En todas las familias ha habido , al igual que en reinos , repúblicas , regiones , ciudades , pueblos y villas de pequeño o gran renombre , cronistas. En las familias solía tratarse de algún viejo pariente que conservaba , en la menoria , circunstancias y hechos del pasado. A ellos se acudía si algo se quería saber o , simple y llanamente , el cronista hacía referencia a hechos del pasado cuando consideraba que la ocasión era la idónea para narrarlos. Aunque en el caso que me ocupa , historia familiar de los Toledo Golfín , las noticias que doy y tenemos provienen de fuentes escritas , documentales , privadas y públicas ;de archivos públicos y lo que del privado familiar queda ,cito hoy y ahora una fuente oral por la que supe lo que a renglón seguido escribo.
La fuente fue tía Lola Llach Lancha , mujer de mi tío abuelo Rafael Álvarez de Toledo Alba. Tía Lola Llach fue la madrina de mi padre e hija de un ampurdanés , Pedro Llach , que llegó a Cazalla de la Sierra por asuntos relacionados con la industria del corcho. Según mi padre , al que volveré a aludir en este escrito , era masón. Tía Lola , a la que solía visitar de niño en vida de tío Rafael y tras la muerte de éste , era señora de piel blanquísima , transparente y de ojos de un azul tan claro que era celeste. Persona celestial a la que cuando la internamos , ya viuda , tío Antonio Pérez Álvarez de Toledo y su familia en general la internó en una residencia-asilo de Sevilla , seguí visitando y catando su calidad humana. De vez en cuando me decía , entre referencias a la familia , con absoluta naturalidad , resignación cristiana , la propia de buena cristiana , lo que era : Guillermete cualquier día de éstos , cuando vengais a verme , ya me habré muerto. Así fue , pero antes de su viaje a lo desconocido tuvo tiempo de sobra para hablarme de su juventud y de otras cosas. Entre ellas , que su suegro , mi bisabuelo por Toledo , Guillermo Álvarez de Toledo García , era una persona excepcional. Una de las mejores personas que había conocido en su larga vida , afirmaba su nuera Lola. Desprendido , finísimo , simpático , cariñoso , culto , repartió el capital que aún le quedaba entre los necesitados de Cazalla. Aquí recibía las visitas de sus primos los marqueses de Íscar y a él le hablaba la gente de campo de Cazalla de las tierras de mayorazgo que habían sido de la familia. El marido de tía Lola , tío Rafael , fundó , en Sevilla , una fábrica de paraguas que no fue bien . Los Toledo hemos sido y somos , en mayoría , malos negociantes y la visión de tío Rafael y su fábrica de paraguas lo confirma al igual que la mala marcha de la marcas de anises de Cazalla , anís Toledo y anís Moka , que también fueron al traste.Como madrina de mi padre , me contaba cosas de él , siendo niño , que me ilusionaba oírselas. Pienso que a cualquier niño le gusta oir partes de la vida de su padre de las que no fue testigo. Al no haber tenido hijos , pasó en mi casa de Sevilla algunas temporadas siendo atendida por mi madre con el mismo cuidado , cariño y diligencia con los que siempre ha atendido a su familia carnal y política, como era el caso que cito. Supe . por tanto , por tía Lola Llach , que mi bisabuelo Guillermo había sido hombre más que cabal.
En el caso de mi familia materna , quien más datos y noticias daba de ella era tío Eutimio Pineda. Uno de los comentarios de tío Eutimio , quien en efecto era la memoria de la familia Pineda de Osuna , solía girar sobre el parentesco de mi abuela Carlota Rodríguez-Buzón con una buena familia de origen portugués : los Paiva. Su cuñado Guillermo , mi padre , le respondía con ironía y gracia , aunque a tío Eutimio maldita la que le hacían aquellos comentarios de su cuñado poniendo en duda aquel parentesco. Mi padre lo hacía por oírlo y bien que , a veces , lo oía . Él y yo.
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