Se dice, a fecha de hoy,que el seismo que removió la parte occidenal de la antigua isla de La Española ha causado más de cien mil muertos.Catastrófico movimiento telúrico.
Las noticias que nos llegan lo hacen, si los medios de comunicación lo permiten,temer desde la lejanía y compadecernos tanto de los muertos como de los vivos. El epicentro,situado a quince kilómetros al soroeste de la capital,Puerto Príncipe,ha afectado con mayor intensidad a esta ciudad que a otras y su radio de acción ha llegado hasta las Repúblicas centroamericanas.
Buen número de naciones,destaquemos los auxilios españoles, han prestado ayudas variadas a los damnificados.La destrucción parece alcanzar grados inconmensurables. Siniestro total para uno de los países más pobres del mundo. Del mundo de la tecnología que no todo lo puede,aunque el hombre crea que sí.De la tecnología incapacitada para dominar las fuerzas de la naturaleza y que, aparte de las ventajas que indudablemente tiene,presenta peligrosos dobles filos que muchos no quieren ver, pero que están a la orden del día y a la vista de todos, amenazándonos no sólo físicamente sino también a los instrumentos y aparatos artificiales con los que nos hemos acostumbrado a convivir y sin los que ya no podemos pasar .Virus informáticos,nuevas modalidades de fraudes apoyadas en el desorbitado desarrollo tecnológico que no es capaz de predecir o evitar catástrofes como de la que estamos hablando. Tecnología punta que no logra implantar una mayor justicia social ni consigue mejorar la condición humana.Avances tecnológicos llamativos que no impiden, tampoco,catastróficas riadas ni hacen al hombre más feliz. Que tampoco impiden o atenúan huracanes o tornados, ni tantas otras calamidades. El hombre atado y maniatado a múltiples aparatos y aparatitos que el mismo hombre ha creado y que cada día lo esclavizan más; y más dinero le cuesta mantenerlos mientras los sueldos se congelan. Necesidades creadas sin necesidad.
A pesar de ello, la tendencia de las grandes, medianas y buena parte de las pequeñas potencias mundiales,insiste en la marcha rápida por el camino loco y erróneo del desorbitado progreso tecnológico. El progreso lo es mientras no problematice al hombre y lo beneficie en todo .El progreso es progreso cuando logra la felicidad del hombre y no lo esclaviza.Cuando mejora las condiciones de vida de todos y acerca unos hombres a otros. Cuando no hay que implantar medidas de vigilancia que atentan a la dignidad e intimidad de las personas. Cuando ayuda a los hombres a confiar unos en otros. En pocas palabras : Cuando logra conseguir paz y bienestar para la mayoría o,idealmente, para todos. En caso contrario, como es la realidad, no hablemos de progreso sino de deshumanizado desarrollo tecnológico. A secas y sin más. Desarrollo que no fue capaz de evitar la gran crisis mundial que nos azota y que,a día de hoy,no ha sabido solucionarla.Tal vez sea la causa.Si es así, estamos perdidos.Pero el hombre es novelero y se apunta, diligente, a cualquier innovación sin tener, en su horizonte mental, si es buena o mala y, en el primer caso, sin prever las enormes posibilidades que su mal uso puede acarrear. El hombre carne de mercado en un mundo en el que los mercaderes sin escrúpulos ordenan y mandan. El hombre aborregado y sin capacidad de crítica en el que nos intentan convertir bajo la bandera falsa de la igualdad de derechos y oportunidades; y la más falsa de la salvación por la tecnología. Los mismos mercaderes que no dudan, siempre que obtengan beneficios inmediatos, en destruir la naturaleza de las que ellos mismos forman parte. Parte podrida que nos prometió alcanzar una sociedad llamada del bienestar y que temo esté llegando a su fin. Ojalá yo esté equivocado. El tiempo lo dirá. Pero tengamos a la vista que la sociedad del bienestar se alcanzó a través de una etapa de progresos humanizada, con anterioridad al desbocado desarrolo tecnológico posterior.
Por tanto, cabe la pregunta ¿ Se estará el hombre sobrepasando a sí mismo?. ¿ Son conscientes los hipermercaderes de que su ambición puede llevarnos a la autodestrucción ? . El progreso y el desarrollo tecnológico no debieran perder de vista que el hombre tiene una medida y todo debe hacerse a la medida del hombre. No digo nada nuevo. Los clásicos lo dijeron.
Las noticias que nos llegan lo hacen, si los medios de comunicación lo permiten,temer desde la lejanía y compadecernos tanto de los muertos como de los vivos. El epicentro,situado a quince kilómetros al soroeste de la capital,Puerto Príncipe,ha afectado con mayor intensidad a esta ciudad que a otras y su radio de acción ha llegado hasta las Repúblicas centroamericanas.
Buen número de naciones,destaquemos los auxilios españoles, han prestado ayudas variadas a los damnificados.La destrucción parece alcanzar grados inconmensurables. Siniestro total para uno de los países más pobres del mundo. Del mundo de la tecnología que no todo lo puede,aunque el hombre crea que sí.De la tecnología incapacitada para dominar las fuerzas de la naturaleza y que, aparte de las ventajas que indudablemente tiene,presenta peligrosos dobles filos que muchos no quieren ver, pero que están a la orden del día y a la vista de todos, amenazándonos no sólo físicamente sino también a los instrumentos y aparatos artificiales con los que nos hemos acostumbrado a convivir y sin los que ya no podemos pasar .Virus informáticos,nuevas modalidades de fraudes apoyadas en el desorbitado desarrollo tecnológico que no es capaz de predecir o evitar catástrofes como de la que estamos hablando. Tecnología punta que no logra implantar una mayor justicia social ni consigue mejorar la condición humana.Avances tecnológicos llamativos que no impiden, tampoco,catastróficas riadas ni hacen al hombre más feliz. Que tampoco impiden o atenúan huracanes o tornados, ni tantas otras calamidades. El hombre atado y maniatado a múltiples aparatos y aparatitos que el mismo hombre ha creado y que cada día lo esclavizan más; y más dinero le cuesta mantenerlos mientras los sueldos se congelan. Necesidades creadas sin necesidad.
A pesar de ello, la tendencia de las grandes, medianas y buena parte de las pequeñas potencias mundiales,insiste en la marcha rápida por el camino loco y erróneo del desorbitado progreso tecnológico. El progreso lo es mientras no problematice al hombre y lo beneficie en todo .El progreso es progreso cuando logra la felicidad del hombre y no lo esclaviza.Cuando mejora las condiciones de vida de todos y acerca unos hombres a otros. Cuando no hay que implantar medidas de vigilancia que atentan a la dignidad e intimidad de las personas. Cuando ayuda a los hombres a confiar unos en otros. En pocas palabras : Cuando logra conseguir paz y bienestar para la mayoría o,idealmente, para todos. En caso contrario, como es la realidad, no hablemos de progreso sino de deshumanizado desarrollo tecnológico. A secas y sin más. Desarrollo que no fue capaz de evitar la gran crisis mundial que nos azota y que,a día de hoy,no ha sabido solucionarla.Tal vez sea la causa.Si es así, estamos perdidos.Pero el hombre es novelero y se apunta, diligente, a cualquier innovación sin tener, en su horizonte mental, si es buena o mala y, en el primer caso, sin prever las enormes posibilidades que su mal uso puede acarrear. El hombre carne de mercado en un mundo en el que los mercaderes sin escrúpulos ordenan y mandan. El hombre aborregado y sin capacidad de crítica en el que nos intentan convertir bajo la bandera falsa de la igualdad de derechos y oportunidades; y la más falsa de la salvación por la tecnología. Los mismos mercaderes que no dudan, siempre que obtengan beneficios inmediatos, en destruir la naturaleza de las que ellos mismos forman parte. Parte podrida que nos prometió alcanzar una sociedad llamada del bienestar y que temo esté llegando a su fin. Ojalá yo esté equivocado. El tiempo lo dirá. Pero tengamos a la vista que la sociedad del bienestar se alcanzó a través de una etapa de progresos humanizada, con anterioridad al desbocado desarrolo tecnológico posterior.
Por tanto, cabe la pregunta ¿ Se estará el hombre sobrepasando a sí mismo?. ¿ Son conscientes los hipermercaderes de que su ambición puede llevarnos a la autodestrucción ? . El progreso y el desarrollo tecnológico no debieran perder de vista que el hombre tiene una medida y todo debe hacerse a la medida del hombre. No digo nada nuevo. Los clásicos lo dijeron.
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