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EL BLOG DE GUILLERMO ÁLVAREZ DE TOLEDO PINEDA. Blog independiente y de temas multicolores. Entre ellos , el tema estrella : Historia de los Álvarez de Toledo Golfín. Etiquetas temáticas en la parte inferior y lateral con las gracias por entrar y leerme.Unas gotitas de humor no van mal en la cazuela de la VERDAD y mucho pueden decir.

lunes, 30 de septiembre de 2013

LA ENTRADA NÚMERO NOVECIENTOS UNO

Miro el diseño de mi blog y veo que hay , ya , novecientas entradas. Hice una de ellas con el título de las quinientas y todavía  es evidente y constatable que  , a día de hoy ,  no las he doblado aunque me acerque a su logro. No voy a repetir , ahora , lo que escribí en la entrada titulada Las Quinientas , Creo que seguiré tecleando mientras mi Dios  , la técnica de blogger  , mis dedos y mi cabeza  me lo sigan permitiendo. Escribiendo sobre los variopintos temas sobre los que escribo excepto , obligación autoimpuesta , sobre políticos y políticas . Ya les he dicho de todo , creo que con objetividad y buenos modos ,  y para qué seguir diciéndoselo si sus males no tienen remedio  por mucho que otros escritores , mucho más avezados que este pobre escribidorcete , y el mismo humilde escribidorcete hayamos insistido en el tema . No obstante , a la vista de lo que veo , hoy he estado tentado de incumplir mi promesa. He vencido a la tentación y nada más añado sobre ellas y ellos no vayan ellas a molestarse . 


Tecleo , por tanto , sobre mi ordenador fijo , algo moribundo , sin saber , con certeza , qué cuestión abordar. Y de pronto se me viene al magín que puedo hacerlo sobre el capítulo de don Quijote por el  que , en mi sexta relectura de la gran novela , voy . Rechazo la idea por no considerarla oportuna ,  ahora , y opto por esta otra que más me lo parece aunque sea de menor enjundia que escribir sobre algo concerniente al Caballero de la Triste Figura . Bastante menor  cual es escribir sobre vivencias y aventuras de uno mismo que no son comparables , bajo algún punto de vista , con las aventuras del famosísimo don Alonso Quijano  . 

Fue una de ellas , mía , la que me aconteció en el planeta rojo cuando a él fui , por primera vez , en companía de Arturo Pérez y Pérez , como piloto de la nave interplanetaria , y de mi primo hermano José Joaquín Pineda Calle  por petíción oral que en Madrid me hizo  , muy  queridos ambos . Me sucedió apenas llegados a Marte , sin ellos como testigos , y hallándome más solo que la una entre los pedregales del citado planeta del sistema solar del que tanto se habla a día de hoy sin saber qué fue de él en el día de ayer ni saber qué será de él en  el día de mañana . Ni de mañana ni de pasado mañana porque nadie conoce  qué podrá ocurrirle dentro de un minuto a uno mismo aunque los hombres , tan controladores como imprevisores , digan lo contrario . Desconocen , todavía y ya han tenido tiempo , que el futuro es imprevisible y el pasado , como el presente , ha sido manipulado por los manipuladores del tiempo y de los tiempos.

Estando solo , como digo , y algo aterrado por lo novedoso y lejano al planeta azul del  que tanto nos habíamos distanciado  , me encontré , en medio de una tierra aún más rojiza que  la común en aquel cuerpo celeste que rojo es  , un sobre verde lacrado y bien conservado que me dispuse , de inmediato , a abrir no sin que las manos me temblaran en medio de aquel silencio y soledad en la que mis acompañantes me habían dejado sin comerlo ni beberlo y sin bebida ni comida excepto la caja de escocés que Arturo lleva consigo a todas horas a la que no quise tocar por respeto y consideración a nuestro piloto y por no coger una pítima recien llegado al antedicho planeta.

Una vez abierto el sobre con un útil de los muchos que en mochila llevaba , pude leer , pues en perfecto castellano estaba redactado , el siguiente texto cuyo contenido no comenté después con José Joaquín ni con Arturo y que silencié como cuerpo en sepultura hasta ahorita mismo como los mejicanos dicen . Advierto al hipotético lector que su contenido  puede ascandalizar a más de a uno que no esté familiarizado con augurios de cierto carácter perverso o con las maledicencias en vigor. Sin más preámbulos , prólogos o advertencias , aquí va el texto que apareció tras abrir el sobre verde :


" Desconocido lector que tienes este papel en tus manos . Has llegado a un , para vosotros , ignoto planeta al que llamais , y en esto acertais , rojo.  Desconozco tu nombre y apellidos pero te doy a conocer el mío : Rocinante , soy . No te aterres que bajo la roca que pisas yazco tras los entripados que me hizo sufrir el Caballero de la Triste Figura , mi amo y señor. Mi espíritu vuela , galopando y trotando , no por los cielos de la Mancha sino por los espacios siderales en los que vuelan las almas de los escogidos . Ten siempre presente y no le hables  a nadie , hasta que transcurra un tiempo prudencial cuyo límite dejo  a tu libre albedrío , del lugar en el que mi macilento cuerpo , hoy reducido a polvo equino enamorado de la yegua Lindacrín  , está sepultado ; señal inequívoca de que alguien llegó a Marte antes que vosotros que os creeis pioneros. Con el planeta rojo pasa lo mismo que con la primera llegada a América. No fue don Cristóbal Colón y Fontanarrosa quien primero llegó , descubriéndola , a América , sino unos moros de Fez .  Con esto pasa como con todo . Nunca se sabe la verdad al cien por cien por mucho que algunos se empeñen en estar en posesión de ella. Te vuelvo a rogar , desconocido lector , que guardes silencio sepulcral sobre lo que has encontrado y leído. hasta que consideres oportuno , como más arriba digo  , hacerlo . Podría significar un terremoto para los habitantes del planeta azul que para tan poquitas cosas está ".

Antes de que mis acompañantes volvisen de echar la ojeada que supuse estarían echando , descubrí con la punta de mi bota lo que parecía lápida y , grabado en ella , pude leer : HIC IACET ROCINANTUS UT FAMA NON REFERET. Me quedé de una pieza tras la lectura y con la misma punta de la bota izquierda con la que había desempolvado la pátina de humedad y hojarasca depositada a lo largo del tiempo sobre la marmórea piedra  , con el corazón encogido , me dispuse a sobreponerme de la aventura y a guardar absoluto silencio hasta el día de hoy . Pocos creerán en la certeza de lo a mí acontecido recién llegado al planeta rojo , pero cada cual es libre de creer lo que quiera y Rocinante también tiene sus derechos.


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