Podrán beber los comensales dignos vinos blancos y dignos vinos tintos. Correctos vinos , en termino de mi primo Goyo , acordes con su corrección. Además de aire , indispensable para seguir viviendo y bebiendo , se les ofrecerán unos langostinitos de Sanlúcar que tan próxima está y unos taquitos de jamón de Jabugo que tampoco está lejos. El queso será payoyo de Villaluenga del Rosario , también pueblo cercano y conocido , tan bonito. Cualquier cena medio qué debe fundamentarse en estos productos de mar y tierra y lo demás serán añadiduras. Mejores o peores añadiduras , pero añadiduras. No las detallo porque la cocinera , Carmen-carminis , no me las ha dicho ni a mí. Ha preparado todo , Carmen Castrum , con el sigilo y maestría con los que sabe hacer las cosas. Sé , no obstante , que habrá un buen pescado de estero y un postre casero . Nada en exceso porque ya se sabe que de grandes cenas están las sepulturas llenas....Las buenas conversaciones están aseguradas por la calidad y naturalidad exquisita de los invitados. Ya los he llamado por si hubiese algún impedimento en la fecha programada y no lo ha habido como esperábamos y deseábamos.
Intentando que todo salga a pedir de boca y la ambientación sea lo más a gusto de invitados y anfitriones , alumbraremos la mesa no con luz eléctrica sino con velas. El centro del albo mantel estará presidido por el candelabro del siglo XVIII que heredé de un tío segundo mío que murió , casi centenario , soltero y sin hijos. A Carmen -carminis le encantan las velas y a mí tambien. Las velas , no los velorios se hagan de una forma u otra ; es decir con fiambres o sin ellos como fue costumbre de pueblo chico da la España llamada profunda.
De España , de nuestra querida España , se hablará. De su Historia y Arte. De sus pensadores y cabezas . De su variada geografía . De sus pueblos serranos y costeros. De sus tradiciones , la taurina entre ellas , y de sus climas. De los españoles que son como Dios manda. No de los otros : vulgares y detestables como tantos son y padecemos de maneras tan variadas. Seguro estoy de que , nunca mejor dicho , pasaremos , a la luz de las velas , una velada ( palabra un tanto cursi ) inolvidable y bien alumbrada por las luces de las velas y las luces de nuestros amigos. Al Gran Hacedor pido que todo salga a pedir de boca. A doña Frasquita, que venga fresquita para poder admirar sus bellas formas de mujer monísima.
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