Que llamar a Oran , a Hervás , para decirle que acabo de ver una foto , en la tele , de un conjunto de garzas sobrevolando Hervás cuya formación me ha recordado a una escuadrilla de aviones . Es probable que sea señal de que viene el frío.
No sabía el escribidor si teclear sobre la carta del restaurante , que merece por sí sola una entrada pues la diseñó y decoró Antonio Guillermo Sosa , o llamar a Oran el judío . He decidido que no haría mejor cosa que llamarlo a SUCOT y es lo que he hecho aunque otros asuntos me han tentado por su interés general. Entre estos el de describir el diseño, decoración y productos ofrecidos en la dicha carta. Emplazado quedo como los Carvajales emplazaron al Rey Fernando IV de Castilla y de León..
Al otro lado del teléfono oigo la voz de Oran dándome las buenas tardes en cuanto que las seis y media son ; hora vespertina dada la estación del año en la que estamos y el consiguiente retraso de las manecillas de los relojes que dicen que energía ahorra.
Le digo que no se me ha ocurrido mejor cosa que llamarlo para comentarle el prodigio que su hijo hizo trayendo a don Justo del más allá al más acá ; que impactó , porque impactante fue , a todos los comensales. Que menos mal que a los postres lo hizo porque si lo hubiese realizado antes , poco se hubiese comido en el evento al quitársele las ganas de comer y de todo al personal por muy exquisito que estuviese , que lo estaba , lo ofrecido y servido por Cogoncio ( Cio ) Comino Grande, Pepe Gallo Mogollón y Tarsicio Espina del Cerro , más otros camareros contratados al efecto. Que a más de uno el postre le sentó mal por lo mismo : por su carácter prodigioso
Me respondió Oran que a Samuel el prodigio le supuso un enorme esfuerzo y sudores múltiples hasta el punto de que adelgazó un kilo , peso que considerable es en un niño de tan pocos días : dos meses cortos .
No obstante , su preclara inteligencia acertó de pleno porque la figura de don Justo la echábamos de menos los antiguos empleados del restaurante . Flotaba en el ambiente su espíritu y , por tanto , no había más remedio que traerlo como fuese. De aquí la oportunidad de la resurrección que Samuelito hizo aunque para el arrastre quedase con la preocupación propia de sus padres .
Comentado esto por mi parte , Oran comentó por la suya que ya sabía hablar con absoluta corrección la lengua china . Con tanta como un chino culto y bastante mejor que el chino de la China que hablan los chinos de las tiendas de chinos . Me dijo que hablan tan mal chino como de poca calidad son los productos que venden .
Igualmente me hizo saber que él no guardaba buen recuerdo de los destornilladores , tijeras , punzones , buriles y demás instrumentos cortantes o agujereadores que vendían . Que no les llegaban al talón a los que él vendía en SUCOT .
Continuó con su monólogo mientras que yo oía y oía ... , llegando a proponerme el estudio que se ofrecía a darme , a distancia , de la lengua sefardí . Acepté sobre la marcha ya que interesante tema me pareció y quedamos en que las clases serían en días alternos y vespertinas : cuando él cerrase su comercio y su bufete , que le iba muy bien ; cuestión de la que no hablamos en la inauguración de EL RECLAMO DEL GOURMET.
Con haber visto a don Justo redivivo bastante teníamos . Nos podíamos dar con un canto en los dientes teniendo el cuidado suficiente para no rompérnoslos pues los dentistas ya sabemos lo caros que son y lo que llevan por arreglarnos cualquier desperfecto.
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