Con Emi la camarera , experta en la compra de buen pescado y marisco. Me dice Emi que su padre es pescador y su madre pescadera , profesiones muy dignas para las que no se necesita tener estudios superiores ni inferiores. Su padre es patrón de pesca y su madre pregona y vende pescados en un puesto del mercado. Me comenta , con carácter confidencial , que su segundo apellido completo , el materno, es de la Bahía de Algecíras ; mas como a ella le parecía presuntuoso y algo largo se lo acortó . Se trata de mujer de unos cuarenta años , soltera y sin compromiso pero que puede comprometerse con algún varón en el momento menos pensado . Ella pone condiciones , también me comenta de forma confidencial , al futuro afortunado que con ella se case pues para algo es perita diplomada en artes de pesca . Sus estudios medio-superiores los hizo en Santiago de Compostela obteniendo el premio de fin de carrerita , ya que carrera y estudios superiores no se les puede llamar a los cursados por Emi en Galicia.
A Emi , con sus pequeños estudios , su buena facha y su responsabilidad , nunca le ha faltado el trabajo. Ha estado de camarera en restaurantes especializados en productos del mar , en pescados , que para eso su primer apellido es el que es. Es alta , mide un metro setenta y dos centímetros , y morena , otro pescado ; luciendo unos ojos de color azul marino . Todo a juego con sus apellidos . Digo luce porque su sonrisa es encantadora y sus azules ojos echan chispitas cuando ríe. . No comprendo cómo no tiene novio . Yo porque estoy casado y sigo enamorado de mi mujer ; de no darse estas circunstancias , y aunque yo estoy para poco , algo intentaría tratando de enamorarla . Aunque menos centímetros mido que Emi pienso que algo de encanto conservo ; con el algo pudiera intentarlo aunque la diferencia de edades sean considerables. Unos treinta años , año arriba o año abajo.
Me habló Emigdia , esto no de manera confidencial , de los restaurantes en los que antes había estado y de los nombres de ellos que no cito por ser de la competencia . Todos buenos y todos , como mínimo , de tres tenedores y manteles blancos y limpios. Más que limpios , relucientes . Unos con cubertería de alpaca , otros de plata y otros de oro blanco . Siempre , antes de que los clientes abandonasen los respectivos comedores , un hombre , a esto dedicado en exclusiva , cacheaba tanto a señoras como a caballeros por si algunos cubiertos se llevaban. El hombre cacheaba más a las mujeres que a los hombres por ser estas más proclives a llevarse algún recuerdo y preferir hacerlo a ellas dada su condición de varón . En el supuesto caso de que intentasen llevarse a sus casas algo, habían de devolverlo sobre la marcha y se les tomaba el nombre y apellido para denunciarlos . Casos hubo en que los rapiñadores negaron la evidencia a pesar de que el peso de los objetos robados ( cucharas de cualquier tamaño , tenedores o cuchillos ) los hacían andar de mala manera por el peso de los mismos. Parte de los que intentaban llevarse algo del restaurante del que se tratase intentaban aparentar que sus andares se debían a haberse excedido en la bebida. Pocos hubo de estos pero casos se le dieron al hombre que detectaba metales más o menos nobles sin casi necesidad de proceder al molesto cacheo . Algunos adolecían de cleptomanía , otros lo hacían por simple diversión , por ludopatía . Ninguno por necesidad , finalizó Emi su entretenida charla con el escribidor que soy , además de relaciones públicas y privadas del RECLAMO DEL GOURMET.
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