Nada de nada y en cualquier sentido la probable petición , por parte de Puigdemont y no sé si de otros personajes de su cohorte , de asilo político en Bruselas . Ni me gusta ni me fío un pelo de ella en caso de pedirla. No me gusta nada de nada porque pudiera ser peligrosa para España y para Cataluña. Tampoco me gusta porque , en cierto sentido , puede indicar una traición a sus correligionarios a los que parece haber dejado en la estacada . Su huida , acompañado de su mujer o sin acompañar , poco bueno dice de él y mucho malo.. Tampoco me gusta la forma de hacerlo y las posibles connivencias habidas , algunas de las cuales , tal vez , ni fuesen españolas .
De la misma forma , tampoco me gustan las ideas que Puigdemont pueda desarrollar en el exilio voluntario. Quizá intente organizar un gobierno republicano exiliado. Quizá sí y quizá no , pero la posibilidad existe.
Habrá que ver cómo se desarrollan los acontecimientos en los próximos días . Por ello seré cauto y no diré zape hasta que no pase el último gato . Hasta el rabo todo es toro , suele decirse cuando las cosas aún no han terminado . Lo que desde ahora puedo afirmar es que , por mucha tierra que haya puesto por medio Puigdemont , su escapada , tratando de evitar la que se le viene encima , si bien puede entrar dentro de cierta lógica , no puede considerarse como digna . Como indigna , sí.
Desconozco el paradero del señor Junqueras . Puede haber ingresado en algún monasterio de Cataluña , que tantos y tan bellos los hay , o del extranjero. Su catolicismo lo pudiera llevar a solicitarle al abad el ingreso. Le daría un susto morrocotudo si la petición y la conversación se producen de día. De noche menos porque de noche todos los gatos son pardos y los físicos extraños no tan evidentes. Acabo de leer que su mujer , que buen gusto no demuestra en cuanto a hombres se refiere , acaba de pedir la baja por enfermedad en el lugar que trabaja. No se sabe el porqué pero cabe que Oriol Junqueras también esté preparando la tocata y fuga, no de Bach sino de él mismo a algún monasterio o a algún lugar del extranjero. Puede que sea a Bruselas o a la Abadía de Orval donde tan buena cerveza hay y se puede beber sin ton ni son. Cabe que Oriol Junqueras no traspase los Pirineos que nos separan de Francia y se quede en Cataluña atendiendo a su mujer suponiendo que haya pedido la baja por verdadera enfermedad . Si así es , le deseo pronto restablecimiento . A los independentistas lo mejor aunque piense y crea el escribidor que el momento de la independencia de Cataluña con respecto a España aún no ha llegado. Todavía tardará...Supongo que así piensa don Juan Tardá . Sin duda , la fuga de Puigdemont no me gusta nada. La veo muy peligrosa para él y para todos.
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