Y en los quipus , ayllus , tupus , llamas , vicuñas , pumas , quéchuas o quechúas y aymaras que habitaron y siguen habitando , si bien en menor número , el altiplano peruano-boliviano Y en las culturas llamadas preincáicas tales como las de Ica , Nazca , Paracas , Chimú o Mochica , entre otras , me paso las horas sin recibir el anhelado permiso de despegue del aeroplano que permanece , a punto , en su hangar del aeropuerto sevillano de San Pablo y al que hemos bautizado como el GORRIÓN ANDINO . Nombre con el que yo no estoy de acuerdo pero que he tenido que aceptar tras votación mayoritaria propuesta por su piloto ; por Arturo Pérez. Yo lo hubiese llamado el JAGUAR COLONIAL , mas me contrargumentaron que no gustaría de forma mayoritaria a la población indígena y las votaciones , democráticas o no , son sagradas aquí ,en la China o en el Perú , lugar al que nos dirigiremos cuando los responsables máximos , es decir el club Bilderberg y sus secuaces lo dictaminen. Mientras tanto a esperar con paciencia y a seguir ocultando mis verdaderos nombres y apellidos a tan selecto club; vaya a ser que prohiban el vuelo por temor a lo que yo pueda largar entre aquellos seres que a tanta altitud viven , malviviendo ahora y , excepto incas orejones y algun que otro privilegiado grupo , antes de la llegada de don Francisco Pizarro acaudillando la hispano-castellana hueste conquistadora de aquellas tierras para el emperador Carlos V , el Habsburgo Carlos I de España como rey de la citada monarquía tan poco centralizada entonces como ahora. Las cosas son como son y nunca sabremos cómo hubiesen sido mejores. La eterna duda que nos corroe.
Sin duda corrosiva , haré el viaje con nombre y apellidos falsos para que Bilderberg no vaya a hacer más de las suyas . Tantas me ha hecho y nos han hecho ya que , en lo que me corresponde , no voy a facilitarle al antedicho club que me de más lata ni peores ratos me vuelva a hacer pasar. En evitación de males o de alguna manera de inmiscuirse en mi labor periodística , cruzaré el magnum fretum interpositum inter terras con el nombre de Magnus Hispalensis Golfínus . Con él aterrizaré , si Dios y los dioses del panteón quéchua o quechúa no lo impiden , en el aeropuerto limeño. Bajo él me moveré por las cumbres , valles y altiplanicies andinas cual cóndor indígena e insuflaré aires más o menos fríos de verdadera libertad , igualdad , fraternidad y confraternidad. Aires que refrescamos en Marte los tres conocidos pioneros de viajes interplanetarios y que serán amenizados por las músicas y la letras de mi hijo , el cantautor Guillermo Alvah , al que le he dicho que la música flamenca no penetró con éxito en aquellas montañas porque los montañeses que las habitaban y siguen habitando practican otros sones musicales con tanta fuerza como el flamenco. Sus letras y su música nada tienen que ver con flamencas ni con andinas. Son guillerminas y algo rockeras pero tan hondas como los ritmos andinos y el flamenco.
No sé que pensará Guillermo sobre esta opinión. Magnus Hispalensis Golfinus, firmo.
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