AYER FUIMOS A SEVILLA OTRA VEZ. LA CIUDAD DE MARÍA SANZ

Desde Cádiz , ciudad en la que habito sin olvidar la mía , habitándola sin olvidar , fui , ayer , a la ciudad en la que nací y vive Guillermo Alvah , mi hijo , con Carmen-carminis y Carmen-filia . Filia Wilhelmi et Carminis et soror iuvenis cantoris Wilhelmus Albanus. Calculo que habré hecho el recorrido que une las dos ciudades , entre idas y vueltas , más de dos o tres mil  veces. Camino que ,prolongando la Palmera de Sevilla o el puente José León de Carranza , lleva a una o a otra. Según de la que se parta. Ayer , a las nueve de la mañana salíamos de Cádiz. A las diez y media estábamos paseando por el parque de María Luisa  porque Carmen niña quería volver a admirarlo con su padre , el firmante , el escribidor que acaba de escribir estos latinazgos , tal vez macarrónicos , que tanto le gustan. Aparte del itinerario clásico que , mientras más se haga más gusta , en el que no podía saltarme la glorieta de Bécquer , nos acercamos a la feria de las naciones . Hacíamos tiempo antes de recoger a Guillermo Alvah y a Gádor en el trianero callejón de la inquisición , junto a su casa. En la glorieta se encontraron a mi tía Pepa , hace más de medio siglo , cuando desapareció de su casa por motivos de amores prohibidos por mi abuelo. En la glorieta recordé a otra poeta de Sevilla , tal vez la poeta de Sevilla , María Sanz , cuya última creación literaria , Danaide , ha sido galardonada con el primer premio iberoamericano de poesía Hermanos Machado  en su segunda edición. María me ha dicho que le gustaría que le hiciese la presentación de Danaide en Cádiz. Acepté , cuando me lo dijo , sobre la marcha. Presentarla  y hablar , leer y estar con María Sanz es estar en Sevilla. Estar y sentirnos bien.