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EL BLOG DE GUILLERMO ÁLVAREZ DE TOLEDO PINEDA. Blog independiente y de temas multicolores. Entre ellos , el tema estrella : Historia de los Álvarez de Toledo Golfín. Etiquetas temáticas en la parte inferior y lateral con las gracias por entrar y leerme.Unas gotitas de humor no van mal en la cazuela de la VERDAD y mucho pueden decir.

miércoles, 27 de octubre de 2010

ELITE

El peródico la VOZ DEL ENEMIGO , a cuya plantilla pertenezco, me encarga que haga un artículo corto sobre la elite , élite en castellano, y el elitismo. El director, don Hugo de la Guerra y de la Paz como los lectores saben , me sugiere que sea breve y bueno aludiendo a la famosa frase de Gracian. Procuraré cumplir sus orientaciones. Parto de la definición que el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua ofrece. Élite : minoría selecta o rectora. Observo la disyuntiva, no hay copulativa y pienso. Puede haber elite, o élite, rectora y minoritaria sin selección , como es el caso de la política o de la económica ; y puede haber minoría selecta no rectora. A ésta voy. A ésta es, como dicen los buenos capataces de la semana santa sevillana ordenado a los costaleros que levanten el paso.

Oí comentar a doña Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, elite intelectual y , en lo sociológico Grande de España, que había elites en todo. Indicaba así la duquesa de Medina Sidonia que se podía ser elite desempeñando cualquier trabajo, siempre que se hiciese bien, y perteneciendo a cualquier grupo social con dignidad y saber estar. En efecto, para ella el elitismo no tenía porqué ser , en exclusividad, de carácter sociológico , político o económico ; es decir, las elites no se circunscribían , de manera obligada, a lo rector. Podían inscribirse , con plenitud, en cualquier campo del hacer, pensar o vivir del hombre. El muy buen albañil, el muy buen fontanero, tornero, carpintero, informático, médico, electricista, fumigador, abogado, cabo , general o incluso pedigüeño, podía ser elite. Hasta para pedir limosna se puede ser elite. Tal vez el pobre haya llegado a su pobreza por lo injusto de la sociedad y , sin desbarrar de sus congéneres que lo han lanzado a su lamentable estado, sepa llevar su indigencia con dignidad. Los hay. Son la elite de la pobreza. Tal vez el elitismo mayor que pueda existir. Son los pobres que nos dan lecciones sin odio ni resquemores.. ¿ Dónde lo selecto de un mendigo ? , se me podrá argumentar . De un mendigo cualquiera, evidentemente, en ningún sitio ; pero en la elite del pordioserismo los hay. Su excelencia está en aceptar la injusticia que lo ha llevado a su mal vivir y en resignarse, algo que el mundo ha perdido de vista, a su situación. El de la esquina de casa es una elite de la pobreza. Pocos como él. Su distinción y clase es mucho más meritoria que las excelencias que se puedan encontrar en el campo de la opulencia. Lección diaria. Lección selecta no rectora. Así interpreto lo que Luisa Isabel pensaba sobre las elites. Coincido con ella. Elite : MINORÍA SELECTA O RECTORA . Subrayo la O.
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jueves, 21 de octubre de 2010

UNA PROSA AMOROSA

Sentado sobre una roca amiga de barcas y de peces, veo pasar bandadas de pájaros, ajenos de mí, hacia el norte. Tal vez serán los mismos que verás al atardecer cuando , desde tu ventana, mires la espadaña de la iglesia. Si lo son, dejarán caer de sus alas los besos que te mando. Recógelos en tu falda y échalos en la maceta del alféizar . Brotará la flor del amor.

OTRA DE LAS POCAS POESÍAS QUE HE ESCRITO EN MI VIDA

Escribí esta poesía para estrenar una pluma que Carmen, de novios, me regaló.



BUSQUÉ NARDOS EN EL CIELO.


DE NOCHE AL SOL QUISE YO ENCONTRAR.


BUSQUÉ FUEGO ENTRE LOS HIELOS.


PEDÍ BOSQUES A LA MAR.


EN EL CIELO, ENTRE LOS NARDOS, VI UNA ESTRELLA FUGAZ.


LA LUNA DE MEDIA NOCHE AL MAR DEJABA RIELAR,


SOBRE LAS COPAS DE ÁRBOLES CON RAÍCES EN EL MAR.


TOMÉ LA ESTRELLA EN MIS MANOS.



A ELLA SÓLO HE DE BESAR.










miércoles, 20 de octubre de 2010

LA GIRALDA

DIFÍCIL ES DECIRLO MEJOR.



GIRALDA EN PRISMA PURO DE SEVILLA,


NIVELADA DEL PLOMO Y DE LA ESTRELLA,


MOLDE EN ENGASTE AZUL, TORRE SIN MELLA,


PALMA DE ARQUITECTURA SIN SEMILLA.


SI SU ESPEJO LA BRISA ENFRENTE BRILLA,

NO TE CONTEMPLES- AY, NARCISA- EN ELLA


QUE NO SE MUDE ESA TU PIEL DONCELLA,


TODA NARANJA AL SOL QUE SE TE HUMILLA.




AL CONTRALUZ DE LUNA LIMONERA,


TU ARISTA EL EL BISEL, HOJA BARBERA


QUE SU MÁS BELLA VERTICAL DEPURA.


RESBALA EL TACTO SU CARICIA VANA.


YA MUDEJAR TE QUIERO Y NO CRISTIANA.


VOLUMEN NADA MÁS : BASE Y ALTURA.


SONETO A LA GIRALDA. GERARDO DIEGO










lunes, 18 de octubre de 2010

MI PRIMERA VENIDA A CÁDIZ

Pisé por vez primera la ciudad allá por el año 1953 o 1954. Muy allá. Lo hice, viajando desde Sevilla, con mi tía Carmen Pineda , mi tío Ramón Dalebrook Mahón y sus dos hijas en el cónsul que por aquellos lejanas fechas tenía mi tío. Recuerdo que hicimos una parada en El Puerto de Santa María para tomar algo. Tío Ramón era un médico simpático y bajito, sevillano de origen inglés. Su padre, John Dalebrook, había nacido en Newcastle y, no sé porqué motivos, había ejercido su profesión en Sevilla. Fue médico de la colonia inglesa de la ciudad y vivió en la calle don Remondo, junto a la Giralda. Lugar encantado como son todos los que están a la sombra de la torre, por excelencia, sevillana.
Lllegué a Cádiz sin que tío Ramón llegase a amarrarme al asiento como decía. Libre de ataduras, aparcamos en los alrededores de la plaza de El Falla donde vivía una señora que había servido en casa de los padres de mi tío. Tras visitar a la mujer, descubrí el mar. El balneario de la Caleta fue el lugar exacto de mi descubrimiento y de mi primer contacto con aguas marinas. Mi bautizo gaditano. Me recuerdo próximo a los pilares del balneario con las mansas olas llegándome a los tobillos a los que se me acercaban pececillos que me cosquilleaban. Seguro de sus docilidades, avancé hasta que el agua me llegó a las rodillas cual pequeño Vasco Núñez de Balboa tomando posesión, en nombre de los Reyes de Castilla y de León, de las aguas del Mar del Sur en el aún más lejano 1513.¡ Qué cosas sabiamos los niños de entonces!. Y eso que jamás fui un niño enterado ni pepesabidillo. Lo que no sabía era que aquel bautizo marino supondría, con el discurrir de los años, mi primer eslabón, con las aguas y las tierras gaditanas, al que se encadenarían otros muchos. Que unas y otras ( aguas y tierras) se convertirían en escenarios de buena parte de mi vida, siempre ligada y agradecida a Sevilla y a Cádiz. A todo el Mundo como decía Villalón Daoíz con parte de razón. Desde ambas ciudades se descubriría el Mundo, tengamos esto presente. Al descubrir el mar y Cádiz yo empezaba mi descubrimiento del Mundo, desde mi Sevilla natal y tan querida. El descubrimiento del hombre en lo que es susceptible de conocer.

Aquel día supuso mi primer contacto con la ciudad, donde desarrollaría mi vida laboral como aprendiz de profesor de Historia y de historiador, en la que me enamoraría y casaría. En la que mis hijos nacerían. Simple azar en cuanto que nunca me propuse objetivos en la vida. Dejé que esta fuese pasando y fuese ofreciendo esto o lo otro, y yo eligiendo. Postura sabia. Jamás me tracé objetivos porque la realidad es tan mutable  que se nos escapa entre los dedos, huidiza. Inaprensible por mucho ahínco que pongamos en asirla. El todo cambia es certeza del pensamiento clásico que yo, desde muy niño, ciencia infusa, intuí. Sabía que las cosas cambiaban, pero no en qué dirección. Quien conozca la dirección es sabio y pocos hay. A toro pasado puedo decir que acerté de pleno al aceptar el ofrecimiento que se me hacía de venir a Cádiz, veinte años después, y asentarme en la orilla de sus aguas. Aquí sigo viendo sus amaneceres y atardeceres. Sintiendo sus vientos y los recuerdos de mi Sevilla de nacimiento y primeros veinticinco años de vida. Justificando el nombre de este modesto blog en el que vuelco y expongo cosas que muy dentro llevo. Cosas que me salen del corazón y de la memoria en la que yo llamo : Incipiente senectud. Cosas de viejo, de vejete. Palabra con encanto. Palabra de Toledo.

jueves, 14 de octubre de 2010

UNA ORACIÓN HETERODOXA

Anoche, como acostumbro, salí a la terraza. Una media Luna menguante, rielando, marcaba un sendero grisaceo que se prolongaba hasta la flotilla de barcas que, estrellas de sal, lanzaban sus redes a una milla, mar adentro. Noche de aires serenos y limpios. Casi nadie paseando. Paz y más paz. Tentado estuve de dormir al raso, la noche me invitaba. Olas de dientes blancos besaban la arena sin cansarse. El mar, novio eterno de la tierra, acariciábala con manos espumosas y tranquilas que olían a macho.

Tierra, agua, aire, fuego. Los elementos de la poética filosófica presocrática. ¿ Dónde el fuego?. En las luminarias del faro.
A mí, barro de tierra y agua, me besa el aire y el corazón me arde. Miro al Firmanento. Me sobrecoge. Respiro, veo, oigo, siento y pienso. ¡ Qué me gustaría, mi Dios, que fueses!

lunes, 11 de octubre de 2010

TERTIA PARS : LA CARTA DE BIN A OBAMA.

Don Hugo De la Guerra y de la Paz a los hombres de buena voluntad, el director de LA VOZ DEL ENEMIGO, periódico que me permite pasar los días y los trabajos con deshaogo, ha logrado, tras ímprobos cual fructíferos esfuerzos físicos y mentales, que el Presidente Barack Obama, el negro de la Casa Blanca, me de hora para la entrega, en manos negras, de la carta, en sobre lacrado, que Osama Bin Láden me entregó. La carta de Osama para Obama. Una letra distingue al remitente del destinatorio, leve diferencia gráfica pero gruesa en pareceres y opiniones. Autor y receptor de semejantes colores epidérmicos. Aceitunado el de Osama. Negruzco propio de mestizaje el del presidente estadounidense.

Vuelvo a volar, y como Mercurio el de alados pies emprendo mi vuelo, ahora, desde el aeropuerto barcelonés , El Prat, hasta el de Washington, el Ronald Reagan. Lo hago cuando está a punto de hacer acto de presencia la de rosados dedos, La Aurora. Cuando llega, sobrevuelo montes y cimas del Sistema Ibérico y distingo el cauce del río Ebro, tan ibérico como el jamón que le llevo,comprado con dinero de mi bolsillo, al Presidente Obama Me presentaré con un jamón de cinco jotas bajo un brazo y un pan hecho en horno de leña bajo el otro. Intentaré que no se caigan cuando la carta entregue; aunque no son productos frágiles pero sí sabrosos, sería de mal efecto. Una mala presentación que desdeciría de periódico y periodista, de mi querida Andalucía y España, País Vasco y Cataluña incluídos.

A don Hugo le ha costado Dios y ayuda, Mahoma decidió echarle una mano a Jesucristo el nuestro, encontrar un hueco en la rellena agenda de Barack. La perseverancia obtuvo frutos y aquí estoy, de nuevo, cruzando la Mar Océana, el charco colombino, por seguna vez en menos de un mes. ¡ Quién me iba a decir que, a la vejez viruelas, sería nauta , internauta y aeronauta !. Como sigamos así seré el primer periodista cosmonauta. Nunca podemos decir de este agua no beberé, por infecta que sea, ni a otro perro con ese hueso; el hueso epistolar y, probablemente moral que llevo para entregarle a un hombre. No a un perro como lo considera, creo, Bin.

Estaba la mar en calma, estaba la Luna crecida y el pasaje somnoliento, cuando la azafata empezó su contoneo entre los compañeros de viaje sacándolos de la modorra. Viste traje entallado, azul marino. Chaqueta sobre camisa blanca con pechera enjaretada y desabrochados los dos botones superiores que insinúan pechos turgentes y de medio tamaño, el perfecto, parecidos a los de mi mujer. Viste falda sobre medias rojas adaptadas, como tales, a unas bien torneadas piernas. Camina con donaire y dominio de la situación como si desfilara por la pasarela Gaudí o la Cibeles. Sabiéndose y sintiéndose guapa y bien plantada. Deseada por los hombres que sobrevuelan con ella el inmenso Atlántico, a los que les apetecería compartir con la azafata Mencía, así se llama, mesa, mantel y sábanas de cama y baño. Su bello nombre está en desuso. Su cuerpo para uso y no abuso de su pareja. Nada más. Mujer íntegra.

Tras aterrizar el aeroplano en su lugar adecuado del aeropuerto Reagan , un miembro de la Embajada española me conduce hacia la Casa Blanca donde vive el primer presidente negro de la Historia de los Estados Unidos, quien me recibe con afecto en su despacho oval, situado en la parte oeste de su lujoso domicilio. Tras preguntarme por el Rey don Juan Carlos y la Reina doña Sofía, lo hace sobre mi familia que no conoce pero le gustaría conocer ya que dice que detrás de todo gran hombre hay, siempre, una gran mujer y unos grandes hijos. Me siento halagado y doy las gracias tras preguntarle por la suya y, con cortesía, repetir sus palabras refiriéndome a él . No empezamos mal. No obstante, le respondo que no soy gran hombre ni por estatura ni por valores. Sólo un afortunado y anciano incipiente que ha tenido la suerte de entrevistar a Bin o Ben, no sé dónde. Lo único que tengo de grandeza es el apellido del que muy orgulloso me siento. Toledo es cuna de entendimiento de culturas distintas, algo así como un mirlo blanco en el bosque verde.

Sentados en sillones cómodos hemos dialogado en un castellano mediano en el que yo, por atención a Obama, he intercalado alguna que otra palabra en Lengua inglesa que a Obama le ha sido de difícil entendimiento. Diálogo, no monólogo, mientras venía el traductor de árabe, un rubio americano de San Francisco que hablaba nuestra Lengua con marcado acento mejicano.



Abierta la carta de Osama por Obama, el traductor empezó, en voz alta, su lectura, diciendo:



Por Alá el todopoderoso y el misericordioso, salud para el hombre más poderoso del mundo. El hombre mas poderoso con el que juego al escondite y gano. Al poker también le ganaría, señor Barack, o a cualquier otro juego con la baraja. Soy un hacha en juegos de mesa y de estrategia. Sé que usted lo sabe porque su nación, sea Presidente quien sea, me busca, y así se pasará la vida, y no me encuentra como me encontró don Wihelmus el periodista tardío.

Sepa usted y todo el que me busca que, durante mi época de fugitivo en la que aún me hallo y me hallaré de por vida, he asistido a la feria de abril de Sevilla, vestido a la europea, donde medio mundo va. Incluso fui a la Real Maestranza y vi torear a Morante y Manzanares formando terna con el valeroso Cid a quien tenía ganas de conocer. Me presentaron como Pepe Trueno y la cosa coló. El Cid torero me gustó por su arrojo y toreo poderoso y dominador. Manzanares y Morante por su arte con capa y muleta. De toros y de atentados entiendo de manera bárbara, como puede imaginarse y sabe por experiencia. Me refiero a los atentados. Esté atento que sigo contándole.

Asistí, con asiduidad, a los partidos del campeonato mundial de Sudáfrica, República en la que conocí a don Wilhelmus que hacía oficio de cronista del diario Veritas y me presentó a la bella Sara Carbonero, que me recordó a mi Fátima, mi mujer preferida entre todas las mi harén donde las hay para dar y regalar, pero a usted ni una. Ya sabe : Al enemigo ni agua.

Estuve en los sanfermines de Pampilona, la Iruña de los vascones, y corrí toros. Estuve y estuve en tantos sitios, en tantos.. Y veía a mi lado a sus agentes de la C.I.A y a agentes de sevicios secretos varios. Todos torpes como topos. Me he burlado de todos y seguiré burlándome de usted : ¿ Dónde sus tecnologías avanzadas y puntiagudas ? . Si jugásemos al veo, veo, nunca me verían. Al escondite, como estamos jugando, para qué decirle que no sepa. Todo habría que decirle y aún así no darían con mi paradero o paraderos. Tengo más aliados de los que creee. No todo el mundo comparte su globalización. Y que le pique un pollo señor Obama.


Estupefacto quedó Obama, el rubio de San Francisco, nombre de torero andaluz, y yo, de tan latino nombre y apellidos. Bin o Ben bien se ríe de los americanos del norte, republicanos o demócratas, y del otro medio mundo que lo busca y no lo encuentra y así se pasa la vida.

Desde el Estado de Ohio, justamente desde la ciudad norteamericana de Toledo, la ciudad de cristal y no pétrea como la nuestra, tan meseteña, manchega, castellana y española, Wilhelmus cumplió la misión encomendada por Bin. Ojalá, que quiere decir por Alá, Bin cumpla bien su promesa de no hacer más barbaridades si los americanos no le buscan las cosquillas. De ser así, mi granito de arena habré puesto en las dunas de la paz.





sábado, 9 de octubre de 2010

LA CARTA DE BIN A BUSH.

Embarco en Barajas, tras vicisitudes varias a cual más incómoda, en vuelo con destino a Nueva York. A la mente me viene la obra de Federico García Lorca mezclada con los primeros viajes de Cristobal Colón a las Indias. Sé el porqué. La inmediatez del mío se sobrepone al lento pero natural navegar por las aguas de la mar océana, de las que don Cristobal fue primer Almirante pero no primer nauta. Él era nauta pero no internauta, lo que son las cosas. ¿ Quién me hubiera dicho que yo, a mis sesenta años, navegaría por las virtuales olas del Atlántico ?. Que navegaría navegando en vuelo y por internet con alas cortas. Con vuelo torpe de pavo sin reino. Con vuelo corto de gallo de corral que se dirige al gallinero de un rancho de Tejas. Veré allí al gallo americano, al expresidente George Bush el que dijo, entre otras sandeces, que África era una nación, un Estado. Panafricanista que es el señor al que le llevo, escondida en lo más profundo de mi maleta y guardada como oro en paño, la carta que Bin le envía conmigo como mensajero. Espero que no me mate como mesajero mercurial que soy. El señor Bush se las trae y se los lleva, sobre todo las papeletas electorales, no sé a dónde, y los dólares que no le caben en los bolsillos ni en la Bolsa. Todo un lord inglés con facha vaquera. Vaya personaje en su rancho tejano y fuera de él. El inventor del armamento químico iraní, mentira podrida, responsable de tantísimas muertes en la antigua Mesopotamia y que se pasea a caballo por su rancho como si tal cosa y con su conciencia, si es que la tiene, tranquila, recordando la foto, desafortunada, que se hizo con Blair y Aznar, el bigotes, en las islas Azores sin azoramiento alguno. Podía haber elegido las cercanas y afortunadas Canarias para mayor deleite y solaz del expresidente español, Aznar, tan crédulo y bien intencionado señor, tan guapo. Dejemos en paz a don José María Aznar y vayamos a lo nuestro. A la entrega, en mano de Bush, de la misiva que Bin le envía mediante este humilde periodista español, mejor españoleto por mi estatura, como don José de Ribera el buen y bajito pintor de tantos buenos cuadros, muchos de los cuales decoran la Colegiata de Osuna, el pueblo de mi madre.

Sobrevolamos un inmenso mar de aguas atlánticas azules y de nubes supraatlánticas blancas como la blanca Albión vista desde las costas francesas. De la blanca Albión donde nacieron los antepasados de Bush sin la fortuna que ahora le acompaña.


Desde el aeropuerto neoyorquino John F. k., en el que vuelvo a ser tratado más o menos como una oveja descarriada, alzo el vuelo hacia el George Bush de Houston donde , a pie de escalerilla, me reciben dos armarios negros de dos metros de alto, medio de ancho y un cuarto de largo, entre los que marcho protegido, tanto que me siento preso. Lo que en realidad soy. Un español bajito a mucha honra protegido y preso de la fuerza bruta de dos sicarios de Bush. No digo ni pío porque no hablo la lengua de los nosteamericanos ni ellos mi evolucionado, mucho más que la Léngua inglesa, castellano. Soy buen entendedor y pocas palabras bastan, las actitudes de los negros y sus hostiles miradas lo dicen todo. ¡ Qué recibimiento más distinto al que me hizo Fátima la preferida de Láden!. Mucho petróleo y mucho dinero pero de clase y educación, escasos. Ricos de bolsillo y bolsa pero indigentes de corazón y sentimientos.

El negro Tom y el negro John parecen hermanos sin serlo. Sus carantoñas y manoseos mientras me escoltan, protegen o raptan, delatan que son negros invertidos. En todos los colores hay de todo. Matices. Les digo : Dangerous, cuando un caballo sin jinete atraviesa la carretera y, por sus arrumacos, los dos van delante y yo detrás en el coche, no lo ven. Miro hacia todos los lados esperando, en mi ingenuidad, ver algún apache o comanche de los que poblaban esta región. Ni uno, a todos se los cargaron. Es la zona por la que deambuló José Luis Álvarez de Toledo Dubois, primo hermano de mi quinto abuelo, cuando, huído de Cádiz donde fue diputado pos Santo Domingo, intentó fundar la primera República de Tejas, efímera, y logró fundar el primer periódico tejano, la Gaceta, en Nacogdoches. Pensando en su aventurera y contradictoria larga vida estaba cuando John , el negro chauffeur, detuvo el cochazo de su mismo color ante la puerta de una cancilla sobre la que ondeaba la bandera estadounidense mecida por los resecos aires de la región. La segunda parte de la misión que me había encomendado Bin estaba a punto de llevarse a efecto. Sólo una mariconada de los negros gigantones podría impedirla. De un momento a otro, tal vez al doblar la próxima curva, vería el rancho Bush. Así ocurrió, en efecto.

El expresidente me recibió con cortesía y naturalidad, sin protocolo, cuestión que le agradecí de inmediato. Me sorprendió que chapuceara el castellano. La riqueza de la construcción era la propia. Del mobiliario, en cuanto hay gustos para todo, mantengo silencio. Sin traductor que nos ayudase en la conversación, nos defendíamos en su mal castellano y ya, por desuso , en mi deficiente francés. Un galimatías que provocaba la risa abierta, tontona y, al mismo tiempo, picaresca de Bush y la mía, más comedida. A medida que escanciaba el buen vino y bebíamos, las risas fueron pasando a carcajadas incontinentes. Probablemente, pensé, me invitará a cenar y pasar en tan grato y segurísimo lugar la noche. Así fue y se lo agradecí. No me apetecían prisas en la lectura de la carta que se pospuso para el siguiente día.

Dormí a pierna suelta sobre una cama amplia y confortable. Muy de mañana, poco después de alborear y sin presentarme a su familia, desayunamos en el lujoso comedor del rancho. Él a la inglesa. Yo, a la española. Finalizado el desayuno pasamos a su despacho, donde puedo decir, vulgarmente, que se podían correr caballos, y le hice entrega de la carta sellada con lacre. Con un abrecartas de ébano y cabeza de caballo grabada en su empuñadura, extrajo del sobre una cuartilla rojiza y me la entregó para que la leyese. No pude porque la grafía era árabe. Al punto, tocó un timbre de oro que descansaba sobre su mesa y un individuo de evidente fisonómia arábiga, comenzó la lectura mientras Bush, detalle por su parte, me mostraba sus fotos con los Reyes de España cuando lo visitaron. Estaba yo mirando mirando una foto en la que nuestro Don Juan Carlos aparecía muerto de risa, cuando el árabe lector, rojo como un tomate, dijo : Es usted un hijo de... . No terminó la frase y prosiguió en un inglés tan bien pronunciado y con tanta lentitud que pude comprender. Es usted un embustero y un genocida. Sabe porqué lo digo perfectamente. A mí no me vuelve a engañar más. Al punto Bush le arrebató la carta de las manos al traductor y dijo mirándome con antipatía. Esto ya me lo ha dicho ochenta veces el muy rufián. Y lo más grave es que es verdad. Tan verdad como que las víctimas de su execrable atentado a las torres está muertas. Cada uno es como es y ve las cosas a su manera. Para mí el genocida es él. Para él, yo. Formas distintas de ver las cosas. Tras estas últimas palabras llamó a los negros para que me devolviesen a España. Cuando abandonábamos el rancho, Bush, sonriendo, galopaba feliz por su extenso rancho como si hubiese oído llover.

Digo yo que para este viaje no se necesitaban tantas alforjas. También, digo yo, tantas barbaridades por parte y parte. Tom y John, hicieron todo el camino hasta el aeropuerto de Houston haciendo manitas en demostración ostentosa de sus sentimientos compartidos. Ellos no hacían mal a nadie por muy invertidos que fuesen. Bin y Bush, sí. De cualquier forma, por buenos que los armarios fuesen, más, mucho más, buena estaba Fátima la de Bin. Cada uno tiene sus preferencias. Bin y Bush, cada uno a su estilo, son dos equivocados. Dos peligrosísimos equivocados. Mucho más que Tom y John y que la gran mayoría de blancos y negros mariquitas o no.

Desde la cafetería del aeropuerto J.F.k de Houston, presto a partir en vuelo directo a Madrid, Wilhelmus scripsit. Iré para volver. Me queda la carta a Obama. Preferiría que no me mandasen guardaespaldas invertidos; si así son, que no es lo normal, tampoco pasa nada. Cosas mucho peores hay. Bush y Bin son claros ejemplos de maldad. Cada uno tendrá sus razones para ser malo o invertido, pero creo que Tom y John no han matado a nadie. Promesa, en buenaparte, cumplida. Espero y deseo que la restante se lleve, de igual forma, a efecto y lo que en la carta se diga sea de interés mayor y más fructífero. Hasta ahora, como comentó Bush, nada nuevo. Lo sabido.




martes, 5 de octubre de 2010

LA CARTA DE BIN A ZAPATERO.

El taxi me acerca a la Moncloa. El presidente del gobierno español, con sus cejas puntiagudas como jamás las he visto y su mirada de listillo de andar por casa, me recibe en la cocina. Buen sitio para desayunar que es lo que hacemos mientras lee en voz alta la carta de Bin.

Eximio señor Rodríguez Zapatero :

El mensajero que le habrá acercado el sobre sellado con lacre, Wlhelmus Alvarinus Toletanus, es hombre de total confianza mía; de no serlo no le habría concedido la entrevista ni encargado tan delicada misión diplomática. Es ministro sin cartera y con vergüenza. Hombre probo e íntegro.

Usted, sin embargo, es politico fracasado. Hombre con pájaros en la cabeza que no sabe ni lo que cuesta un café en mi respetada España. Tuvo, no obstante, el mérito, al principio de su mandato, de oponerse al yanqui Bush. Al gran destructor de Irak. Mérito que le reconozco. Ganó las elecciones porque el pueblo español se sintió engañado por los hombres del P.P en lo relativo a la autoría del atentado de la estación de Atocha. Fuimos nosotros y no la ETA como los últimos ministros de Aznar aseguraron para asegurarse el éxito en las elecciones presidenciales que lo llevaron a la Moncloa sin esperarlo. Las vueltas que da la vida y lo malo que es mentir. Antes se coge a un mentiroso que a un cojo. Usted no tenía, en su horizonte político, hacerse con la presidencia del gobierno. La cosa lo pilló de sopetón y sin programa alguno que poner en práctica. Casi sin asesores para gobernar, y de aquí los tumbos y contradicciones que aprecio en su labores de mando. Sus ideas no sirven para nada y va a llevar a su país a la ruína. No quiso ver la crisis que todos veían o , si la vislumbró, ver ver lo que se dice ver usted no ve nada, no fue capaz de avisar como hacen los buenos amigos. Demostró, así, que no es amigo de su propio pueblo al que lleva al abismo. Le advierto que los Estados Unidos de Norteamérica le van a echar un cable parecido al que Marshall le echó a Europa tras la segunda guerra mundial. Usted, contradiciéndose de nuevo, se va a sentir tentado de asirse a él como a un clavo ardiendo. No lo haga, le advierto. Si lo hace, nuestros organizados terroristas actuarán en territorio, espacio aéreo y aguas jurisdiccionales españoles, llevando la destrucción y la muerte al sufrido pueblo español que tanto veneramos en Oriente. Quien advierte, le repito, es buen amigo. Tenga en la consideración que le corresponde, esta misiva. Sin más, reciba un abrazo de Bin y retírese de la política por el bien de España y de los españoles. O en su partido, bajo otro dirigente, o en el de la oposición, léase Partido Popular, puede estar el arreglo difícil de España. Con usted la nación española va al caos y a la desintegración territorial. La política no es una tienda del rastro madrileño o del jueves sevillano como usted cree. Es algo bastante más delicado y sutil.


Tras finalizar la lectura del texto de la carta, el señor Zapatero, se acercó la taza de café a sus finos labios y dijo : Me toma por tonto.

Lo que ustes es, corroboré, mientras hacía lo mismo con mi taza.

¿ Lo cree así, Wilhelmus ?.

Por supuesto, José Luis. Un tonto peligroso en grado sumo. En esta vida lo peor es ser tonto y no saberlo. No se preocupe por ello, en su gremio y en los otros abundan. Es mal de muchos. Por eso el mundo va así.


He cumplido la tercera parte de la misión que se me encomendó. Quedan las otras, las más problemáticas. Siento curiosidad por saber qué le escribe Bin a Bush, su principal enemigo, y a Obama.


Wihelmus Alvarinus Toletanus,corresponsal itinerante de la VOZ DEl ENEMIGO bajo la dirección de don Hugo de la Guerra y Paz a los hombres de buena voluntad, desde Magerit como Bin dice bien. Es decir, bendice.

lunes, 4 de octubre de 2010

LA BODA DE LA HIJA DE UN AMIGO

Fuimos, Carmen y yo, a Sevilla, a la boda de la hija de Paco Redondo y de Marita Cid,no a la de don Juan Alba que quiso meterse a monja. A la boda de Marién, tres moritas me enamoran en Jaén, Ana, Fátima y Marién. Fuimos, autopista arriba, en mi coche. En mi Rover 400 que tan buen resultado me está dando pero que si llego a saber que la casa oficial la trasladan a Jerez no me lo compro. Incomodidades, las menos. Marién casó, en la capilla de la antigua fábrica de tabacos de Sevilla, donde trabajaba, de cigarrera, Carmen la de Bizet, la de Mérimée ,con Arnaldo, quien, garrido, me recordó a Arnaldo el conde del romance. Espero y deseo, en contra de la costumbre actual, felicidad y largo matrimonio. Ella lo merece, sé lo que digo, y él también aunque no opine con tanto conocimiento.

Carmen y yo nos quedamos en el apartamento de Gádor, la novia del cantautor y músico Guillermo Alvah ( Guillermo Álvarez de Toledo Castro según nacimiento, carnét de identidad y otros oficiales dicen y así es), mi hijo, en la calle Pureza de Triana, el mundialmente conocido barrio sevillano de la orilla derecha del antiguo río Betis, desde hace mucho tiempo llamado Río Grande ( Guadalquivir). Qué parrafada tan larga me ha salido. Larga y tendida en el recuerdo del muy buen rato pasado entre amigos de toda la vida.

Hablé, sobre civilizaciones perdidas,con José Antonio Gámez y Rafael De Cueto. Sobre civilizaciones perdidas pero con cabezas firmes y discurrires coherentes. José Antonio es fantástico en todo. Rafael, más tradicional en sus planteamientos. Él y yo más grecorromanos en lo estético y en el discurrir que José Antonio Gámez, siempre más idealista e idealizador. Genio y figuras de jóvenes que mantenemos con el paso de los años. Conversación interesante mientras Carmen hablaba y se reía con los dichos de Viki Gámez, buena hermana de José Antonio.

Frente a mí , cuando hacía un alto en la conversación, los otros novios, Pepe y Margarita, felices como veinteañeros a pesar de haber sobrepasado, en algo, la edad. Desprendían felicidad haciendo oídos sordos al cura que les echó un rapapolvo inesperado entre las sonrisas y los comentarios, por lo bajini, del resto de los amigos. Junto a ellos el inefable Lalín y Pepa, su querida y guapa mujer.

Se podía fumar, el espacio era abierto al patio interior del antiguo cortijo, y la noche, sevillana. Noche de otoño sevillano. De un otoño que me traía el recuerdo de otras noches otoñales lejanas en las que buscábamos aprehender la realidad que, en aquél momento, palpábamos. Disfrutamos cogiendo los instantes entre los dedos y las ideas e intentado que no escaparan como el humo de los cigarros. Que no escapasen sin dejar huella como la civilización perdida que desapareció casi sin dejar rastro según José Antonio Gámez decía. Puede llevar razón. La realidad nuestra es que nuestra amistad se fortalece con el paso del tiempo. Algo fácil y difícil al mismo tiempo. Una amistad que ha dejado rastro y huellas frescas, imborrable.