más a don Elon Musk con el que hace poco me entervisté.
La indignación de Arturo me llegaba a través del hilo telefónico . Tenía toda la razón del mundo en estar tan enfadado porque no era para menos tratándose de lo que se trataba. De la llegada del hombre al planeta rojo. Exactamente , de la llegada a Marte , en nave procedente del planeta Tierra , de él mismo , Arturo Pérez y Perez y acompañantes. Nunca llegaría a comprender cómo hito tan trascendental para la Historia se había podido pasar por alto y , sin embargo , otras nimiedades se recogían en los anales del planeta azul.
Poco te digo , Wilhelmus , de cómo estoy , terminó su monólogo antes de colgar y preguntarme por Galukopis . Realmente estaba negro. No era y es para menos.
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