EL IMPERIALISMO GLOBALIZADOR.

Adelanto que los términos globalización y globalizador no me gustan. No me parecen palabras eufónicas,sino cacofónicas. Me suenan a algo huero. En mi mente la globalización aparece como un gran globo lleno de aire malsano que intenta imponerse en todos los lugares de la Tierra y a todos sus habitantes, a la trágala, tratando de convencerlos que es la panacea salvadora, el progreso que permitirá al hombre alcanzar la felicidad. Para mí globalización es sinónimo de imperialismo, pero a lo vasto y a lo basto. De imposición de unos determinados " valores" y actitudes. Nada nuevo en la Historia. Ya lo intentó Roma extendiendo su Lengua, sus creencias religiosas, su Derecho y sus instituciones políticas civilizadoras a otras culturas más o menos próximas a las orillas del Mare Nostrum.El proceso quedó interrumpido por un conjunto de causas a las que ahora no ha lugar enumerar, pero entre las que, objetivamente, cito dos: Falta de hombres para continuar la expansión imperialista ( debilidad demográfica) y empuje de los llamados pueblos bárbaros. Poco después, su heredero, el Cristianismo, continuaría, con empeño, el proceso, temporalmente interrumpido, con indudable éxito. Es de aceptación general lo mucho que a la romanización y cristianización debe Europa y el mundo. Las cosas fueron como fueron y déjolo ahí. Creo que se progresó. Con posterioridad, el islamismo intentó su imperialismo y globalización correspondiente con efímero éxito. Nuestros reinos castellano-leoneses, tras la aventura propuesta por Colón de llegar a las Indias por vía distinta a la seguida por los portugueses,formarían su correspondiente imperio semi- globalizador. Con suerte llegó a donde él no creyó haber llegado y se inició el imperio español, que alcanzaría su mayor extensión con Felipe II. Lengua, religión, instituciones político-económicas, conceptos filosóficos y sociales. Resumiendo : Sistema y escalas de valores de la Europa renacentista , matizadas desde el punto de vista español, se exportaron e impusieron en aquellos inmensos territorios llamados América, por primera vez, gracias a Américo Vespucio. La Lengua castellana, como dijo Elio Antonio de Nebrija,debería ser compañera del Imperio y así fue. El Continente americano casi en su totalidad y digo casi porque según sé todavía quedan al margen algunas tribus amazónicas vírgenes, pasó a convertirse en territorio del imperio español, portugués, inglés y , en medida bastante menor, francés y holandés.La globalización, si bien tan sólo a escala americana, se impuso en el Nuevo Continente. En el subcontinente Sur, prioritariamente el imperialismo ibérico. En el subcontinente Norte, preferentemente el imperialismo anglosajón. Las culturas indígenas fueron europeizadas de mala manera y con peor estilo. Después, com algunos tintes diferenciadores vendría el imperio británico y tras él, la globalización, así llamada porque el imperialismo se intenta lograr a escala planetaria. Imperialismo globalizador del que su principal impulsor son los Estados Unidos de América del Norte( salvadores de Europa en las dos grandes conflagraciones mundiales, lo cual no debemos olvidar y sí agradecer), pero que encierra múltiples peligros, siendo uno de ellos la uniformidad( con uniforme militar y civil estadounidense) que implica y la subsiguiente pérdida de identidades propias de grandes extensiones territoriales y Estados, abocados a perder sus personalidades históricas y, con probabilidad, hasta sus propias Lenguas. Bienvenida fuese la globalización si las riquezas fueran mejor repartidas y la justicia social y solidaridad entre los hombres se lograra, pero hasta ahora tan sólo observo que las distancias económicas interregionales e internacionales aumentan hasta el punto que entre el mundo desarrollado y el subdesarrollado se abre una zanja , por momentos más profunda,que se intenta rellenar exclusivamente con peligrosos avances tecnológicos sin más. Y así, es natural, no puedo tener fe alguna en esta archimanida palabra que a muchas personas tanto le atrae pero que a mí me dice poco bueno y mucho malo a pesar de sus abundantes defensores. ¿ Porqué no puede ayudarse a los pueblos y naciones RESPETANDO sus visiones del mundo y de la vida sin imponerles los valores vigentes y defendidos por los globalizadores?. ¿ Porqué son éstos los óptimos ?. ¿ Porqué los causantes de las abismales diferencias económicas quieren ahora menguarlas con sus propios métodos que no inspiran confianza alguna entre los hipotéticos receptores de ayudas, antes esquilmados por los que hoy les ofrecen auxilio ?. Hace poco el Presidente de la nación máxima defensora de la globalización ha dicho que si los banqueros quieren guerra, la tendrán. Lucha entre el poder político y el económico. Nueva brecha en la que temo que Obama sea el vencido. O es que no sabe quién, en realidad, lleva las riendas, por desgracia, del Mundo y creo que nunca estará dispuesto a soltarlas. La economía (y la vanidad) son dos motores de la Historia, pero no son todo como muchos creen. Tengamos una mirada más amplia y un horizonte más limpio. Tal vez así las cosas nos vayan mejor. Grandes pensadores coinciden, y hasta ahora así ha sido, que todos los imperios mueren. Acorde con esto, auguro vida corta a la pretendida globalización que intentan cimentar descendientes de otros imperialismos de menor magnitud geográfica, por muy extenso que fuese el inglés. Los medios, además, son distintos. Mucho más sofisticados los actuales. Veremos en qué queda la cosa. Resistencias ,muy de temer, hay. Barbaridades han cometido, a lo largo de los tiempos, todas las culturas y civilizaciones y las siguen cometiendo. Unas habrán sido de un estilo y otras de otro, pero barbaridades.