VIAJES POR LA PROVINCIA DE CÁDIZ

Creo que conozco todos los pueblos de la provincia más sureña dela península ibérica. Los costeros , los serranos y los de campiña. Treinta y seis o treinta y siete años , ya he perdido la cuenta , residiendo en la ca pital de la provincia dan para mucho. Para casarse y todo. Para recorrer de norte a sur y de este a oeste los 7.436 kilómetros cuadrados de su variada superficie. Recuerdo con agrado y añoranza  los que hacía como profesor visitador de alumnos en prácticas por las sierras gaditana , zona a la que casi nadie le gustaba ir excepto a mí. Observaba los bellos paisajes montañoso mientras iba  a los colegios que me habían asignado y en los que mis alumnos actuaban , por primera vez , como profesores. Jamás tuve contratiempo automovilístico o humano alguno. Al llegar a las escuelas  me daba a conocer como profesor visitador aunque más de un bedel me tomase por algo que nunca fui ni gustado me hubiese sido serlo : inspector. Yo no iba a inspeccionar nada porque no era mi misión en aquellas colegios rurales en los que se daban las clases oyendo el cacareo de gallinas , el arrullo de palomas y los ladridos de los perros del campo. Sonidos más bonitos que muchos otros. Tras hablar con los directores , me acompañaban al aula en la que el alumno o alumna , en el magisterio las mujeres siempre fueron numerosas, estaba. Aquellos maestros y maestras en ciernes todavía tenían unas culturitas generales dignas. Tras entrar , acompañado por el director, en la clase  se me presentaba a la persona con la que mi alumno estuviese realizando su labor e inmediatamente , yo , para no interrumpir nada , salía al patio con mi alumno o alumna correspondiente y hablaba con ellos  orientándoles en lo que deberían hacer y en cómo debieran comportarse .Eran otros tiempos y el agradecimiento a mi visita resultaba manifiesto. Jamás interrumpí el ritmo de las clases ni me extralimité en mis atribuciones de visitador de alumnos en prácticas. Sin embargo , caso excepcional , un año se presentaron quejas sobre mi forma de realizar la visita. La maestra titular hubiese querido que me inmiscuyese en su clase o que la hubiese considerado como juez de mi alumno, lo que ni ella ni yo éramos. Mi obligación era solo apoyar , orientar y , en caso necesario , asesorar al alumnado  y clasificar la memoria de prácticas cuando se me presentase. Atenerme , en pocas palabras , a mis cometidos. Probablemente , aquella persona confundiese cuáles eran mis misiones o no le gustase mi forma , respetuosa hacia ella , de llevar a cabo mi visita. Hay más gente de la cuenta que lo confunde todo. Que no conoce las atribuciones de cada uno ni los distintos estilos de actuar de las personas.¿ Sería la alcaldesa del pueblo o alguna concejala ? . Probablemente. Ésto no me importaba ni me importa . Lo que era , de verdad , importante  es que los alumnos se sentían agradecidos y complacidos con mi ida a su pueblo y al colegio en el que ellos estuvieron de niños. Salvo el citado caso , siempre recibí felicitaciones y mantuve interesantes conversaciones.con los maestros rurales que quisieron hablar conmigo . El 99%. Y continué viajando por la provincia de Cádiz hasta el último rincón de su geografía estuviera junto al mar o junto al cielo. Estuviera más o menos próximo a las provincias de Huelva , Malaga o Sevilla ...