Y ruidosas por sus truenos. Tormentas que descargan aguas sobre aguas ,las del Océano Atlántico , y sobre las tierras resecas de la provincia. Traen lluvias que anegan los campos ; sobre todo hoy los de Chipiona y Sanlúcar de Barrameda. Lluvias que vienen bien y vienen mal. Nunca llueve a gusto de todos ; y ahora , con el cambio climático , menos. Lluvias torrenciales destructivas que inundan más que riegan los sembrados y los cultivos.
Guillermo Alvah ha atravesado la Bahía en el catamarán que navega desde Cádiz a Rota , haciendo el servicio de ida , y desde Rota a Cádiz prestando el servicio de vuelta. Miedo ha pasado a causa del fuerte oleaje . Se oían truenos , uno tras otro sobre Cádiz y los pueblos y aguas de su Bahía que no lucía su salada claridad sino un cielo grisáceo y nuboso . Antes de salir y , viendo yo el panorama, le dije a Guillermete que creía que el catamarán no atravesaría la Bahía como el antiguo Adriano surcaba sus aguas yendo a El Puerto de Santa María. Lo haría tristón y movido como el cielo y el agua. No te preocupes , me dijo , la empresa del catamarán , si ve el mar agitado , pone un autobús . No lo puso y Guillermo lo pasó mal durante su pequeña Ora Marítima , no de Avieno sino de él . Total , una pequeña aventura que nos contará con mayor detalle.
El escribidor echaba en falta y de menos las lluvias de otoño ; al tiempo que , pensamiento recurrente, se acordaba de los pobres sin techos donde cobijarse. De los pobres de pedir a los que poco se les oye y poco se les da para saciar su hambre . De los pobres que se sientan , horas y horas , en el mismo sitio pidiendo una limosna al que por su lado pasa y , en caso de le que se les de en mano o se les eche en la lata , las gracias dan. Pobres pacientes que no sé en qué lugar se cobijarán. Esto pasaba por la cabeza del escribidor a falta de otros pensamientos mientras dormitaba su siesta. Luego , más despejado , me vino a la sesera el cambio climático y pensé si las lluvias que oía caer vendrían bien para el campo o no servirían para solucionar la sequedad de las tierras . Si serían distintas a las lluvias regulares y oportunas para los cultivos; pues las torrenciales no suelen serlo y las que se precipitaban desde las nubes lo eran .
Tras este pensamiento me vinieron otros a la cabeza , tales como la forma de aprenderse y estudiar sus papeles los actores de teatro o de televisión y si las lluvias tendrían continuidad o se limitarían a los fuertes aguaceros caídos. Después un asunto baladí cual es el futbolístico y , tras él el taurino , que no lo es , y los perseguidores de él que surgen por todas partes como setas en los campos húmedos que cada día van quedando menos sobre todo en nuestra Andalucía . Los defensores de los animales podrán decir y argumentar lo que quieran , pero ser antitaurino indica que se tienen escasas ideas sobre el mundo de los toros , de los toreros y de la belleza que puede haber en una corrida de toros . De que el animal sufre no hay duda ; pero ojalá las corridas de toros fueran la única forma de ejercer los hombres la violencia. Si hay dudas sobre esto que se observe la realidad que nos rodea y se lean libros de Historia que tan pocos se leen. . Se comprobará la verdad de lo que acaba de escribir el firmante , quien da por terminada esta entrada gaditana y lluviosa.
1 comentario:
He conocido muchas tormentas en nuestra querida Cádiz, era un espectáculo que me apasionaba ver. Sí que impone atravesar la bahía con el tiempo revuelto, con truenos y rayos ¡Qué alegría verlos de nuevo! Pero claro, si llueve torrencialmente, resulta ya un problemón, lo h visto en los informativos.
Bendita sea la lluvia otoñal que ya parece que asoma por estos lares.
Buena entrada y me alegra verte tan activo, aportando...
Un abrazete, paraja.
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