Dios me libre de opinar sobre lo dicho y escrito por Biendicho XVI , Papa , en lo referente a nuestros queridos buey y mula , o mula y buey , acerca de su presencia en el Portal de Belén. Aunque no ose contradecir
lo escrito y dicho por Biendicho XVI , Papa , si digo que a mí , de niño . de joven ., de maduro y de vejete , me gustaban sus presencias en el Portal. Que me digan ahora , aunque las letras de Benedictus XVI , Papa , no puedan ser consideradas ex cathedra al no haber sido escritas como tales , según creo , que no fueron testigos del nacimiento de Jesucristo me desilusiona como hombre y como el niño que fui y vio tantos nacimientos-belenes en Sevilla. En Sevilla o en el lugar en el que pasase las Navidades de mi infancia Por lo general , las más de las veces, en dicha ciudad. En otras , ya no niño , siempre el buey y la mula me gustaban. Tenían un no sé qué bucólico , una gracia , que siempre me ilusionaban y me atraian. Me hacían aflorar buenos recuerdos y sentimientos. Recuerdos que , ahora , añoro hasta el punto de hacerme devolver a mi niñez. Supongo que ni los más recalcitrantes católicos harán desaparecer al buey y a la mula de sus nacimientos.. Sería cuestión de mal gusto , pero tanto abunda que todo es posible.Opinión reservada la de este humilde colaborador de LA ALBORADA MISTERIOSA . No sé qué opinará el GRAN HACEDOR
lo escrito y dicho por Biendicho XVI , Papa , si digo que a mí , de niño . de joven ., de maduro y de vejete , me gustaban sus presencias en el Portal. Que me digan ahora , aunque las letras de Benedictus XVI , Papa , no puedan ser consideradas ex cathedra al no haber sido escritas como tales , según creo , que no fueron testigos del nacimiento de Jesucristo me desilusiona como hombre y como el niño que fui y vio tantos nacimientos-belenes en Sevilla. En Sevilla o en el lugar en el que pasase las Navidades de mi infancia Por lo general , las más de las veces, en dicha ciudad. En otras , ya no niño , siempre el buey y la mula me gustaban. Tenían un no sé qué bucólico , una gracia , que siempre me ilusionaban y me atraian. Me hacían aflorar buenos recuerdos y sentimientos. Recuerdos que , ahora , añoro hasta el punto de hacerme devolver a mi niñez. Supongo que ni los más recalcitrantes católicos harán desaparecer al buey y a la mula de sus nacimientos.. Sería cuestión de mal gusto , pero tanto abunda que todo es posible.Opinión reservada la de este humilde colaborador de LA ALBORADA MISTERIOSA . No sé qué opinará el GRAN HACEDOR
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